Aurora Bautista, la gran dama

La actriz, protagonista de películas como 'Locura de amor', 'Agustina de Aragón' o 'La tía Tula', fallece en Madrid a los 86 años · Era una absoluta apasionada de la obra de Federico García Lorca y de Granada

Aurora Bautista, en Moclín, recitando uno de sus poemas favoritos de Lorca, 'Arbolé, arbolé'.
Aurora Bautista, en Moclín, recitando uno de sus poemas favoritos de Lorca, 'Arbolé, arbolé'.
Jesús Arias / Agencias / Granada

29 de agosto 2012 - 05:00

Aurora Bautista, la gran dama del cine español de los años cuarenta y cincuenta, la Juana la Loca de Locura de amor o la heroína Agustina de Aragón, apagó el brillo de su luz la noche del lunes a los 86 años de edad. Con ella se va no sólo una de las grandes actrices del cine y el teatro español, sino una sincera apasionada de la figura de Federico García Lorca y de una enamorada de Granada.

Fallecida como consecuencia de una infección que no pudo superar, la actriz será enterrada hoy por la mañana después de haber sido velada ayer por su familiares en el tanatorio de San Isidro, en Madrid.

La vinculación de Aurora Bautista con Granada siempre fue muy fuerte. Fue la actriz, junto a Nuria Espert o Blas de Otero, una de las protagonistas del primer 5 a las 5 que tuvo lugar en Fuente Vaqueros en junio de 1976, en aquella primera media hora de libertad de la democracia española en la que se rendía tributo a Federico García Lorca.

Desde entonces, siempre estuvo muy vinculada con Granada y con la obra del poeta granadino, según recordaba ayer el poeta Juan de Loxa, responsable de la rehabilitación de la casa natal de Lorca en Fuente Vaqueros y director de la institución durante más de veinte años.

"Ella estuvo presente en la inauguración de la casa de Lorca en 1986, y luego ya vendría muchas veces con Rafael Alberti, José Agustín Goytisolo o Sabina de la Cruz, la viuda de Blas de Otero", explicó De Loxa. "También recibió el Pozo de Plata en 2002 con motivo del homenaje a María Teresa de León".

Aurora Bautista fue la primera actriz, además, que llevó la obra Yerma a Moclín, el pueblo en el que Lorca ubicaba la localización de su dama. "Ninguna actriz había hecho nunca eso antes", señaló Juan de Loxa. "Pero no sólo eso: también respuso Las salvajes del Puente de San Gil, de José Martín Recuerda con la supervisión del propio autor en el teatro Isabel la Católica".

Una de las anécdotas más sustanciosas que Juan de Loxa recuerda es cuando el director de la casa museo le propuso a la actriz hacerse una foto delante de su 'tumba', es decir, delante de la tumba de Juana la Loca en la Capilla Real de Granada. Porque Aurora Bautista siempre será recordada por esa película... Y por muchas otras.

Su interpretación en La tía Tula (1964), dirigida por Miguel Picazo, es "antológica, un volcán contenido", "llena de sutilezas que demuestran la gran actriz que era", afirma ayer Andrés Peláez, director del Museo Nacional de Teatro, y uno de los grandes expertos y conocedores de la historia de la interpretación en España.

Aurora Bautista era una mujer "de fuerte temperamento, que se volcaba en todo lo que hacía y que empezó su carrera desde arriba", como revela la anécdota de su primera ovación: un mutis en su debut teatral, en el Teatro Español en la obra El sueño de una noche de verano, dirigida por Cayetano Luca de Tena, en 1945.

A partir de ahí, Juan de Orduña la llamó para la película Locura de amor, aunque su papel de la reina Juana la Loca ya estaba comprometido con Mary Carrillo; luego vino Agustina de Aragón (1950), una de las producciones "más caras de la época", recordó Peláez.

Después viajó a América, para desarrollar su carrera en México, desde donde regresó a España, paradojas del destino, recién casada "y en su luna de miel" para el rodaje de La tía Tula con Picazo.

El director, a juicio de Peláez, la sacó del "cine heroico y de aspavientos" para bordar el papel de una soltera compleja, atractiva y maternal, marcada por una férrea moral, que sorteó la censura del franquismo y por el que recibió el Premio Nacional del Sindicato Nacional del Espectáculo.

"Fue una gran estrella en la segunda mitad del siglo XX", explicó Peláez, quien recuerda que ponía el teatro en pie en el monólogo que interpretaba en Tarta de mujeres, una antología de Benavente que interpretó con otras de nuestras grandes actrices en el Teatro Español. Yerma, puntualiza este experto, fue uno de sus grandes momentos en teatro, a las órdenes de Luis Escobar. Por ello, Moclín nunca la olvidó cuando Bautista, en 2005, acudió a recitar uno de sus poemas favoritos de Lorca, Arbolé, arbolé.

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