BILL aalto Rojo, gay y héroe

Jorge M. Reverte presenta 'Guerreros y traidores. De la guerra de España a la guerra fría', donde recupera la biografía del brigadista que lideró el asalto al fuerte de Carchuna

Imagen de Bill Aalto, posiblemente de su pasaporte.
Imagen de Bill Aalto, posiblemente de su pasaporte.
G. Cappa Granada

22 de marzo 2014 - 05:00

Bill Aalto tenía todas las papeletas para ser un completo marginado: era rojo, homosexual y borracho. Y contradiciendo a Pío Baroja, que sostenía que el heroísmo era fruto de un estado de nervios, el brigadista nacido en el Bronx era un hombre de fuertes convicciones, y por ellas se jugaba la vida sin pestañear. Es el retrato que traza el escritor Jorge Martínez Reverte en Guerreros y traidores. De la Guerra de España a la Guerra Fría (Galaxia Gutemberg), que recupera la increíble historia de Aalto liberando a los presos republicanos del fuerte de Carchuna, escapando a nado y permaneciendo tres días en las aguas de la Costa Tropical escondiéndose de los sublevados. "Era un sindicalista muy aguerrido y su etapa como brigadista en la Guerra Civil le dio muchos ánimos, pero por ser homosexual tuvo muchos problemas, siempre lo mantuvo oculto y cuando decidió confesárselo a su mejor amigo fue cuando comenzó su desgracia", explica el autor sobre uno de esos personajes secundarios de la historia a través de cuya biografía se puede estudiar el siglo XX.

Una especie de Forrest Gump que se codeó con poetas de la altura de W. H. Auden y James Schuyler, con los que convivió, o periodistas legendarios como Ernest Hemingway o Robert Capa; pero también agentes soviéticos o anónimos campesinos españoles.

Los derechos de los gays era un asunto que "ni se planteaba" entre los comunistas norteamericanos, que sí eran más sensibles con la situación de la mujer y de los negros. Y Bill Aalto, que participó en batallas campales contra la policía y los esquiroles durante la Gran Depresión, aterrizó en España para combatir a los fascistas con un secreto y mucha determinación. Y acabó luchando en Granada. "Es difícil encontrar ejemplos tan grandes de valor y de habilidad, me quedé fascinado por este personaje y, lo que iba a a ser un reportaje, se convirtió en un libro porque, a medida que investigaba su figura, comprobaba que era un tipo que no dejaba de hacer hazañas", sostiene Martínez Reverte. Era teniente del grupo de guerrilleros de Carchuna y les llegaron noticias de que había más de doscientos prisioneros republicanos en el fuerte. Decidieron intentar liberarles en una expedición que mezclaba españoles y brigadistas. Planificaron la operación muy deprisa "y de forma bastante chapucera". Desembarcaron en Calahonda, asaltaron el castillo, liberaron a los prisioneros y regresaron a pie a territorio republicano. Pero Bill Aalto se quedó protegiendo la retaguardia y no tuvo más remedio que escapar por mar. Y con el agua al cuello estuvo tres días y tres noches, 'buceando' por la costa, viendo cómo se ahogaban tres compañeros españoles que no sabían nadar.

Aalto participó en episodios como la voladura del puente de Albarracín, el episodio en el que se inspiró Hemingway para escribir Por quién doblan las campanas. Así que el brigadista, una suerte de Gary Cooper en la vida real, era siempre el voluntario para las acciones que exigían "mucho valor y mucha frialdad".

De hecho, el autor de El viejo y el mar solía buscar a estos combatientes para dar una nota de color a sus artículos, con lo que es posible de Bill Aalto fuese una inagotable fuente de inspiración para dar forma a sus héroes llenos de determinación.

Con este curriculum no es de extrañar que William Donovan, el responsable de la lucha contra los nazis en la retaguardia, reclamara a Bill Aalto para su lucha. "Lo que pasa es que en este momento es denunciado por sus camaradas por su condición de homosexual y no puede volver a Europa", señala.

Otros episodios 'bélicos' tuvieron como escenario la casa de Auden, uno de los poetas ingleses "más grandes" del siglo XX. Allí estaba con su amante, el también poeta James Schuyler, y un día en el que se había tomado dos copas de más -aparte de las dos copas de más habituales- persiguió a su pareja por la casa empuñando un cuchillo con intenciones homicidas. "Su vida tenía unos ingredientes teatrales notables", comenta.

Bill Aalto rompió con este entorno y comienza su deterioro. Cada vez bebe más y entra en una depresión. "Pero tiene otro momento de grandeza cuando el FBI le intenta sonsacar los nombres de sus compañeros en el Partido Comunista, él se niega a proporcionar estos datos y las autoridades le quitan el pasaporte", comenta el autor de Guerreros y traidores. Era una época que se explica en parte en la figura de Edgard Hoover, jefe del FBI, "un auténtico psicópata obsesionado por acabar con los comunistas y los homosexuales". Así que EEUU se convirtió en una cárcel para el héroe de la Guerra Civil Española, hasta que murió como un marginado, sin pena y sin nada de la gloria ganada a pulso.

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