Alejo Sauras llega a Granada con 'La ilusión conyugal': "Es una obra que tiene mucho de Woody Allen"

Escenarios

El actor regresa este fin de semana al Teatro Isabel la Católica con una comedia sobre una crisis matrimonial con texto del tunecino Eric Assous y dirigida por Antonio Hortelano

El Teatro Municipal albergará estrenos nacionales

Alejo Sauras llega a Granada con 'La ilusión conyugal': "Es una obra que tiene mucho de Woody Allen"
Alejo Sauras llega a Granada con 'La ilusión conyugal': "Es una obra que tiene mucho de Woody Allen" / G. H.
Belén Rico

29 de mayo 2024 - 15:40

Granada/Una tarde, María (Ángela Cremonte) espera a su marido, Maxi (Alejo Sauras), en casa. Cuando llega, le propone un juego: saber en qué punto se encuentra su relación después de tantos años de monotonía. El juego consiste en saber la cantidad de amantes que han tenido durante su matrimonio. A partir de aquí saldrán a relucir las miserias, mentiras e infidelidades de las que han sido objeto durante su relación. En ese juego, entra otro personaje más, Enrique (Álex Barahona) un amigo del matrimonio del que Maxi sospecha. Este trío a media luz en el que los protagonistas se moviendo hasta conseguir mostrarse como son en realidad es el argumento de La ilusión conyugal, una obra del escritor tunecino afincado en Francia hasta su desaparición Eric Assous y dirigida por el también actor Antonio Hortelano. Un montaje que podrá verse los días 1 y 2 de junio al Teatro Isabel la Católica. El actor Alejo Sauras (Baleares ,1979), que ya había visitado los escenarios granadinos con El eunuco, regresa ahora con un papel muy distinto.

-Algunas críticas califican 'La ilusión conyugal' como una muestra de "teatro de la palabra". ¿Está de acuerdo con la clasificación?

-Es una comedia muy divertida basada en la rapidez del diálogo en la que el texto va rodando por el escenario. Hablamos a una velocidad muy grande, prácticamente como si nos lanzáramos las palabras unos a otros. Son tres personajes que creen que están en disposición de ganar la conversación y van intentando llevársela a su terreno, pero ninguno la tiene controlada y al final explota todo.

-Como actor, cuando una obra se basa en el diálogo ¿es más fácil la interpretación?

-Es más fácil porque la palabra está dada pero a la vez es más difícil darle forma: tienes la herramienta pero debes usarla muy bien para que funcione, como es el caso.

-Para lograr eso, la compenetración con el compañero es fundamental o si el texto es bueno fluye solo.

-El texto es bueno pero nosotros tenemos que darle la importancia y la intención que tiene cada frase porque por un lado van las intenciones y por otro lo que dicen los personajes, y el espectador tiene que entenderlo todo.

-La acción transcurre en un salón pero charlas que se desarrollan fuera, en el baño o la cocina.

-Sí, hay momentos en los que el director quiere que el público sienta que está realmente sucediendo todo en una casa y aunque todo transcurre en el salón a veces se queda vacío porque nos vamos a las habitaciones.

-Entre el tema, una comedia sobre problemas maritales, y las charlas fuera de plano, ¿puede evocar el cine de Woody Allen?

-Sí, aunque no lo había pensado ni me lo habían dicho, pero es verdad que se asemeja mucho. Incluso los textos, algunos muy hirientes, se lanzan como si fueran cuchillos.

-Si Allen no, ¿cuáles han sido los referentes?

-El propio autor, el director Antonio Hortelano es muy admirador de Eric Assous. Aunque no nos dio referencias, ahora pensándolo sí creo que tenga mucho de Woody Allen.

-¿Es más fácil trabajar con un director que también es actor?

-A priori debería ser así pero la verdad que cada uno es como es tanto como actor como director. Cada uno tiene su método y su forma de trabajar. Es cierto que si son actores te comprenden mejor, pero cada uno tiene su método como director y no tienen que ver con la forma de hacerlo como actor.

-¿Y cómo es Antonio Hortelano como director?

-Nos ha dado mucha libertad en la creación de personajes pero él trabaja mucho sobre el ritmo. Es verdad que esta función requiere mucha rapidez y una coreografía muy concreta y muy completa, así como una compenetración de los actores con el texto que interpretan.

-Hablando de diferentes formas de trabajar, tras tantos papeles en televisión, cine y teatro, ¿dónde se siente más cómodo?

-Si te soy sincero, igual de cómo en los tres. Yo a la hora de elegir un proyecto lo hago en función del texto que leo y el personaje que voy a interpretar. Si es una buena historia, me da lo mismo que sea una película, una obra de teatro o una serie de televisión.

-El teatro puede implicar más viajes, la televisión unos ritmos muy exigentes pero también da una popularidad que no ofrece a veces ni el cine. Con más de 25 años de trayectoria, ¿esas cosas pesan?

-Cada medio tiene sus pros y contras que los actores no valoramos a la hora de elegir. Por ejemplo, la televisión implica también un trabajo más laborioso y largo mientras que el teatro te permite tener la respuesta del público al momento. Lo importante es lo que tú puedes hacer en el proyecto por lo que intentas no pensar en los contras. No te lo planteas. O de momento, en mi caso, no todavía.

-Y cuál es el personaje que más le ha marcado

-La verdad que todos, porque te metes tanto que de todos guardo un recuerdo bonito. No me parecería justo elegir, aunque es verdad que el personaje anterior en teatro, Edipo, es muy especial para mí porque me exigía un compromiso muy grande. Y aunque en el escenario era muy duro también lo disfruté.

-¿Qué próximo trabajos tiene entre manos?

-De momento seguir con esta gira de teatro y acabo de terminar una película que se estrenará después del verano. Se llama Hotel Bitcoin. Y ahora mismo estoy tratando de cuadrar las fechas para hacer otra película en otoño.

stats