Carolina Molina rescata la Granada del XIX en 'Noches en Bib-Rambla'

La novela, que se presenta esta tarde en el Centro Artístico, narra hechos históricos tan oscuros como la demolición de la Puerta Bib-Rambla o el incendio de la Alhambra

Carolina Molina, ante la Puerta Bib-Rambla, en el bosque de la Alhambra.
Jesús Arias / Granada

24 de enero 2012 - 05:00

La Granada del siglo XIX es tal vez una de las Granadas más desconocidas a lo largo de toda la historia de la ciudad. Fue tal vez la época en la que, en nombre de la modernidad, se cometieron más tropelías contra el patrimonio histórico, pese a los intentos de muchos intelectuales para intentar evitar el derribo. Ése es parte del argumento del que parte la nueva novela de la periodista y escritora histórica Carolina Molina, Noches en Bib-Rambla, que se presenta hoy, a las 19.00 horas, en el Centro Artístico. Es la Granada oscura.

"Este libro es la continuación de una saga que comenzó con Guardianes de la Alhambra, y que forma parte de una futura trilogía", explica la autora. "Narra la historia de la familia Cid, que comenzó en el primer libro con la vida de Manuel Cid y que en Noches en Bib-Rambla se centra en la de su hijo, Maximiliano. También cuenta la historia de la ciudad y alguno de los hechos más relevantes que ocurrieron en el siglo XIX, como la demolición de la Puerta de Bib-Rambla o Arco de las Orejas, pese a la oposición de muchos intelectuales".

Maximiliano Cid, nacido en Madrid, conoce desde allí la muerte de su padre en Granada y acude a la ciudad para el funeral y para hacerse cargo de los negocios familiares. En un caserón, tendrá que convivir con su madre, a la que no soporta. Poco a poco irá descubriendo la vida secreta de su padre de la mano de una amante, una condesa italiana. Finalmente, Cid se casará con una mujer a la que no quiere por intereses. Entretanto, se verá involucrado en la defensa del patrimonio artístico granadino, que es considerado por los comerciantes de la época como algo nefasto para sus negocios. Maximiliano Cid se involucrará directamente en la defensa de la Puerta Bib-Rambla.

"Ese monumento tiene mucha historia", explica Carolina Molina. "Durante muchos años muchos intentaron salvarlo pero, a instancias de los comerciantes del centro de la ciudad, fue finalmente demolido".

La Puerta Bib-Rambla, hoy instalada en la soledad del bosque de la Alhambra, se encontraba en la parte sur de la Plaza de Bib-Rambla y daba a la calle Mesones. Tras su demolición en 1874, estuvo a punto de formal parte del material de construcción para caminos y carreteras, aunque los restos fueron a parar al Museo Arqueológico. En 1935, el arquitecto conservador de la Alhambra, Leopoldo Torres Balbás, cogió el material que quedaba y reconstruyó la puerta. Para evitar nuevos ataques, la instaló en el bosque de la Alhambra, donde no molestaba a nadie.

Carolina Molina tiene ahora la intención de escribir una nueva novela que transcurrirá entre 1880 y los días previos a la Guerra Civil. Pero, ¿por qué esa pasión por Granada? "Es algo que no se puede controlar", señala. "Es como cuando te enamoras de alguien. Hay algo especial que te enamora de Granada. Tiene una historia muy compleja y muy rica. Me gusta Granada, me gustan los granadinos y me gusta la historia de la ciudad".

El escritor Antonio Muñoz Molina solía decir que Granada es la única ciudad del mundo que tapa sus ríos, y que el granadino siente cierto desdén por los monumentos de la ciudad. "Eso se debe", explica la periodista, "a que hay tanto patrimonio en Granada que la gente termina por no hacerle caso ni darle importancia. Pero eso sucede en toda España, lo que pasa es que en Granada se nota mucho más. Hay que tener también en cuenta que, hasta hace muy poco, se sentía mucho recelo por el legado andalusí. Hasta hace muy poco se rechazaba ese legado".

Noches en Bib-Rambla transcurre en la segunda mitad del siglo XIX y concluye en 1890, con un incendio que devastó la Alhambra. "La tercera novela arrancará en 1880 y abarcará una época muy efectista", indica Molina. "Fue la época en la que se tapó el río Darro y en la que se construyó la Gran Vía. También fue una época muy interesante en el mundo del periodismo, que es donde quiero centrarme, en personajes esenciales como Seco de Lucena".

¿El hecho de que hubiera sido granadino Federico García Lorca eclipsó a muchos otros granadinos brillantes? "Puede ser", responde la escritora. "Es caso es que Granada tiene personales locales e historias locales muy ricas. Y que, además, no son tan locales, sino que tienen mucho de universal. Lo que sucede es que el granadino desconoce mucho de su ciudad porque tiene las cosas tan cerca que dejan de llamarle la atención. Eso es lo que he tratado yo de hacer con esta novela: mostrarle a la gente todas las cosas hermosas que tiene Granada y que en muchas ocasiones pasan desapercibidas precisamente por su cercanía".

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