La voz que no se apaga

Cientos de personas acuden al homenaje que el Parque de Alfacar rinde al poeta con el anuncio de que Federico García Lorca será distinguido, "después de 75 años, ya era hora" como Hijo Predilecto de la Provincia de Granada.

La delegada de la Junta en Granada, María José Sánchez; el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez; y la alcaldesa de Alfacar, María José Pino, a su llegada.
La delegada de la Junta en Granada, María José Sánchez; el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez; y la alcaldesa de Alfacar, María José Pino, a su llegada.
M. De La Corte / Granada

18 de agosto 2011 - 05:00

La voz de Federico llenó ayer todos los silencios del Parque de Alfacar. Era un homenaje distinto. Un grito a la vida que comenzaba a las puertas con el sonido de una guitarra y los vítores a Lorca y la República y será recordado para siempre a través de los ecos de sus propias palabras. 75 años después, cuando aún su muerte sigue cargada de misterio, Granada quiso rendirle el homenaje que merece a través de todo aquello por lo que vivió: la poesía, el teatro y la música.

La calurosa noche de ayer supuso de alguna forma el estreno público del nuevo presidente de la Diputación, Sebastián Pérez, quien fue el encargado de hacer la tradicional ofrenda floral en el monolito en memoria de Lorca y todas las víctimas de la Guerra Civil. Pérez sorprendió a los presentes en su discurso. El presidente aprovechó la ocasión para anunciar que "después de 75 años, ya era hora. Sencillamente, emocionadamente, con el sentimiento de generosa gratitud y respeto, desde la Diputación, como presidente, anuncio que Federico García Lorca será distinguido como Hijo Predilecto de la Provincia".

Sebastián Pérez justificó el significativo título del homenaje, Federico vive, refiriéndose a la luna, uno de los símbolos más presentes en la obra del poeta. "La luna, ese astro tan presente en la poesía, labrado en tantos textos con hermosas palabras, con delicados dibujos, con genuinas metáforas de Federico, brilla este agosto como elemento de vivificación de su memoria". Esta luna "que fue llena y aparece menguante esta noche, como aquel día trágico de hace 75 años", baña ahora la tierra de luz reconciliando sentimientos de "esperanza en la España actual" que debe encarar el presente con "valentía, con dignidad y con justicia social". Recordó el "adiós forzado, innecesario, su inútil ejecución", y expresó en alto que "nadie muere tras la muerte, porque siempre vive la memoria y el legado de lo que hemos sido".

El presdiente de la Diputación también dedicó algunas palabras al legado de Lorca, de quien dijo: "Incluso se ha puesto el mono azul de La Barraca para echar una mano de hormigón poético a la Fundación en la que estamos, al fin, desde hace unos días, todas las administraciones unidas en la realidad física de concluir un edificio de principal importancia que acogerá la Fundación que lleva su nombre".

La idea era revivir toda la magnitud y energía que irradiaba el poeta. Desde el joven entusiasta que hipnotizaba a sus amigos con su otra gran pasión, la música, al maduro dramaturgo de La casa de Bernarda Alba, pasando por el poeta que mejor supo plasmar la plenitud de su extrema imaginación. Es su faceta más admirada y recordada, pero no la única. La del Romancero gitano o Poeta en Nueva York.

El sonido de una guitarra flamenca, interpretada por David Colomo, daba precisamente la bienvenida al numeroso público que poco a poco iba llenando el Parque de Alfacar, una tierra que ha sido removida en vano en la búsqueda de su cuerpo pero que ayer acogió un homenaje cargado de vitalidad. Ayer la guitarra fue el instrumento escogido para abrir el homenaje en un lugar que siempre ha sido la privilegiada tierra de su memoria.

Si hubo una invitada de honor fue sin duda la alegría. La compañía granadina Teatro para un instante fue la encargada de recuperar sus risas y el actor Pepe Cantero lo contaba poco antes del comienzo: "Queríamos hacer algo diferente, una obra que dejara abierta la puerta a la esperanza, a la ilusión y a la fantasía. Federico tiene un futuro ilimitado: mientras alguien ponga en escena una obra suya, mientras alguien lea en su casa uno de sus poemas... estará vivo".

No fue una opción elegida al azar. El director de la compañía, Miguel Serrano, que ha llevado ya a escena unas diez obras de García Lorca, lo conoce tan bien que supo trasladar al homenaje no sólo su vida y su obra, sino también su personalidad. Eligió para hablar de Federico al propio poeta a través de personajes de sus textos y otros tantos testimonios de personas que lo conocieron y que puso en boca de los actores. Serrano explicaba en la presentación del montaje que el objetivo era celebrar el "don de la vida" que tienen todos esos personajes el día en que mataron al poeta, que "vive" gracias precisamente a su obra. "No he querido eludir la muerte, pero sí aludir a la vida. Por eso es un acto agridulce, al que le he querido dar el sentido de un hombre que amaba la vida, el corazón de la tierra y a su ciudad".

El mosquito de La Tragicomedia de Don Cristóbal y la señá Rosita fue el introductor y maestro de ceremonias en este particular y extenso universo lorquiano. "Nosotros somos personajes nacidos en el interior de García Lorca que vivimos gracias a él". Ahora, gritó el actor con la máscara del insecto tapando su rostro, "honramos su memoria". Él y otros tantos lo recordaron una y otra vez. Estuvieron también el Zapatero de La Zapatera prodigiosa; Mariana Pineda; la sabiduría del personaje de la tía de Doña Rosita la soltera; la inolvidable criada de La Casa de Bernarda Alba, La Poncia; el viejo y los oníricos arlequines de Así que pasen cinco años...

Los textos lorquianos, interpretados por ocho actores, estuvieron acompañados en el escenario de un sexteto de música clásica que interpretó composiciones vinculadas a García Lorca. En Federico vive, un piano, un tambor, un violín, una viola, un cheloy un clarinete recuperaron la música que Federico dio a sus poemas más populares junto con composiciones de Pablo Sánchez de Medina.

Sin duda, la mayor alegría fue que por fin, 75 años después, Federico será Hijo Predilecto de un pueblo que ama al poeta tanto como a la poesía. "Él era, fue, es, poeta del pueblo. Que mejor homenaje para un labriego de la palabra".

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