La Rayuela
Lola Quero
Tierra de espías
Francia
París/La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, ha puesto más presión al primer ministro, Michel Barnier, al que amenaza con votar una moción de censura en los próximos días si no cede en sus exigencias en los presupuestos para 2025 para lo que le ha dado de plazo hasta el lunes.
En un mensaje en su cuenta de X, Le Pen ha manifestado su insatisfacción con las concesiones en los presupuestos que Barnier anunció el jueves, pero no con el argumento que hasta ahora había subrayado de que quería más, sino con el de que esos gestos no están compensados económicamente y vendrían a aumentar todavía más el déficit.
"Los últimos anuncios de Barnier no están financiados con ahorros estructurales, con lo que agravan un déficit ya abisal y eso no es aceptable", ha escrito.
El primer ministro indicó el jueves que renuncia a la subida del impuesto sobre la electricidad, con el que se esperaban recaudar 3.000 millones de euros, y que debía entrar en vigor coincidiendo con la bajada del 14% del precio del kilovatio hora en julio para la mayor parte de los consumidores y las empresas gracias al descenso que se ha producido en el mercado mayorista.
También accedió a otra de las demandas del partido de Le Pen, la Agrupación Nacional (RN, siglas en francés), la de mantener las exoneraciones de cotizaciones patronales para los empleados con bajos salarios.
En su cuenta de X, la líder de la extrema derecha ha negado estar aumentando sus exigencias para no votar la moción de censura y ha asegurado que "desde julio" habían fijado sus "líneas rojas" para los presupuestos" y "no han cambiado".
Y ha recordado que en esa lista está "no aumentar los impuestos y las tasas a los franceses", "la protección de las pymes" y "ahorros en el funcionamiento de la Administración del Estado".
En una entrevista a Le Monde publicada el jueves por la tarde en la que reiteraba sus exigencias para no votar la moción de censura, Le Pen había advertido al primer ministro que se le acababa el tiempo: "tiene hasta el lunes".
Francia se encuentra en una situación financiera delicada, con un déficit que ya se disparó en 2023 al 5,5% del producto interior bruto (PIB) y que va a subir todavía más hasta el 6,1% este año.
El Gobierno había preparado unos presupuestos con un ajuste que debía permitir dejar el déficit en el 5% en 2025 con vistas a cumplir con el límite del 3% del Pacto de Estabilidad en 2029.
Marine Le Pen y la dirección de su partido han enviado repetidos mensajes en los últimos días que apoyarán con su voto una moción de censura que pueda presentar la izquierda si Barnier, como se espera, recurre a un dispositivo constitucional (el artículo 49.3) para adoptar los presupuestos sin someterlos al voto del Parlamento porque no tiene mayoría.
Si se suman los diputados de la RN a los del Nuevo Frente Popular (NFP) de la coalición de izquierdas, suman la mayoría absoluta necesaria para tumbar el Ejecutivo, lo que provocaría una crisis política y tal vez también -como se ha esforzado en subrayar Barnier- una crisis financiera.
El presidente francés, Emmanuel Macron, debería buscar a un nuevo primer ministro o pedirle a Barnier que formara otro Gobierno que no tuviera a la mayoría de la Asamblea Nacional en contra, ya que no es posible convocar nuevas elecciones legislativas hasta el verano.
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