Mario Monti se perfila como el sustituto de Berlusconi
Fue comisario europeo y plantó cara a empresas como General Electrics o Microsoft, además, rechazó ser ministro en su país porque no se siente identificado por "ningún partido italiano".
Mario Monti, ex comisario europeo y nombrado el miércoles senador vitalicio, aparece como favorito para convertirse en primer ministro, en sustitución de Silvio Berlusconi y al frente de un gobierno de transición para encauzar la maltrecha economía de Italia.
Conocido en Italia como Super Mario, a raíz de su gestión como comisario europeo en dos carteras de peso, Monti, de 68 años, goza del prestigio internacional y algunos analistas italianos lo tachan de anglosajón por su aplomo, estilo y compostura.
Su consagración europea y después mundial llegó cuando fue enviado a Bruselas como comisario europeo donde permaneció diez años, desde 1994 a 2004, primero en la cartera de Mercado Interior y después en la de Competencia. Fue entonces, aseguran los analistas, cuando nace Super Mario.
Hombre riguroso, con gran capacidad de cálculo y con una prudencia natural, Mario Monti, europeísta, aunque escéptico, hace gala además de un fino sentido de la ironía de profundas raíces italianas.
Nacido en Varese, norte de Italia, el 19 de marzo de 1943, Monti goza de gran prestigio internacional por su carácter racional, prudente, además de mostrar determinación suficiente como para enfrentarse a colosos como General Electrics o Microsoft.
Cursó estudios clásicos en los jesuitas en el Leon XIII de Milán, que le dejaron la impronta de una capacidad de análisis casi cartesiana. Se doctoró en Ciencias Económicas y Comerciales por la Universidad Bocconi para ampliar después su formación en la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
Tras realizar un período de prácticas en la Dirección General de Asuntos Económico y Financieros de la Comisión Europea (1964-65), inició su actividad como profesor asistente en la Universidad Bocconi de Milán.
Fue en los años 70 cuando fue captado por Guido Carli y Gianni Agnelli que lo introdujeron en los círculos de poder financiero italiano y pasó a formar parte de consejos de administración de Fiat, Generalli y de la propia Comit.
Entre 1971 y 1985 fue profesor de Teoría y Política Monetaria en la Universidad de Bocconi, en la que fue rector entre 1989 y 1994 y presidente en 1994.
Como experto en materia económica participó en distintos comités del Tesoro italiano e intervino entre 1987 y 1988 en el Comité de redacción de la Ley de Competencia y de 1988 a 1990 en el Grupo de Trabajo para la preparación de Italia al Mercado Interior.
Desde Bruselas desencadenó una batalla jamás vista antes contra el gigante estadounidense General Electrics que quería comprar Honeywell, también del sector de la aviación. La decisión de la Comisión Europea de prohibir dicha fusión entró en los anales en el campo de competencia.
En 2004 Monti tampoco tuvo reparos de imponer una multa de 497 millones de euros a Microsoft de Bill Gates por haber violado la ley antimonopolio. La política que se hacía en Bruselas, le gustaba más que la de la Italia de las eternas divisiones.
Hace diez años ya dijo: "Jamás he manifestado ninguna buena disposición por ningún partido italiano". En 2001 rechazó ser ministro de Exteriores y en 2004 de Economía.
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