'The Batman': El acuerdo entre Warner Bros. y Matt Reeves que marca el tono de la película
Cine
El director estaba en sintonía con el estudio
Por qué el pingüino de Collin Farrel no fuma en la película
'The Batman' es el último ejemplo de cómo los grandes estudios intentan llegar al mayor público posible independientemente de que el proyecto que están desarrollando invite a arriesgar por una mayor violencia o imágenes explícitas.
En una entrevista en Collider, el director de la cinta, Matt Reeves, reveló que una exigencia clara del estudio fue conseguir una recomendación PG-13, algo con lo que el director estaba de acuerdo y que ya puso en práctica en la saga de 'El plante de los simios': "Una cosa que hicieron, lo que era mi intención desde el principio, fue: 'Mira, es importante para nosotros que la película sea PG-13. Queremos estar seguros de que podemos conseguirlo... Es una película de Batman y estamos invirtiendo mucho en ella'. Y yo les dije: 'Bueno, en las películas de El planeta de los simios también intenté encontrar el equilibrio'. Eran, por supuesto, espectáculo y gran entretenimiento, pero había un nivel de intensidad. Siento que, de la misma forma, supe que podía estirar los límites de lo que puedes hacer en una película PG-13 y seguir incluyendo todo lo que quieres", concluye.
La relación estudio-director parece haber funcionado perfectamente según relata Reeves, puesto que como cuenta, en Warner Bros "han sido increíblemente alentadores y les ha encantado desde el principio. Una vez que quise meterlo en este mundo y que quería hacer una historia 'noir' de detectives y todo eso fueron muy receptivos".
El que no parece haber disfrutado tanto esta condición impuesta por el estudio es Collin Farrel, que interpreta a el pingüino en la nueva historia del murciélago. Así lo contó en forma de anécdota en el canal de YouTube Jake’s Takes. “Los grandes estudios toman grandes decisiones en torno a cosas como la presencia de cigarrillos en las películas. Luché hasta el final por un cigarro. En un momento dije ‘¡podría tenerlo apagado! Solo dejádmelo sin encender’. Y me dijeron ‘no’. Como si un grupo de niños de 12 años fuera a empezar a fumar puros porque el Pingüino los fuma”.
Los estudios se autoimponen estas condiciones con el objetivo de que las películas no adquieran la clasificación R, que no permite a los menores de 17 años acudir al cine si no es en compañía de un adulto. Esto condiciona algunas decisiones creativas, como la aparición de drogas, el tratamiento del sexo o incluso la presencia de sangre, todos elementos ausentes en las películas de superhéroes, que evitan a toda costa ese tipo de elementos en sus películas.
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