La V2G de los eléctricos puede ahorrar a la red 100.000 millones en diez años

Movilidad sostenible

Los coches son baterías sobre ruedas que, si disponen de una carga bidireccional, pueden no sólo recibir energía, sino también verterla a la red eléctrica. Hace falta para que esta función Vehicle-to-grip (V2G) sea lleve a cabo es un marco regulatorio en la UE que permita la compatibilidad entre coches y cargadores.

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La V2G de los eléctricos puede ahorrar a la red 100.000 millones en diez años
La V2G de los eléctricos puede ahorrar a la red 100.000 millones en diez años

11 de diciembre 2024 - 07:01

Utilizar vehículos eléctricos para almacenar energía y devolverla a la red podría ahorrar a las empresas de energía y a los automovilistas europeos miles de millones de euros al año, según un estudio publicado por Transport & Enviroment (T&E). Los eléctricos equipados con carga bidireccional pueden actuar como “baterías sobre ruedas” -no en vano, como cualquier otro coche, muchos permanecen estacionados durante buena parte del día-, recibiendo energía en los momentos de exceso de oferta y devolviéndola cuando la demanda de la red aumenta, por tanto, como si de una reserva de electricidad se tratase cuando más se necesita. Sin embargo, su potencial podría no realizarse sin estándares comunes en la UE para asegurar la interoperabilidad entre todos los vehículos eléctricos y cargadores.

Según el informe de los institutos de investigación Fraunhofer ISI y ISE para T&E, la tecnología vehicle-to-grip o vehículo-a-red (V2G) puede reducir los costes anuales del sistema energético en la Unión Europea en un 8,6 por ciento para 2040. Este porcentaje equivale a unos 22.000 millones de euros anuales, de modo que el ahorro alcanzaría los 100.000 millones de euros entre 2030 y 2040.

La tecnología V2G permite integrar a los vehículos eléctricos en la red, ofreciendo así su energía en los momentos puntuales de mayor demanda y, además, precios más altos.
La tecnología V2G permite integrar a los vehículos eléctricos en la red, ofreciendo así su energía en los momentos puntuales de mayor demanda y, además, precios más altos.

Esto se debe al papel que desempeñarían los coches eléctricos como puntos de almacenaje de energía producida por las fuentes renovables y que, de otro modo, no se aprovecharían salvo que se dispusiera de una red de almacenamiento de baterías estacionarias. Tomando el lugar de éstas, los vehículos eléctricos con la función V2G enchufados en los domicilios o puestos de trabajo permitirían reducir estas estacionarias hasta en un 92 por ciento en 2040. Además, con la V2G, la red europea de producción eléctrica podría aumentar hasta un 40 por ciento su capacidad de solar fotovoltaica.

Conforme al informe publicado, "la flota de vehículos eléctricos de Europa podría contribuir hasta un 9 por ciento de las necesidades de electricidad anual de la UE para 2040. Esto convertiría a los vehículos eléctricos en el cuarto mayor “proveedor” de electricidad de la UE y reduciría la necesidad de capacidad de generación adicional".

Normativa e interoperatibilidad, los grandes inconvenientes

El gran problema para la implantación de la V2G no es actualmente técnico, sino que está ligado al marco normativo, que sólo presenta avances en países como Francia o Reino Unido, mientras que otros como Alemania "sigue fallando", según T&E. En España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), están trabajando en el desarrollo normativo.

La batería de un coche puede ofrecer a su propietario ingresos adicionales que varían mucho en función del qué tipo de energía utiliza para su carga como, por ejemplo, la solar de una instalación doméstica.
La batería de un coche puede ofrecer a su propietario ingresos adicionales que varían mucho en función del qué tipo de energía utiliza para su carga como, por ejemplo, la solar de una instalación doméstica.

En otro plano, se están estudiando modelos de tarifas y compensaciones para los propietarios de vehículos que devuelvan energía a la red. Estos podrían obtener beneficios que, algunas fuentes, estiman en un mínimo de 20 euros mensuales por vehículo.

Así, según T&E, la carga bidireccional podría ahorrar a los conductores hasta un 52 por ciento de su gasto en anual en electricidad, alcanzado en algunos casos hasta los 800 euros, dependiendo de la ubicación, si la vivienda tiene paneles solares, el tamaño de la batería, etc. En cuanto al precio de los cargadores bidireccionales domésticos necesarios para este proceso de vertido de energía a la red, serían unos 100 euros más caros que los cargadores convencionales, lo que permitiría su rápida amortización.

El inconveniente adicional, tener que afrontar una mayor degradación de la batería al enfrentarse al más ciclos de carga y descarga, podría limitarse o hasta reducirse. Y es que, frente a los ciclos de los coches sin V2G, las baterías durante el uso de esta función se mantendrían dentro de un estado óptimo evitando descargas profundas, por ejemplo.

Otro problema surge en cuanto al camino que están tomando los fabricantes, ya que mientras unos enfocan la bidireccionalidad combinada con el uso de corriente alterna, otros lo están haciendo con la continua, una falta de interoperatibilidad que también puede retrasar la implementación del V2G.

En la valoración de Fabian Sperka, responsable de vehículos de T&E, “el V2G solo podrá despegar si garantizamos que todos los vehículos eléctricos puedan funcionar con todos los cargadores. Los legisladores pueden desbloquear el potencial de esta tecnología decidiendo los estándares de la UE para la carga bidireccional. Esto será una victoria para los consumidores, el medio ambiente y el progreso hacia los objetivos climáticos y energéticos de la UE”.

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