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Casa Ajsaris

En los márgenes

Dos hombres enamorados del arte y de una “idea”

La colección de la Casa Ajsaris permanece en el aire

Juan Manuel y Francisco en una sala de Casa Ajsaris / Antonio Arenas

Hegel finaliza su tratado de Lógica con el concepto de la “idea” y escribe: "La idea puede ser concebida como razón (y esto es lo que hay que entender por razón en la acepción estrictamente filosófica de la palabra), y, además, como sujeto objeto, como unidad de lo ideal y de lo real, de lo finito y lo infinito, del alma y el cuerpo, como posibilidad que encierra en sí su realidad, como aquello cuya naturaleza no puede ser pensada sin su existencia [...]". Pero antes de afrontar el tema de la “idea” recorreremos otros caminos.

En primer lugar: ¿por qué Casa Ajsaris? Una de las acequia que partía del río Darro se llamaba Axares (ajsaris, ahsaris, axares, en las transcripciones al castellano) visible en el Camino del Sacromonte, que regaba San Juan de los Reyes, el Bañuelo y el Maristán, movía diversos molinos y regaba los pagos de la calle Elvira y el centro de la ciudad. Documentada desde época zirí en el siglo XI, siguió utilizándose en la etapa nazarí (s. XIII-XV) y tras la conquista. Hoy sin señalizar.

Juan Manuel Segura y Francisco Jiménez, desgraciadamente fallecido este último y al que Remedios Sánchez le dedicó una emotiva semblanza, iniciaron una magnífica colección en 1973, guiados por su vocación y su amor por el arte. En el año 2000 adquirieron el inmueble que tras su restauración denominaron Casa Ajsaris para albergar su fondo de más de 500 obras, desde el siglo XVI hasta principios del XX.

Numerosas exposiciones y publicaciones han mostrado parte de esta colección, como ejemplo la realizada para Emasagra en 1991: El agua, la luz y el color de Granada visto por los pintores, en 1991; José Larrocha maestro de pintores, para las fiestas del Corpus de 1993; De Fortuny a Morcillo, en el Centro Cultural Gran Capitán de Caja Granada. La reedición en 2010, en colaboración con la Asociación de vecinos del bajo Albayzín: Albayzín, inspiración de pintores. En ese año, en el Museo Arqueológico, organizaron la exposición Rafael Latorre, vuelve a su casa. Maestros y coetáneos de Mariano Bertuchi. Colección Casa Ajsarís, en Ceuta (2018).

Destaca el catálogo de las obras de la colección titulado Casa Ajsaris, de 2017, de gran interés y originalidad, firmado por Juan Manuel Segura y Francisco Jiménez, en forma autobiogŕafica, en donde se puede seguir la descripción de cada obra pero también las peripecias de su adquisición, los trabajos de restauración y conservación, la documentación sobre los artistas, las infructuosas conversaciones con las instituciones para donar este legado, etc., lo que nos permite reconstruir la génesis e historia de vida de la colección. Continuamente sus obras son pedidas para exposiciones por museos e instituciones a nivel nacional e internacional.

La colección se basa en artistas granadinos, o que han residido en Granada o bien que esta ciudad ha sido motivo de su inspiración, sus calles, monumentos, paisajes o personajes. Tras la conquista de Granada el arte religioso va a vivir etapas de esplendor desde el siglo XVI al XVIII, teniendo una importante representación en esta colección: Alonso Cano, Alonso de Mena y Pedro de Mena, Pablo de Rojas, Atanasio Bocanegra, Juan de Sevilla Romero, Risueño, José de Cieza y Torcuato Ruiz del Peral. Desde mediados del siglo XVIII nuestra ciudad va a fascinar a los viajeros. Como destaca Ana Lería Ayora en el último cuarto del siglo XIX se afincaron en Granada Mariano Fortuny y los hermanos Madrazo, lo que dejó una profunda huella en los artistas locales, como Manuel Gómez Moreno, José Larrocha, García Guerra, Rafael Latorre, Rodríguez Acosta o López Mezquita. El orientalismo e interés por África del granadino Mariano Bertuchi también será muy significativo. A finales del siglo XIX otra importante generación de pintores visitó Granada: Joaquín Sorolla, Cecilio Plá, Anglada Camarasa, Muñoz Degrain y Santiago Rusiñol, abriendo ventanas a artistas como Gómez Mir o Ruíz de Almodóvar.

En 1989 deciden crear la Asociación Granada Artística. En 2018 recibe la Casa Ajsaris la Medalla al mérito de la Real Academia de Bellas Artes de Granada. En 2022 se formó la Plataforma en Defensa de la colección de Casa Ajsaris.

Pero hay algo que se escapa a las tasaciones oficiales de las piezas individuales, algo que en principio no tiene precio pero que es la razón inmaterial de la colección, la “idea”. La “idea” es la que diferencia un cajón de sastre de una colección organizada. Algunas obras se adquirieron como oportunidades, otras al contrario fueron caros caprichos, porque significaban tener un pintor hasta ese momento ausente entre los de su generación o un cuadro que completaba la serie de otros ya adquiridos. La “idea” sabe que las obras se miran y dialogan entre sí de forma evidente, mientras que otras mantienen conversaciones secretas en el inconsciente, en las intuiciones, y que solo el historiador del arte tendrá el oficio de descifrar. Desde el renacimiento y barroco a los pintores románticos, orientalistas, constumbristas, realistas y simbolistas, pasando por las figuras de barro granadinas, cerámica de Fajalauza antigua, tejidos, mantones, colección de carteles, fotografías y documentos, todos forman un universo de redes que nos muestran la transformación de una tradición, de una cultura y la mejor cara de un tiempo histórico y de una ciudad. Por eso nunca han querido venderla ni desmembrarla sino donarla de forma gratuita en su unidad para que todos podamos disfrutar de la “idea”.

En 1920 Francisco de Paula Valladar se lamentaba en Granada Gráfica: "Ha pasado otro año y por quinta vez escribo esta crónica anual que ha de ser reflejo, como siempre, de la desilusión que produce el ver y tocar constantemente la indiferencia de una ciudad de artistas por naturaleza y por historia, y que apenas se cuida de conservar tan excelsos timbres". Que más de un siglo después no tengamos que decir lo mismo, y que la intención de donar todo gratuitamente a la ciudad, después de intentarlo durante más de 30 años, no caiga en la desilusión y el olvido.

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