"A algunos les gustaría que siguiéramos tocando en salas de 100 personas, pero ahora llenamos la Plaza de Toros"
091 | Grupo
La banda granadina publicará este viernes su nuevo disco, titulado 'La otra vida', tras una inolvidable gira de regreso en 2016
Granada/Si hay una fecha que los seguidores de 091 recuerden con especial cariño, ésa es la del 17 de diciembre de 2016. El grupo granadino actuaba por última vez con su gira Maniobra de resurrección ese día en el Palacio de Deportes. El tour no sólo los había traído de vuelta 20 años después de su directo de despedida en Maracena, sino que los había colocado de nuevo en el mapa del rock español. Algo justo y necesario. "Nos vemos en otra resurrección", dijo su cantante, José Antonio García, a modo de despedida aquel día. Dicho y hecho.
La otra vida, título del nuevo disco de la banda, llegará este viernes a las tiendas y a las plataformas digitales. Rock and roll, folk americano, melodías pop y hasta una balada se dan la mano en este octavo disco, que según el conjunto, está a la altura de las expectativas. Antes de su publicación, Jacinto Ríos, Víctor Lapido, Tacho González y José Antonio García charlan un rato con este periódico, al que adelantan que habrá concierto en Granada y que lo anunciarán muy pronto: "Queremos elegir buena fecha y buen sitio".
-Después de 25 años han vuelto al estudio para grabar nuevas canciones. ¿Están satisfechos con el disco?
-Tacho González: Estamos muy satisfechos. Es un nuevo disco de 091 que está a la altura de las expectativas. En mi opinión, por encima de las expectativas que yo mismo tenía.
-¿Cuándo se empieza a fraguar este trabajo? ¿Se atrevieron a reescuchar sus últimos discos?
-José Ignacio Lapido: Empezamos a prepararlo en septiembre del año pasado. Ahí comenzamos a sacamos las nuevas canciones. Hemos estado hasta febrero, que fue cuando entramos en el estudio, de preparación previa en el local. Luego la grabación la terminamos en julio con pausas incluidas. Ha sido un proceso largo con el productor, en el local de ensayo, viendo arreglos y desarrollando las ideas primigenias para que tuvieran la entidad suficiente para ser grabados. No, no paramos a escuchar temas antiguos (ríe).
-Jacinto Ríos: Las tenemos muy escuchadas.
-Víctor Lapido: Las escuchamos para Maniobra de resurrección -la gira de vuelta con motivo del 20 aniversario-. Ahí sí que hicimos un repaso del repertorio.
-En La otra vida hay mucho rock, influencias del folk rock norteamericano, e incluso melodías pop y alguna balada como Una sombra. ¿Cómo definirían su sonido?
-J. R.: Creo que es un disco muy variado y que está a la altura de lo que solemos hacer. Las etiquetas son peligrosas, pero yo si oigo sonoridades de folk americano en algunos sitios. Es una colección de canciones, cada uno con un aire, con un color diferente. Como dice Tacho, estamos contentos con el resultado.
-Lagartija Nick ha publicado Los cielos cabizbajos hace nada. Es un disco de rock sinfónico. ¿Con qué género no se atreverían a experimentar nunca?
-T.: Nosotros somos más modestos. Nos conformamos con rock and roll, aledaños y pop. No nos atreveríamos con el flamenco. Lo hemos mamao de jóvenes y hemos ido a festivales, pero requiere una sabiduría y un conocimiento tal que a mí me daría vergüenza. No censuro que haya gente que lo haga. Y de música sinfónica no tengo ni idea (ríe).
-J. L.: Hay géneros que no nos toca hacerlo. Nosotros venimos de otra escuela. No nos podríamos poner a hacer un disco de jazz o de flamenco. Tenemos unas influencias muy claras desde hace mucho tiempo que se basan, sobre todo, en los clásicos de los años, en el blues y en el rock que se hizo a raíz de que salieran los Ramones y los Sex Pistols en los 70. Querer meternos en otras historias que no nos corresponden por el mero hecho de experimentar no le veo sentido. Preferimos centrarnos en nuestra forma de ver las cosas. Quiero pensar que después de tanto tiempo, de tantos discos, de tantas canciones grabadas, lo importante es nuestra propia personalidad. No a quien nos vamos a parecer o a quien nos dejamos de parecer. La música popular es un río y todos bebemos de muchas fuentes. Ninguno es el inventor de la pólvora. Cada uno tiene su pasado musical y va avanzando conforma su talento le va exigiendo.
-"Vamos a quemar el pasado. / Vamos a nacer otra vez", se escucha en uno de los temas. ¿Cuál es la vida cotidiana de los miembros de 091 ahora?
-T.: Algunos tenemos hijos y trabajos que no tienen que ver con la música. La gente que monta grupos ahora piensa que tiene que tener otro trabajo, ya que esto no da para ganarse la vida. Nosotros cuando empezamos estábamos volcados con la música. Nos dedicábamos a eso exclusivamente. Víctor y José Ignacio sí que están dedicados en exclusiva a esto. Pero no es lo normal.
-La trayectoria de 091 ha estado marcada injustamente por las dificultades: malas producciones, técnicos pésimos, malas decisiones tomadas por directivos de las empresas musicales. ¿Qué sienten ahora, que vuelven a sacar disco y un gran público os respalda?
-T: El país ha cambiado mucho. Todo está mucho más profesionalizado. Las comunicaciones, los móviles, el internet. Eso ha cambiado todo mucho.
-¿A qué dificultades se enfrentan ahora que en los 80 no?
-T.: A lo digital precisamente. A las comunicaciones por internet, que a veces son muy farragosas. Se pasa un email y se crea un pequeño desconcierto.
-J. L.: Las carreras de los grupos, no sólo la nuestra, han tenido momentos de subida y de bajada. Nosotros hemos tenido que lidiar con una infinidad de problemas. Muchas veces esos problemas no tienen porque trascender al público. Al final la gente se queda con las canciones. Lo importante son las canciones. De eso nos dimos cuenta cuando volvimos en 2016, con Maniobras de resurrección. Para nosotros fue asombroso que la gente, tantos años después de haberlo dejado, tuviera en su mente y en su corazón unos temas que se habían grabado un montón de años antes. Nosotros nos quedamos con lo bueno, que son las canciones y los conciertos que hemos dado durante todos estos años y a la cantidad de gente que las canciones le han supuesto algo en su vida.
-Claro, pero hay historias, anécdotas, dignas de conocer. ¿Es cierto que os propusieron para ir a Eurovisión?
-J. P: Es una leyenda urbana.
-T.: Hay un anecdotario de cosas raras que nos han pasado. Ir a tocar en un furgoneta de un tratante de ganado. Lo hacíamos mucho. De Cristóbal, dueño de las cuevas. Íbamos a los primeros conciertos en una furgoneta de ganado. En el suelo de la furgo había cagaillas de cabras. Hay una anecdotario tremendo. Es curioso. No hemos desechado la idea de que algún día escribamos algo sobre estas experiencias. Sobre todo porque ha cambiado tanto el país. Todas las cosas que pasaron en los 80 resultan tan chocantes ahora mismo.
-Hablando del país tan cambiado. Alguna letra destila cierto escepticismo respecto a este siglo. ¿Qué echan de menos del siglo XX?
-J. R.: A King Kong, a los psicoanalistas, al jazz (ríe).
-J. L.: No somos muy nostálgicos. Vivimos el presente y nos adaptamos a lo que los tiempos que corren nos ofrecen. Aunque la forma de grabar y de distribuir la música haya cambiado, la música es lo mismo. Te cuelgas la guitarra, tocas unos acordes, haces un ritmo con la batería. Así ocurría en los 80, los 90 o los 50. Que cambien las circunstancias es ya otra historia.
-El otro día me contaba Dellafuente en una entrevista que ahora cualquier chaval con un ordenador e internet en su casa puede subir sus propias canciones. ¿Qué inconvenientes le ven a eso?
-J. L.: Eso ha podido cambiar. Lo que tiene que subir son canciones y hay que hacerlas.
-La concepción de la música ha cambiado. Antes era como una religión. Ahora escuchas una canción y a la semana siguiente te has olvidado de ella.
-T.: Antes cuando querías escuchar un grupo tenías que ahorrar un mes para ir a la tienda a comprarte el vinilo. Sólo te podías comprar uno o dos vinilos al mes, y lo escuchabas mil veces. El valor que tenía antes la música no es la misma que en la actualidad. Ahora las compañías telefónicas se anuncian así: "Vente con nosotros y te regalamos 20 millones de canciones". ¿Qué vale una canción? No vale nada. Antes valía muchísimo porque era un esfuerzo.
-¿Influye mucho eso a la hora de componer, de publicar, de girar?
-T.: Influye mucho. Ahora un grupo es muy difícil que se profesionalice y viva de eso. La mayoría de personas que conozco se dedican a otras cosas. Si la gente no paga por la música, porque ésta es gratis y está flotando para que todo el mundo la coja, la gente no puede vivir de lo que produce.
-El problema es que ocurre en más profesiones. Sin ir más lejos en la mía de periodista.
-T.: Sois otra víctima de la revolución digital. Es muy complicado vivir de la música.
-El último single, Leerme el pensamiento, habla de que nadie dice realmente lo que piensa, sino lo que los demás quieren escuchar. ¿091 se ha autocensurado alguna vez?
-T.: Lo hacemos constantemente. En este mismo instante (ríe). Eso forma parte de la condición humana. La gente tiene pensamientos inconfensables todo el tiempo. Decía Aristóteles que los personajes, hablando del drama, se definen por lo que hacen, no por lo que dicen o lo que piensan. La acción es lo que define a las personas.
-¿Cómo ven el país?
-V.: Yo lo veo mejor por todo. No en lo político ni lo social quizá, pero las cosas que avanzan son mejores.
-¿Los 091 van a votar?
-J. L.: No votamos en bloque (ríe). Creemos en el libre pensamiento y lo ejercitamos nosotros mismos.
-J.: No nos caracterizamos por hablar de esas cosas.
-T.: No tenemos una oposición política como grupo. Hablamos de política muy a menudo. Es uno de los temas de los que hablamos en la furgoneta. También de libros, música, televisión.
-"El vendaval hace estragos / por el camino que vamos. / No llegaremos jamás". ¿Han querido tirar la toalla muchas veces hasta llegar hasta aquí?
-J. L.: 25 años después hemos pensando en retomar la toalla (ríe). La vida tiene esas cosas. A veces las cosas vienen mal dadas. Otras veces las circunstancias son más positivas. Hay que saber lidiar con ellas. En la carrera de un músico se debe tener claro que tú debes de ser honesto contigo mismo. Al igual un pintor, un escultor. En su disciplina lo suyo es que tenga una capacidad de abstracción que le lleve a hacer lo que está convencido de hacer, y no dejarse llevar por las circunstancias mercantiles que rodean a la obra. Nosotros hemos vivido ajenos a las modas musicales que se han ido desarrollando, que han sido muchas, y hemos tenido un camino a seguir, que respondía a nuestras necesidad expresivas.
-Las tentaciones siempre están ahí... Y más en la industria cultural.
-T.: Yo recuerdo que Orson Welles apareció en un anuncio de cointreau. Lo pusieron verde por eso.
-V.: Bob Dylan apareció en un anuncio. La verdad es que el éxito en este país está mal visto. Eso es una realidad. Hay gente que le gustaría que siguiéramos tocando en salas de 100 personas, pero fíjate ahora llenamos la Plaza de Toros.
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