La Azucarera de San Isidro acogerá los primeros investigadores de la Universidad en 2023
Patrimonio
Granada/La compra de la Azucarera de San Isidro por parte de la UGR en diciembre de 2021 suponía el punto de partida de un nuevo periodo para una parte de la ciudad de Granada: los barrios de Boadilla y la Chana. El edificio, declarado BIC en 2015 y que a punto estuvo de desaparecer víctima de la especulación urbanística, será el detonante de un proyecto tanto de recuperación del patrimonio como del entorno, abandonado por sucesivos gobiernos municipales. Antes de que finalice 2023 está previsto que un equipo de investigadores ocupe ya en el complejo industrial, sobre el que se están desarrollando un completo estudio y diversas actuaciones de restauración para paliar, entre otros, los daños del enjambre sísmico. Así lo anunció este miércoles la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, en el acto de presentación de la exposición que durante los próximos meses dará a conocer el inmueble a la ciudadanía. Habrá que esperar todavía para conocer con exactitud los usos y fechas de la intervención, pero la intención clara es que sea un foco investigador y cultural de relevancia que esté funcionando coincidiendo con el quinto centenario de la institución docente en 2031.
Investigación y cultura
Azucarera San Isidro. Una historia con futuro es el título de la muestra, que podrá verse hasta el 9 de abril y que cuenta con más de 200 piezas para contar el pasado de un edificio que se construyó en 1901 y el desarrollo en Granda como enclave pionero en la producción de para azúcar. Una iniciativa que sirvió para dinamizar la industria en una zona anteriormente agrícola y convertir ese sector en uno de los de mayor impacto en la economía local. También se apuntan los planes de la UGR para la fábrica un siglo y dos décadas después, cuando la intención es que la azucarera vuelva a convertirse "en un lugar estratégico", un "proyecto de ciudad" en palabras de la rectora. La idea es que sea un espacio cultural y también de investigación "especializado en sostenibilidad, nuevas tecnologías y otras ramas investigadoras".
La muestra expone maquetas y objetos que van desde la planimetría -con planos originales de la azucarera- hasta fotografías, libros, cartelería, videos, documentos de la empresa y numerosas piezas de patrimonio industrial de gran interés. En la presentación de este miércoles han intervenido también los comisarios de la muestra, Juan Domingo Santos, María Luisa Bellido y Javier Píñar, del equipo curatorial que completa Víctor Medina, vicerrector de Extensión Universitaria y Patrimonio.
Estas piezas proceden de instituciones como el Archivo Histórico Provincial, Archivo Municipal de Granada, Biblioteca Hospital Real, el Museo de la Minería y de la Industria de Asturias o Parque de las Ciencias de Granada, pero también de coleccione particulares como la de Emilio Gómez Villalba, José María Fernández García o el propio Javier Piñar Samos.
Secciones
La exposición se ha estructurado en cuatro secciones a lo largo del crucero del Hospital Real, de las que ayer hizo un repaso Javier Píñar. La primera lleva por título Una mirada a la historia: el ciclo azucarero contemporáneo en Granada y refleja cómo, a partir de 1882, la Vega de Granada sumó a su tradicional vocación agraria la dinámica propia de un territorio industrial, con nuevas factorías azucareras, destilerías, talleres de fundición y construcciones mecánicas, telares o fábricas de abonos. Muchas de esas nuevas instalaciones surgieron en estrecha asociación con el cultivo de la remolacha, que impulsó desde entonces una alianza agroindustrial, convirtiendo al azúcar en el sector más dinámico de la economía provincial. El sector creció durante décadas hasta experimentar un declive que finalizó en 1984 con la erradicación de la remolacha en sus vegas interiores y en 2006 con el cierre de la última azucarera de caña.
La segunda sección está dedicada al Ingenio de San Juan y la Azucarera San Isidro. Esta parcela industrial engloba actualmente en un mismo recinto las dos instalaciones más significativas del ciclo azucarero de la Vega de Granada: el Ingenio de San Juan, primero en abrir (1882) y la Azucarera de San Isidro, última en cerrar (1984). Si el primero fue la obra de un visionario como Juan López Rubio, San Isidro se enmarca en aquella generación de factorías que enlazaron los intereses agrarios e industriales con una fórmula cooperativa que les permitió mantener su independencia frente a los grandes grupos empresariales azucareros.
La tercera sección es San Isidro: un espacio industrial. En ella se desarrolla como a lo largo de sus más de ochenta años de actividad, la maquinaria, construcciones y espacios anexos requeridos para la producción de azúcar experimentaron un continuado proceso de ampliación y modernización, conforme se diversificaban las actividades y productos (azúcar, alcohol, pulpas) y se incrementaba su potencia productiva. Aquí se refleja que el aspecto actual del conjunto es resultado de tres grandes impulsos constructivos, que desdibujaron las proporciones y contorno de la factoría originaria, construida en 1901, mediante sucesivos adosamientos. La incorporación de la destilería, el secadero de pulpas y la electrificación (1930) constituyen los hitos más destacados de esta modernización.
La última sección lleva por título La Azucarera de San Isidro. Espacio de oportunidades y presenta los trabajos en curso para la recuperación del recinto azucarero a través de un máster plan que relaciona patrimonio, paisaje, innovación tecnológica y cultura con los valores patrimoniales de este lugar. Dibujos, maquetas, vídeos y detalles de fragmentos a distintas escalas muestran la organización global del recinto convertido en un campus de investigación e innovación sobre el medio ambiente y la biodiversidad con programas de extensión universitaria y la creación de un parque ecológico y paisajístico conectado con la red de parques metropolitanos de la ciudad.
La documentación expuesta forma parte del proyecto de investigación Azucarera de San Isidro. Recuperación de un Bien de Interés Cultural para desarrollo de una ciudad sostenible de la Universidad de Granada, subvencionado por la Junta de Andalucía. En concreto, la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, financia con casi 40.000 euros el estudio que servirá para definir este espacio.
Inversión de futuro
Pilar Aranda ha recordado que la adquisición de este espacio es “una inversión de futuro” que permitirá elaborar un proyecto cofinanciado con fondos europeos y nacionales de los que ya se cuenta con 8 millones para los próximos años. Víctor Medina, vicerrector de Extensión Universitaria y Patrimonio, ha explicado que a pesar de la urgencia por conocer la intervención, la actuación será fruto de un "proceso lento y meditado" para conocer también las necesidades inherentes del BIC.
Por su parte, Juan Domingo Santos ha recordado que la restauración de la Azucarera y la puesta en marcha del proyecto es “la construcción del mañana" y Javier Píñar también ha subrayado que la historia del azúcar en la ciudad “en su día marcó el camino a la modernidad y ahora lo vuelve a hacer”. Además, la muestra se verá complementada por un ciclo de conferencias, visitas guiadas y diversos talleres educativos, según ha informado María Luisa Bellido.
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