el poliedro
Tacho Rufino
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Atenas/La crisis griega entró en una nueva fase, con la disolución del Parlamento y la esperada convocatoria de nuevas elecciones para el 17 de junio que, sin llamamiento a un referendo, se presenta como clave para dilucidar si el país permanecerá o no en la zona del euro.
En vísperas del decreto presidencial para disolver la cámara, una conversación telefónica entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente griego, Karolos Papulias, desató gran revuelo e indignación en todo el sector político heleno. Según explicó en un comunicado el portavoz del Gobierno de Grecia, Dimitris Tsiodras, Merkel "trasmitió al presidente de la República su propuesta sobre un referéndum al mismo tiempo que las elecciones, para preguntar a los ciudadanos griegos si desean permanecer en la eurozona". Sin embargo, Berlín desmintió inmediatamente este extremo: "Las informaciones no son correctas", dijo un portavoz del Ejecutivo alemán. Ello no ha impedido una reacción de indignación y malestar por parte de todos los partidos políticos y de la prensa en Grecia, al tiempo que las autoridades han dejado claro que, de todas formas, el Ejecutivo interino que asumió el jueves el poder no tiene ni siquiera competencias para convocar un referéndum.
"Disolvemos el decimocuarto Parlamento de la República helena y convocamos elecciones para el domingo 17 de junio. El Parlamento surgido de las elecciones será establecido el jueves 28 de junio", según el texto firmado por el presidente griego. El decreto presidencial no ha sido una sorpresa, pues, conforme a la ley vigente, la cámara -integrada por 300 diputados, elegida apenas hace dos semanas y constituida el viernes como mero acto formal- debe ser disuelta tres semanas antes de los comicios. Estos son necesarios después de que fracasasen todos los intentos de formar gobierno, tras los resultados de las elecciones legislativas del 6 de mayo.
Con el Parlamento disuelto hasta finales de junio, no habría posibilidad alguna de organizar una consulta popular sobre el euro, lo que no impidió que continuaran las muestras de rechazo a la supuesta sugerencia de Berlín.
Antonis Samarás, líder de la conservadora Nueva Democracia (ND), la fuerza más votada en las pasadas elecciones, la tachó de "inaceptable", mientras que el diario de centro-izquierda TA NEA la considera un "ultimátum". El rotativo resalta que la jefa del Gobierno alemán ha dejado claro al presidente heleno que la financiación de Grecia está ligada a la aplicación de la letra del pacto de ajuste fiscal y reformas estructurales acordado con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). "La señora Merkel se ha acostumbrado a dirigirse a los líderes políticos de Grecia como si este país fuera un protectorado", denunció el líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), Alexis Tsipras, partidario de permanecer en el euro, pero también de abolir el citado pacto de austeridad.
Tsipras aspira así a reabrir el paquete de medidas y volver a negociarlas con los socios externos, algo que hasta el momento éstos han rechazado, pues condicionan a su estricto cumplimiento la continuación de la gigantesca ayuda financiera para salvar al país de la quiebra. "En las elecciones del 17 de junio, el pueblo griego dará una respuesta definitiva. Pondrá fin al memorándum de austeridad, a la subordinación y a la indignidad y mostrará el camino a un desarrollo progresista de toda Europa", dijo Tsipras, jefe de la formación que quedó en segundo lugar el pasado día 6.
Sin embargo, una encuesta da como favorita a esta fuerza política en los próximos comicios, con el 20,8% de la intención de voto. Ese sondeo, efectuado por la compañía Metron Análysis, prevé que el 17 de junio ND quedará en segunda posición con el 19,7% de los sufragios, seguida de los socialdemócratas del Pasok con el 14,4%.
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