Barenboim: "Bruckner fue mi razón para querer dirigir"
El músico argentino-israelí se muestra agradecido por volver a clausurar el festival por quinta vez
"Hemos convertido un privilegio en una tradición". Así definió ayer la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, la presencia habitual del director y pianista Daniel Barenboim y la Staatskapelle de Berlín en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada. "Desde luego, yo no tengo ninguna intención de que deje de venir en los próximos años", añadió Torres.
Daniel Barenboim acudió ayer a Granada para protagonizar la primera de las tres noches en que estará en el festival con un proyecto bastante curioso: interpretar cada velada cada una de las tres últimas sinfonías de Anton Bruckner: La Séptima, anoche, la Octava, esta noche, y será la primera vez que esta obra se interpreta en el Festival, y la Novena, La Inacabada, mañana, como cierre del certamen.
"Bruckner fue mi razón para dirigir", confesó ayer el director argentino-israelí. "En el año 1958 escuché una de sus sinfonías y quedé fascinado. Empecé a dirigir porque, precisamente, quería dirigir la música de Bruckner. La primera sinfonía que hice de él fue la Novena, en 1969".
Éste es el quinto año consecutivo en que Barenboim acude a Granada para protagonizar la clausura del certamen. "Para mí es un placer enorme poder venir aquí", dijo. "La idea de poner en escena las tres últimas sinfonías de Bruckner en los tres últimos días me vino a la mente después de haber hecho programas específicos de diferentes compositores, como el caso de Mahler. Nunca habíamos hecho un fin de semana completo como éste. Hacer las tres sinfonías de golpe dará muestra de lo que es su obra".
Barenboim destacó que interés por Bruckner en diferentes países es algo muy reciente. "En los años cincuenta era conocido como compositor austriaco solo para los austriacos", señaló. "Ni siquiera para los alemanes. En los años sesenta algunas pocas orquestas norteamericanas se dedicaron a Bruckner. Y no fue hasta los años setenta en que se comenzó a grabar su obra".
Barenboim explicó que el austriaco fue un compositor "post-wagneriano, pero, por la forma, era más bien barroco, y por la acústica, tiene una atmósfera casi medieval. Tiene una experiencia histórica muy vasta", señaló.
El director se quejó de que se hable más de los aspectos extra-musicales de Bruckner, como su religiosidad, que de su propia obra. "La religiosidad de Bruckner más que ver con su obra que la tuberculosis con la obra de Chopin, pero tampoco influyó mucho".
Aparte de su presencia en el festival, Barenboim se implica este año de nuevo con su proyecto de la Orquesta del Diwán, en la que participan jóvenes músicos israelíes y palestinos, y que tiene en Andalucía una de sus sedes. Este año, en el repertorio de la Orquesta del Diwán se encuentran obras de Wagner, un compositor absolutamente rechazado en Israel por el uso que los nazis hicieron de su música en los campos de concentración. "Yo entiendo que el problema de Wagner en Israel es tabú, pero fueron los propios músicos israelíes los que lo pidieron. Yo decidí que lo haría si toda la orquesta quería. No he forzado a nadie". La orquesta interpretará a Wagner en Ammán, la capital jordana. "Hay agencias de viajes israelíes que han organizado vuelos a Ammán", dijo Barenboim.
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