"Ahora he vuelto a los inicios, con canciones callejeras muy simples"

Marcos del Ojo vuelve por segunda vez a Granada como el Canijo de Jerez. Aquí estuvo el año pasado presentando su primer disco en solitario en la Sala el Tren. Ahora se reencuentra con el público del Festival de Rock del Zaidín, por donde ya ha pasado dos veces como integrante de Los Delinqüentes, la desaparecida formación. "Por el Zaidín hemos pasado dos veces y la verdad es que han sido dos conciertazos: mucha gente y un ambiente rumbero muy especial. Para mi, si no es el mejor festival de España, es de los mejores. Por lo menos, es al que más cariño le tengo".

-¿Cree que se vive más la música aquí?

-Sí, pero no sólo en el Zaidín, en cualquier parte de Andalucía hay muy buen ambiente. Somos muy rumberos, muy abiertos y nos gusta mucho cantar y bailar. Aunque hay muchos sitios en los que la gente es muy animada: Barcelona y toda Cataluña, Madrid o el País Vasco. Pero de los más fiesteros puede ser Andalucía.

-¿Barcelona, es la cuna de la música fusión?

-De unos años para acá sí, pero todo el rock andaluz vino de Sevilla, de Triana, de la Alameda: Pata Negra, Kiko Veneno... Esa mezcla de rumba sureña y con raíces vino de aquí. Luego con los años hubo grupos muy buenos de cataluña como Ojos de brujo o Macaco. Pero los cantes de ida y vuelta están por toda España.

-En este festival se separa la Kinky Beat. ¿Le preguntan mucho por la reunión de Los Delinqüentes?

-Bastante, pero estoy tranquilo. Sé que es una cosa natural y entiendo que la gente le tenga mucho cariño a Los delinqüentes porque fueron más de 11 años tocando con canciones que ya son míticas, de estribillos arrebatadores, como La primavera trompetera, El aire de la calle,Nube de pegatina. Pero también hay gente que entiende que un artista quiere seguir adelante y quiere conocer nuevos caminos. Su separación no significó el fin de su música. Es más, yo en directo sigo cantando canciones de Los Delinqüentes. En el Zaidín cantaré algunas porque son canciones mías a las que les tengo mucho cariño y me siento contento al cantarlas. Y creo que la gente también.

-¿Le ha pasado, como dicen otros músicos, que ha llegado a aborrecer sus canciones que tuvieron más éxito y que más le piden?

-¡Uy, qué va! A mi no me pasa eso. Yo al revés, escucho ahora canciones de Los Delinqüentes que creo que con los años cogen solera. Incluso algunas letras me sorprenden: son de hace siete u ocho años y tienen una lírica especial de momentos de mi vida especiales. Les tengo mucho cariño, porque son como un diario. Que la gente las coree, las cante, las tenga de melodías en sus móviles, que tengan camisetas con sus letras o las pongan en sus coche me parece el regalo más bonito. Yo encantado de cantarlas las veces que haga falta.

-Dice que las canciones reflejan momentos de su vida. ¿En qué momento considera que está ahora?

-Estoy descubriendo nuevas canciones y componiendo mucho. Al haber salido de Los Delinqüentes he descubierto que las musas han vuelto a mi. Estoy como en el título de mi primer disco en solitario: El nuevo despertar. Interiormente, creciendo mucho y con una explosión de energía que me hace que tenga ganas de presentar mi disco por todos los lados. Además, como estoy con una nueva banda con nuevos músicos, eso también me ayuda a seguir aprendiendo nuevos acordes y nuevas letras. Creo que estoy en un momento de descubrir.

-Los Delinqüentes siempre le han cantado a la alegría y a la fiesta, pero, con 31 años, ¿está menos fiestero que cuando empezó?

-La verdad que depende del día. Ahora intento cuidarme un poco más. Cuando hay tres o cuatro conciertos seguidos, si hay que salir pues se sale el último día porque con 31 años las resacas no duran lo mismo que cuando tenías 15 o 16: Ahora te tiras dos días malo. Intento no ponerme el aire acondicionado tan fuerte o no echarme mucho hielo. Nada, pequeños detalles pero que funcionan a la hora de cantar. En Los Delinqüentes he llegado cansado a un concierto por haber estado festejando la noche anterior. Ahora se festeja un día que al siguiente no tenga que hacer nada, porque me parece muy importante dar un buen espectáculo. Con la edad soy más consciente de esto, porque la gente que viene a verte y quiere irse contenta a casa, por eso intento exprimirme en el escenario todo lo que pueda.

-Pero no está menos fiestero en cuanto a la letra de sus canciones.

-Sí, a mi me gustan las canciones positivas. En este disco queda reflejado porque de 16 canciones la mayoría son alegres, con estribillos positivos de tirar para adelante, que al fin y al cabo eso es lo que nos vamos a llevar. Hay que dejar de lado los malos rollos, que para eso está el telediario del mediodía. Nosotros lo que queremos es ser felices y que la gente deje de estar tan sensible. Siempre se puede tirar para adelante y la música es la mejor terapia.

-Y para los que no lo hayan visto en directo aún, ¿qué Marcos del Ojo se van a encontrar en esta etapa?

-La principal diferencia puede ser la banda, que produce un sonido diferente en cuanto a estructura de música: punteos, arreglos... Aunque tanto Los Delinqüentes como Los Fumadores Galácticos me parecen pedazos de músicos. En cuanto a lírica, composición y temas no he seguido una evolución muy grande. Al revés, devolución. He vuelto a los inicios: canciones callejeras muy simples con cosas con cajón flamenco y guitarra de palo. Lo que no hacíamos en los últimos discos de Los delinqüentes, que eran más eléctricos, con más instrumentación. Ahora hay canciones sencillas con estribillos potentes y temática universal, para disfrutar y no complicarte mucho.

-Mestizaje.

-Yo siempre lo he visto en auge. Íbamos a festivales siempre los mismos. Ahora ha vuelto otra onda de mestizaje como Bongo Botrako, La Pegatina, Canteca de Macao, y no me gustaría que el rock se quedara atrás.

-Sorpresa

-Coincidimos con los colegas de Canteca de Macao. Y ya que estamos allí y somos compadres, alguna colaboración habrá.