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Carmen Pérez
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Ampere está acelerando los plazos de desarrollo y fabricación de los coches de Renault, de modo que el Twingo está desarrollándose en un periodo muy corto, de sólo dos años; mientras que el Renault 5 E-Tech ya se produce sólo diez horas por unidad en el hub Ampere ElectriCity de Francia. Este hub reúne las plantas de Douai, Maubeuge y Ruitz, así como la de Cléon donde se producen los motores eléctricos de todos los E-Tech de Renault: Megane, Scenic, Renault 5 y, en el futuro, el Renault 4, además del Twingo.
Este último llegaría al mercado en 2026 con un precio de venta inferior a 20.000 euros y, tras la primera cooperación de Ampere con Nissan para el proyecto de su futuro Micra, la marca japonesa ha pedido que se explorara el desarrollo de un próximo vehículo eléctrico del segmento A, es decir, el mismo del Twingo.
Para Ampere, esto es una demostración de su posibilidad de trabajar con otras marcas de la Alianza, como es el caso de Alpine con el A390 desarrollado a partir de su plataforma AmpR Medium, junto con el A290 desarrollado con la AmpR Small y fabricado en Douai; Nissan con su EV compacto desarrollado y fabricado por Ampere a partir de 2025 y ese potencial vehículo eléctrico del segmento A, o Mitsubishi con su próximo SUV C eléctrico desarrollado con la plataforma AmpR Medium y fabricado en Douai en 2025.
Para esa aceleracion del desarrollo de sus vehículos eléctricos, Ampere cuenta con una entidad llamada Advanced China Development Center, creada para reunir a un equipo que trabaja con sus socios chinos.
Además, en relación a las baterías de iones de litio, ya trabaja con las celdas con cátodos LFP, a la vez que las NMC, con desarrollos que incluyen las tecnologías cell-to-pack y, en el futuro, cell-to-chasis. Para 2028 está previsto, además, que se dé el salto a las baterías libres de cobalto, con la densidad energética de las NMC y el coste y la seguridad de las LFP, como un paso hacia 2030, año en el que se llegarán las baterías de estado sólido.
Antes, en dos años, Ampere debe tener a la venta el primer coche definido por software en el mercado, para lo que será clave la colaboración con Google y Qualcomm, así como las baterías producidas con cuatro socios en Europa.
Todo conducirá a una reducción de costes del 40 por ciento entre la primera y segunda generación de eléctricos de Renault, en particular en el segmento C, con un papel relevante también de esas baterías cell-to-pakc con química LFP.
El siguiente paso será mejorar la gestión térmica de sus baterías y una tercera generación más eficiente de motores síncronos de rotor bobinado y sin tierras raras.
La plasmación de algunos de estos desarrollos destinados a la neutralidad de carbono en Europa a partir de 2040 y en el mundo desde 2050 es el concept-car Renault Emblème, un vehículo de 4,80 m de largo que muestra el trabajo posible para reducir su huella de carbono desde su nacimiento hasta el fin de su vida.
Este Emblème es un familiar descarbonizado, que emite un 90 por ciento menos de gases de efecto invernadero durante todo su ciclo de vida comparado con un vehículo equivalente producido hoy. Da continuidad al proceso de exploración iniciado por Renault con el Scénic Vision de 2022 en tanto a que un coche puede ser cómodo, habitable y con una incorporación importante de tecnología -un ejemplo es la pantalla panorámica OpenR que se extiende a lo largo del salpicadero- al tiempo que alcanza una descarbonización sin precedentes. Para ello, aportaría una reducción del 70 por ciento de la huella de carbono en todos los componentes, un 50 por ciento de materiales reciclados y casi todos los materiales utilizados reciclables al final de su vida,
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