"Ni soy un superhéroe, ni vengo a defender los derechos de nadie"
Entrevista con Dellafuente | Cantante
El artista granadino dará este viernes un concierto junto a Raimundo Amador en la Plaza de las Pasiegas
El cantante ocupa ya un lugar importante en la primera división de artistas de música urbana
Granada/Hace dos años, Dellafuente (Granada, 1992) se prestaba a una entrevista en su piso de Armilla con Vicente Amigo de banda sonora. "Han sido dos años que parecen como 20. Vivo un momento de mi vida muy dulce", reconoce entre risas al otro lado del teléfono. Varias colaboraciones con C. Tangana -adictiva esa Guerrera-, una canción con la Mala Rodríguez y un fichaje de Sony después, el cantante ocupa ya un lugar importante en la primera división de artistas de música urbana. Hasta tiene su propio club, el Dellafuente F.C, una línea de ropa y los dellars (dólares con su cara). El granadino se alía ahora con Raimundo Amador, pionero en la fusión flamenca, para dar forma a un interesante proyecto impulsado por Redbull que este viernes verá la luz en la plaza de la Pasiegas. Por lo pronto, las entradas están agotadas.
-¿Qué tal lleva la fama?
-Me ha ayudado a conseguir cosas que ni me imaginaba a nivel musical y personal. Ahora estoy viviendo el momento más estable de mi vida en todos los sentidos.
-Consiguió sólito que sus canciones tuvieran millones de reproducciones en YouTube y reunir a una legión de fieles seguidores. Ahora trabaja con Sony. ¿Trabajar con una multinacional le cambia a uno o no?
-Ese pensamiento en España es un problema. En otros países es algo totalmente normal, el desenlace natural de un artista. Tienes más medios a tu disposición, un equipo de trabajo más grande y unos tentaculos más largos. No cambia en nada tu música. Hombre, en todo caso la puede mejorar porque cuentas con más medios, y mejores ingenieros y productores. Vivimos una época donde se ha dado la vuelta a todo: hay artistas independientes que gracias a internet hacen números mejores que artistas de discográficas. Antes para subir de escalón necesitabas una discográfica que te aupara. Ahora es al revés. Ahora las discográficas son las que vienen a decirte: úsame para crecer. Ahora triunfan los chavales que suben su propia música a internet desde su casa.
-Ahora todo el mundo tiene acceso a muchísima música en poco tiempo, pero también la olvida en cuestión de segundos.
-El otro día hablaba con mis amigos justamente de esto. Nos preguntábamos: ¿Cuál es tu canción favorita? ¿Cuál es tu artista preferido? Nadie tenía un artista o una canción preferida. Hace 20 o 30 años la gente tenía esto claro porque lo que llegaba era minúsculo en comparación con la cantidad de información que tenemos hoy día a nuestro alcance. Ahora escuchamos la música y los artistas que queremos cuando queremos. Eso se traduce en que a la hora de hacer música también. Antes si tú querías hacer rock te buscabas la vida. Hoy un tío puede hacer rock con elementos digitales y con un coro de orquesta. Las barreras entre los diferentes géneros de música son cada vez más difusas. Ahora escuchas música y no sabes lo que estás escuchando. ¿Es pop? ¿Rock urbano? ¿Reguetón? Me parece un momento muy bonito. Las bandas se concentran en hacer música, no en un género concreto.
-Este viernes actúa junto a Raimundo Amador, un visionario de la fusión entre flamenco y otras músicas. ¿Cómo nació este tándem?
-Es un proyecto que nace con Red Bull y que viene de largo. Trabajé con ellos en diferentes acciones. Ellos querían que trabajara con un artista durante una o dos semanas en un estudio de grabación. Me dieron carta blanca. Le di vueltas y me decidí por Raimundo Amador. Para mí, él es una de las pocas leyendas vivas. En la música para que a uno le consideren una leyenda, un referente, muchas veces te tienes que morir (ríe). Él lo ha conseguido en vida. Lo tuve muy claro. Ha salido muy natural todo.
-¿A qué suena la mezcla Dellafuente Raimundo?
-Hemos llegado a un punto en común entre los dos mundos. Te suena cercano. Es algo que te lo esperas incluso. Ya lo escucharéis.
-El flamenco no ha sido una música ajena a su vida. En sus canciones hace referencia a Enrique Morente, el Torta, Camarón de la Isla. ¿Van a ir por ahí los tiros a nivel musical?
-Sí, claro. Raimundo en sí es flamenco. Es un hombre de fusión. Hace blues flamenco. Yo ando por ahí. Son mundos muy lejanos que se tocan.
-"Si te digo que esta es la música del barrio te miento / la música del barrio siempre va a ser el flamenco", ha cantado. En una entrevista dijo que le molestaba que su música se asociara a la clase obrera, a la gente del barrio. ¿Por qué?
-No me molesta. No quiero cargar con esa responsabilidad. Ni soy un superhéroe, ni vengo a defender los derechos de nadie. No me quiero meter en ese jaleo porque no me quiero encasillar en nada. El que escuche diez canciones diferentes mías sabe que no estoy centrado en ningún público objetivo. Me parece guay que haya gente que tire por ese camino. No es el mío. No hago canciones protestas. Hablo de cosas que vivo o que se. Ni mucho menos soy el abanderado de la clase obrera.
-Pero su clase social marca su camino. Si fuera el hijo de Paul McCartney otro gallo le cantaría. Lo tendría más fácil.
-(Ríe). A veces el apellido es una bendición o una maldición, según se mire. A veces es mucho mejor no ser nadie y así no sentir el peso de un apellido.
-¿Siente alguna presión por estar en la primera línea de artistas de música urbana?
-Es raro. Obviamente cuando entras en esa liga estás expuesto a mucha presión y hay mucha competitividad. A mí nunca me ha gustado estar compitiendo por nada. Tengo una vena niñaca, asocial. Soy muy mío. Pero eso no es algo que me preocupe. A día de hoy he cumplido con todas las expectativas que tenía. Estoy tranquilo.
-Va a cantar delante de la catedral de Granada. ¿Cómo se siente?
-Increíble. Es un sitio icónico. Va a ser un día especial. La gente lo va a disfrutar y luego lo va a recordar.
-No sé si está al día de la polémica de Yung Beef y la editorial Errata Naturae. ¿Qué opina?
-Estoy muy desconectado de las redes. He visto la portada del libro y se sabe a leguas que es él. Si no le han pagado por eso creo que tiene todo el derecho a pedir algo, que lleguen a un acuerdo. A mí no me haría ni puta gracia que una empresa se lucrara con mi imagen sin permiso. En fin, hablando se entiende la gente.
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