'COCO'Pixar viaja a México
cine
La película, que lleva en la taquilla una semana, recrea la presencia de los muertos en la cultura del país azteca
Gael García Bernal y Elena Poniatowska, entre otros, prestan sus voces al filme
Películas como Up o Del revés demostraron la capacidad de los creadores de Pixar para tratar con emoción y humor temas a priori tan poco encajables en la animación mainstream como el declive de la vejez o la complejidad de los sentimientos. Ahora, con Coco, el estudio se atreve nada menos que con la muerte y la añoranza de los seres queridos que se fueron.
Conscientes de que los logros técnicos no pueden ser más que el vehículo de una buena historia y unos personajes reconocibles, los de Pixar cuentan ahora las aventuras de Miguel, un chaval de doce años que fantasea con dedicarse a la música. Su sueño, sin embargo, va en contra de la voluntad de su familia, ya que desde que su tatarabuelo abandonó a su familia para volcarse en su carrera como artista, en la casa que éste dejaba atrás se prohibió que sonara un solo acorde. El veto, que se ha mantenido a lo largo de las décadas, resulta paradójico en una localidad que lleva precisamente el nombre de Santa Cecilia, patrona de la música. "Miguel siente que tiene que elegir entre su pasión y el amor por su familia. Él quiere compartir su talento con ellos y demostrarles que hacer música es bonito y honorable. Pero no elige la mejor forma de hacerlo", adelanta Adrián Molina, codirector del filme junto con Lee Unkrich (responsable de títulos como Monstruos S.A., Buscando a Nemo o Toy Story 3).
Miguel entrará en contacto con los difuntos que habitan la Tierra de los Muertos y, junto a Héctor, un esqueleto callejero, buscará a Ernesto de la Cruz, una leyenda de la canción que para el pequeño puede tener la solución a su problema.
Un paisaje con una idiosincrasia tan marcada como México suele dar lugar a menudo a visiones estereotipadas. En esta ocasión, sin embargo, el equipo de Coco parece haberse documentado para ofrecer un retrato fiel a la cultura del país. Para asegurar esa autenticidad, contrataron a consultores vinculados a esta tierra, como el dibujante Lalo Alcaraz, el dramaturgo Octavio Solís y la escritora y productora Marcela Davison Avilés. Para la última, los autores de la película "se tomaron tiempo para entender; escucharon a expertos de diferentes campos: arqueólogos, músicos y activistas culturales. Y se embarcaron en numerosos viajes de investigación. Todo fue hecho con la máxima sinceridad, respeto y humildad".
Entre las recomendaciones que dieron, estos asesores hicieron hincapié en que Coco no se pusiera solemne a la hora de retratar a los muertos. "Nuestra manera de honrar a nuestros antepasados es alegre: si alguien es un pesado en vida, es muy probable que también sea un pesado muerto", sostiene Solís. Además, mientras preparaban el proyecto, durante tres años, los directores visitaron lugares como Ciudad de México, Oaxaca, Morelia o Guanajuato y vieron "museos, mercados, plazas, talleres, iglesias, haciendas y cementerios en todo México", rememora Unkrich, que se benefició de la hospitalidad mexicana. "Las familias nos recibieron en sus hogares y nos enseñaron la comida que hacen, la música que escuchan, sus medios de subsistencia y sus tradiciones. Y lo que es más importante, hemos sido testigos de la importancia que conceden a la familia".
Entre quienes prestan su voz a los personajes, un reparto que incluye hasta a la Premio Cervantes Elena Poniatowska, destaca Gael García Bernal, encargado de interpretar a Héctor, un difunto venido a menos -tiene los huesos sueltos y las extremidades se le caen- que no puede cruzar a la Tierra de los Vivos porque nadie lo recuerda allí. El intérprete de Amores perros y Y tu mamá también deseaba trabajar con Pixar y ahora ha cumplido su sueño "con una historia que además sucede en México, de donde soy, lo que es absolutamente increíble. Todo me atrajo: la música, el color, la historia, los personajes, todo", dice el actor, que se ha inspirado para su creación en el Baloo de El libro de la selva. "Cuando era niño, me encantaba el pasotismo de Baloo. Y creo que en muchos sentidos, Héctor no se aferra a las frustraciones, a los prejuicios ni al resentimiento. Héctor puede ser poco delicado, pero es muy gracioso".
Para la banda sonora, Pixar vuelve a contar con Michael Giacchino, que ya ganó el Oscar por la conmovedora partitura de Up y que colabora en este proyecto con la compositora Germaine Franco. Giacchino, que pondrá la música a Jurassic World: El reino caído, de J. A. Bayona, se reencontró gracias a Coco con sonidos de su infancia. "Cuando tenía nueve años, encontré un álbum dedicado a México", dice. "Lo escuché una y otra vez. Me encantaba porque era muy melódico, muy emotivo, casi como escuchar poesía", evoca el músico, que para el personaje de Miguel ha compuesto fragmentos "alegres, para reflejar las ganas que tiene el niño de ser artista" y para Héctor concibió un vals "extravagante. Imaginé a Héctor como un vendedor de aspiradoras. Es amable y servicial, pero en el fondo sabes que intenta vender algo".
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