Antonio Montalvo: la esencia silente de lo real

Arte

Una de las obras de Antonio Montalvo expuestas en la muestra.
Bernardo Palomo

21 de mayo 2024 - 10:13

Granada/La galería Espacio Mínimo se creó en Murcia en la década de los noventa de la anterior centuria. Se encontraba en un pequeño recinto que acogía, con entusiasmo, lo mejor del arte contemporáneo de aquel momento; artistas españoles que comenzaban - Manu Arregui, Nono Bandera, Bene Bergado, Miguel Gaüeca, entre otros- y algún que otro artista internacional como la argentina Liliana Porter. Tras aquel primer proyecto iniciático, ilusionante estaban dos apasionados jóvenes, José Martínez Calvo y Luis Valverde que, desde 1992, consiguieron que el arte de la periferia tuviera la misma importancia y valoración que el que tenía en las plazas importantes donde se cocía lo mejor de la creación.

El éxito de Espacio Mínimo

Con las cosas claras, muy claras, pronto fue galería aceptada en ARCO y, en poco tiempo, estaba en la unánime consideración por un trabajo serio, consciente, sin las alharacas tan habituales en este tipo de actuaciones y, además, con los pies bien asentados en un territorio artístico que estaba muy necesitado de argumentos sólidos y no de espurios planteamientos sin fundamento.

A partir del nuevo siglo, la galería abrió sus horizontes y se instaló en la madrileña calle Doctor Fourquet, verdadera milla de oro del arte en la capital de España, donde, también, se encuentran Helga de Alvear, Silvestre, F2, Moisés Pérez de Albéniz, Nueva, Maisterravalvuena y Nogueras.

Espacio Mínimo es una galería muy importante; una galería muy deseada, de gran actividad y con una programación muy abierta donde tienen cabida todos los amplios postulados de la creación contemporánea. Ya sin José Martínez Calvo, tristemente fallecido no hace mucho y que ha dejado un hueco importante no sólo en el corazón de la galería sino en el de todo el universo artístico, la galería mantiene un expectante y entusiasta programa expositivo. Y uno de los artistas miembro activo de Espacio Mínimo es Antonio Montalvo, ese granadino, aún en plena joven madurez creativa, que presenta una trayectoria ascendente donde una figuración muy particular nos adentra por las posiciones absolutas de una representación que va más allá de lo que la mirada pueda captar.

'Lo real' de Antonio Montalvo

La presente exposición, quinta con la galería, nos sitúa en la poderosísima obra de un Antonio Montalvo, ya, absolutamente dominador de una escena real donde todo tiene cabida con alto grado de esencialidad. Porque, la obra del pintor granadino se ha ido desprendiendo de aditamentos para quedarse en una sutilísima síntesis ilustrativa de un concepto que encierra infinitas posiciones. Lo real muestra su registro concreto pero determinando un espacio significativo que se superpone a la exuberante manifestación de lo concreto. Su figuración es cada vez más minimalista, más esencial, más íntima y rigurosa; sin esquemas desvirtuantes y dejando claro que la realidad no tiene más desarrollo que el simple desenlace que lo ilustra.

Otra de las piezas de Montalvo que pueden verse en Espacio Mínimo. / R. G.

Con el título, determinante de Lo Real, Antonio Montalvo nos sitúa ante una pintura clara, sin esquivos contrastes, manifestando los esquemas exactos de una realidad que él capta del natural, sin intermediarios y fijando la idea con una resolución y clarividencia pictórica que no ofrece duda. Además, ahora, asume una mayor potestad representativa y abre las perspectivas a un desarrollo pictórico donde encuentran acomodo diversas circunstancias más íntimas y cercanas. Retratos, paisajes, elementos sacados de lo cotidiano que se potencian desde esos esquemas representativos que dejan su posición más inmediata para asumir una nueva dimensión, donde lo mínimo alcanza una máxima categoría. Sus obras manifiestan un sueño de eternidad, se sustraen de lo simplemente concreto para adoptar una estática sensación de atemporalidad.

En la exposición madrileña Antonio Montalvo nos conduce por una silente manifestación. Los objetos, las figuras, el propio entorno parece evadirse de lo terrenal y adentrarse por un mundo enigmático envuelto en un halo de misteriosa y silenciosa emoción plástica. En ella, lo más sencillo alcanza cotas que nos alejan de las simples posiciones ilustrativas para alcanzar nuevos espacios donde lo real queda sublimado en una nueva dimensión.

Antonio Montalvo siente las bases de la gran pintura, de ese clasicismo sin tiempo ni edad que trasciende más allá y abre unas perspectivas llenas de absoluta esencialidad artística. Pintor grande de una galería que valora el arte con mayúsculas en sus más abiertas posiciones.

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