Wicked | Crítica
Antes de que Dorothy llegara a Oz: la historia de Bruja Mala
Curro Cañete, periodista, escritor y coach
Granada/Curro Cañete, licenciado en Derecho y Periodismo, puede presumir de ser uno de los autores más vendidos de España. Como coach, ha ayudado a cambiar la vida de muchas personas, aunque esa no era su vocación inicial. Máster en Coaching Personal y Profesional por la Autónoma de Madrid, ha trabajado con numerosas celebridades, deportistas y artistas para que superen los obstáculos que iban encontrando. Y desde que en 2019 publicara El poder de confiar en ti, que estuvo más de cuarenta semanas seguidas en la lista de los diez libros más vendidos del país, ha trasformado la existencia de todos aquellos lectores que han seguido sus consejos para sobreponerse a las dificultades. Tras ese éxito, llegaron Ahora te toca ser feliz y en 2021 Planeta recupero Una nueva felicidad, su primera obra publicada, en la que cuenta su propia historia de transformación. De la mano de esa misma editorial, regresa ahora No tengas miedo a nada, que presenta esta misma tarde, a las 19:00 horas, en el Fnac del Centro Comercial Nevada en Granada y mañana en Sevilla.
-El tema de la salud mental ha cobrado un protagonismo que nunca había tenido. ¿El suicidio de Verónica Forqué ha sido el detonante para sacar a la luz la realidad de muchas personas?
-Hay que hacerse consciente de que estos problemas existen aunque no se vean. Nos tenemos que ser más amables los unos con los otros. Porque cada vez que juzgamos a alguien, en realidad no sabemos lo que está viviendo. Eso nos ayuda a ser más generosos, que nuestra salud mental sea mejor y la de otras personas también.
-¿Lo que más a ha impactado del caso de Forqué respecto al de otros famosos es que seguía en activo, no era un juguete roto? ¿Sorprende que haya personas que salen en televisión y comparten ese tipo de problemas?
-Verónica, a la cual yo conocía, era un persona con mucha vitalidad, que cuidaba mucho su salud y su espíritu, pero todo el mundo puede tener un momento de debilidad, un bache -no sabemos el que pudo ser-, y que no pueda superarlo. Todos podemos vernos en apuros: si vivimos 80 años atravesaremos crisis que, si no las gestionamos bien, nos pueden llevar a un callejón sin salida. Es bueno que se normalice que, si hay un problema, se puede necesitar ir a un coach, un psicólogo o un psiquiatra.
-Ernesto Sevilla decía en uno de sus monólogos que "en España, si vas al psicólogo, la gente te miraban como diciendo, ¿qué pasa, que no hay nadie al volante?". ¿Sigue existiendo las mismas connotaciones al recurrir a esa ayuda?
-He descubierto que existen personas a las que, si les dice que va a ir uno al psicólogo, no lo comprenden porque ellos no lo necesitan y su mente no es lo suficientemente abierta para entender este problema. Piensan que son tonterías, y eso es lo peor que podemos hacer con alguien que está sufriendo. Lo que hay que hacer es apoyar su decisión. Posiblemente nos vendría también bien a nosotros. Aunque no tengas ningún problema, acudir un coach te puede ayudar a avanzar hacia tus objetivos, enfocar tu mente y seguir aumentando tu felicidad.
-¿Ese es el tema central de su último libro?
-Aunque hable de cumplir sueños, el cometido principal que tiene es que nos mantengamos sanos a nivel físico y mental a lo largo de toda la vida. Y yo entiendo por mantenernos sanos a mantenernos con ilusión, ganas, y alegría. Ese es el objetivo que tengo en mi vida y el objetivo que tengo al escribir para ayudar a otros.
-¿Hay gente que viene con esa resiliencia de fábrica y no necesitan leer sobre herramientas psicológicas?
-Sí, pero esa gente no juzga. Mi mejor amigo, que por su supuesto se lee mi libros y le encantan porque le ayudan a hacerse más consciente, es positivo por naturaleza. Desde que lo conozco, es una persona optimista, no ha tenido que trabajarse a sí mismo tanto como yo ni como muchos de mis lectores... Y sin embargo, no se le ocurre juzgar a nadie porque las personas felices están bastante entretenidas disfrutando su vida.
-En No tengas miedo a nada cuenta su propia experiencia de superación personal en esta última etapa, con motivo de la pandemia y su estancia en Londres.
-Sí, he estado viviendo un año en Londres y he tenido que superar nuevos retos. Yo me fui para un mes y me quedé para 13 meses. Fue duro porque no conocía a nadie, no hablaba inglés y luego viví una historia de amor muy bonita. Realmente fue un viaje espiritual para mí porque me hizo crecer. En este libro siempre he tenido presente la paz interior de los lectores, que es lo opuesto al miedo, porque he descubierto que el camino hacia nuestros sueños vamos a poder disfrutarlo si lo hacemos con paz interior. Hay mucha gente que sufre en este recorrido, aunque es mejor que sufrir en la dirección adecuada que ir en la contraria a sus sueños, el objetivo es gozar ese proceso creativo de hacerlos realidad.
-¿Estuvo en lo que denomina esa zona de "caos tenebroso"?
-Esa zona la conoce mucha gente que ha estado ahí: no tienes fuerza para prepararte la comida, para quedar con tus amigos, no tienes ilusiones... No tienes lo que llamo alegría de vivir. Es muy peligroso porque estás dentro de un túnel. Si no sabes con seguridad -como yo enseño en mis libros- que después está la luz, tu mente te puede engañar y pensar que no hay nada más que oscuridad. Nos podemos encontrar en problemas. Pero garantizo que toda persona que sufre puede dejar de sufrir y encontrar su camino.
-¿Cómo ha afectado la pandemia a las personas que trata como coach?
-La pandemia ha aumentado nuestros problemas, nuestros miedos y nuestras inseguridades. Todavía no somos conscientes, pero ha afectado a nivel mundial. Aunque no a todos por igual, la pandemia ha arrebatado muchos sueños.
-En su libro recomienda crear "el bote de los buenos momentos".
-Sí, es un ejercicio más para prestar atención a las cosas buenas y que las agradezcamos, algo que está presente en todos mis libros. Se puede hacer con un bote o una libreta: hay que apuntar todas esas cosas buenas que a veces pasan inadvertidas como una charla con una amiga en la que te ríes un montón o ver una película que te gusta mucho el viernes por la noche. Al final del mes los lees todos juntos y lo agradeces. Hay que ser consciente de esa felicidad.
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