Comedia baturra

Crítica de Cine

Manuel J. Lombardo

20 de enero 2016 - 05:00

BENDITA CALAMIDAD

Comedia, España, 2015, 103 min. Dirección: Gaizka Urresti. Guión: Miguel Mena. Intérpretes: Jorge Asín, Nacho Rubio, Luis Varela.

Conviene recordar que algunos de los grandes nombres del cine español han sido y son aragoneses: Chomón, Buñuel, Saura, Borau… Lo digo por el aparato promocional que arropa el desembargo de esta Bendita calamidad en la cartelera nacional tras su éxito en Aragón, desde donde se ha producido en régimen de crowdfunding y donde se ha rodado con muy bajo presupuesto aprovechando el paisaje y el paisanaje locales.

Lo digo sobre todo porque sacar pecho autonómico desde la precariedad y el tratamiento, en clave de comedia sainetesca on the road, de la crisis económica, no son, me temo, argumentos suficientes para poner en valor una cinta que se mueve peligrosamente entre la profesionalidad y el amateurismo, entre el humor y el bochorno, en una época en la que se ha dado demasiada manga ancha a lo segundo como excusa para la simpatía y la complicidad con el producto.

Saqueando el patrimonio del viejo sainete costumbrista y el trazo berlanguiano (ahí están Villén o Varela para recordárnoslo) en su retrato coral de una España de tiesos, pillos y corruptos, la cinta que dirige Gaizka Urresti a partir de la novela de Miguel Mena no pasa la prueba del algodón de la comicidad elemental más allá de su acumulación de chistes de temporada (pasada) y de una tipología de actualidad mediática caricaturizada siempre un poco más allá de lo recomendable.

Vale que la cosa se acelera cuando es preciso y que algún golpe bajo surte su efecto primario, pero más allá de su coyuntura local, que ya sabemos bien por aquí como funciona, Bendita calamidad no deja de ser eso mismo, una bendita calamidad.

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