La Alhambra según el hombre que la salvó del abandono y la destrucción
Antonio Malpica prologa la reedición de 'La Alhambra y el Generalife', escrito por Torres Balbás y publicado en 1949
Un libro para vivir la Alhambra, para conocerla como ya no se conoce en estos tiempos, cuando el monumento no era pasto del turismo sino un auténtico remanso de paz y quietud. Así es La Alhambra y el Generalife, el libro que publicó el arquitecto Leopoldo Torres Balbás y cuya reedición fue presentada ayer en el Palacio de Carlos V. El trabajo, prologado por el arqueólogo Antonio Malpica, es una guía para leer mientras se visita el monumento.
"Lo más atractivo del libro", explica Malpica, "es que está ilustrado con fotos en blanco y negro de la época que lo convierten en una pequeña joya". "Luego, la manera de escribirlo Torres Balbás, con esa visión global del monumento, lo hace muy interesante".
Leopoldo Torres Balbás (Madrid, 1888-1960) fue el arquitecto conservador del conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife entre 1923 y 1936. Su trabajo salvó la Alhambra del abandono y la destrucción. Fue el responsable de la sustitución de las falsas cúpulas del Patio de los Leones, hasta entonces ovaladas, al estilo de las de Bagdad, y de la reinstalación de las auténticas piramidales que hoy pueden contemplarse. También salvó de la destrucción la Puerta de Bib-Rambla, hoy ubicada en el bosque de la Alhambra cuando estuvo a punto de servir como material para obras. Hombre realmente riguroso en su trabajo, devolvió al monumento el esplendor que siempre había tenido.
En el estudio preliminar realizado por Antonio Malpica, el arqueólogo reconoce que lo que más le ha fascinado es la situación en la que durante un tiempo estuvo la Alhambra tras los trabajos de Torres Balbás. "El catedrático y arabista Emilio García Gómez comentaba que, cuando visitó la Alhambra, 'había silencio y calma'. Era la Alhambra de los años anteriores a la Guerra Civil, una Alhambra sin masificación. De hecho, en las fotos que ilustran el libro no aparece ni una sola persona, algo que sería impensable hoy. Era un sitio realmente hermoso y al que se podía entender".
"La Alhambra que vemos hoy es una Alhambra muy diferente. Aquella Alhambra de entonces no volverá nunca. El libro de Torres Balbás está lleno de consideraciones interesantes desde la perspectiva de la poesía, de la belleza, pero también de la ciencia".
Torres Balbás tuvo que sufrir la ignorancia de los granadino y atravesar malos momentos por sus decisiones sobre el recinto monumental. "Pasó por muchos conflictos personales y profesionales, sobre todo cuando decidió quitar las copulinas del Patio de los Leones. Aquella Granada que nunca muere se le echó encima". La gente no entendía que aquellas cúpulas eran falsas y que habían sido instaladas por la moda orientalista restauradora del siglo XIX. "Leopoldo Torres Balbás quiso devolverle la dignidad al monumento. Fue un hombre que se preocupó muchísimo por la Alhambra. Hizo una labor titánica. Escribió más de 3.000 páginas sobre arte islámico".
Malpica sitúa en su estudio preliminar a Torres Balbás y su obra en un contexto muy específico. "La ciudad entonces bullía culturalmente como pocas veces lo ha hecho", comenta Malpica. "Gracias a Torres Balbás, en el libro podemos ver también cómo era Granada entonces, muy distinta a la de ahora".
Todas las intervenciones que hizo el arquitecto en Granada servirían después como modelo para la restauración en monumentos de todo el país: rigor histórico, alejamiento de cualquier fantasía y una preocupación constante por el bienestar de los monumentos. El libro del arquitecto se hace esencial para entender su obra.
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