Automatics, héroes noise pop de la revolución indie

Entregados, psicodélicos y excesivos, la banda muestra su arrebatador directo en Planta Baja.

Automatics, en Planta Baja esta noche.
Automatics, en Planta Baja esta noche.
Enrique Novi

19 de febrero 2016 - 05:00

En los noventa no llegaron a reinar, puesto que el trono fue ocupado por Los Planetas, pero entre los más asiduos de la corte indie había unos chicos que venían de Linares y que se entregaron con todo su entusiasmo a la vida chispeante y llena de excesos que se les ofrecía. Eran Automatics, entregados, psicodélicos y excesivos, tanto con la distorsión como con sus arrebatadores directos, ejercieron en nuestra escena el papel que jugaron los Happy Mondays de Shaun Ryder en el Londres de la época de Factory Records y que tan bien reflejó la película 24 Hour Party People. Firmaron con Elefant Records y se mantuvieron siempre en la órbita puramente independiente, pues su propuesta nunca se pulió suficientemente como para dar el salto una multinacional. Además, su empeño en expresarse en lo que ellos creían entonces que era inglés tampoco ayudó mucho a expandir sus posibilidades.

Con todo, pasarían la década de los noventa disfrutando de un cierto status como grupo de culto y de su actitud hedonista. Con la llegada del nuevo siglo, el grupo se consumió, y de él surgirían diversos proyectos aunque ninguno de ellos, ni Husband, ni Universal Circus, surgidos tras la escisión en dos partes de los antiguos Automatics, dejarían la impronta que dejó el grupo matriz.

Posteriormente, su cantante, el inimitable José Lozano, pondría en marcha el proyecto entre costumbrista y surreal Murciano Total. Hasta que en 2013, a propósito de un ciclo de conciertos que organizó Luis Calvo en la sala El Sol de Madrid para conmemorar los noventa, y que tituló precisamente Dichosos 90, el grupo vuelve a reunirse para ofrecer sendos conciertos en Madrid y Granada. De aquel conato de reunión surgiría el recopilatorio 1991-2001, publicado por el sello almeriense Clifford Records. Y es justamente esta compañía la que ha publicado en octubre de 2015 Big Ear, la primera colección de material original desde su disolución y que muestra al grupo en plena forma, con el mismo filo de siempre y con las referencias noise intactas, aunque incorporando algún que otro guiño indietrónico. Veinte, veinticinco años después de sus noches de gloria, Automatics vuelven al lugar del crimen, a la sala de la que tantas veces salieron a rastras, Planta Baja. Será interesante descubrir cómo les ha tratado el tiempo.

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