Alfonso Salazar expone en la Corrala de Santiago su poesía más visual
Muestra
El poeta y escritor granadino presenta hasta finales de mes una treintena de piezas elaboradas en el último año con la ironía y la crítica social o política como hilo conductor
Granada/Salazar instalaciones y reformas es el mordaz y en apariencia simple título que Alfonso Salazar ha dado a su última muestra de poesía visual, una selección de obras realizadas el último año y que puede verse hasta el próximo 30 de abril en la Corrala de Santiago. La treintena de piezas de muy diversa procedencia y tamaño que comparten la ironía que el escritor y poeta imprime a sus textos y también a los objetos. En la mayor parte están realizadas con materiales de uso cotidiano que alcanzan otra dimensión a través del juego que el autor establece con la palabra a través de los títulos, pero no exclusivamente.
Por ejemplo, en la muestra puede verse un tablero de ajedrez con un agujero en el centro, una pieza llamada Centro Político en alusión al hundimiento del mismo. En otro caso un tendedero con alambre de espino exhibe pinzas con las banderas de las autonomías del país. El título es El tendedero español. O un extintor marca Kropotkin muestra la frase del anarquista decimonónico que le da nombre: “La única iglesia que ilumina es la que arde”.
El autor aclara que en sus obras además de un juego humorístico hay elementos de crítica social pero nunca con el ánimo de molestar ni de insultar. “Lo interesante es pasarse y echar un vistazo para sacar cada uno sus propias conclusiones”. Porque, si bien “todo tiene ese punto de ironía”, muchas de las piezas buscan intencionadamente la ambigüedad. El sentido aparece a los ojos del que lo ve y cada uno puede sacar conclusiones contrarias”, explica Salazar.
El mismo título de la muestra es irónico y literal a la vez porque Salazar instalaciones y reformas hace referencia al coloquialismo del nombre común de muchas empresas, pero también a piezas que realmente son instalaciones y tiene un ánimo reformador con “un lenguaje claramente político y económico”.
La mayoría de los objetos con los que juega el poeta son artículos de uso común, “casi encontrados”, desde una alcantarilla a una lata de sardinas. “Yo no soy un artista plástico, no intervengo en los objetos. Lo que hago es ponerlos juntos, cambiarles el título...”.
Eso no significa que no puedan verse creaciones del propio Salazar, como un mural de tres por dos metros con capturas de pantalla realizadas a partir de fotografías. “Durante dos años fotografié el cielo y el suelo: 365 días del cielo y otras tantas del suelo. Las fotos las fui subiendo también a las redes sociales y fueron mi única voz en ellas durante ese tiempo. Luego he realizado una selección de 400 para este mural”, explica el artista sobre este experimento denominado Entre el cielo y el suelo.
Pero si esta creación puede recordar a otros artistas que juegan con la poesía y la imagen, como Joan Foncuberta, otras piezas quizás evoquen en el espectador las composiciones para las fotografías de Chema Madoz, uno de sus referentes, aunque Salarzar sigue sobre todo la línea de Joan Brossa, uno de los padres de la poesía visual en España. En Granada, tras los antecedentes de ciertos juegos lorquianos, hay una generación de poetas visuales de la Salazar destaca los trabajos de Miguel Ángel Arcas o Alejandro Gorafe, aunque no se pueda hablar de una corriente propiamente dicha.
La muestra está abierta de 12:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00 horas pero Salazar ofrece también en su página web la opción de apuntarse a visitas guiadas que se desarrollan los lunes y los viernes.
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