Enrique Lanz estrena en el Liceo 'El Retablo de Maese Pedro'
Para el montaje basado en la obra de Manuel de Falla, el nieto de Hermegildo Lanz, que colaboró en su día con el compositor, utiliza marionetas de 9 metros
El Liceo de Barcelona estrenará mañana una nueva producción de la ópera de cámara El Retablo de Maese Pedro, de Manuel de Falla, con dirección de escena de Enrique Lanz, nieto del colaborador de Falla Hermenegildo Lanz, que intervino en el estreno de la obra en 1923.
Enrique Lanz confesó ayer: "Éste estreno es el sueño de mi vida, un anhelo por fin cumplido, estrenar el espectáculo que me ha hecho titiritero, después de tres años trabajando en la producción".
Sin embargo, precisó que todos sus espectáculos "han girado entorno al Retablo, con continuos juegos de percepciones visuales, con juegos entre la realidad y la fantasía".
Sin ocultar su emoción, Lanz aseguró que el espectáculo es "un tributo a una generación de creadores españoles de los años 20", entre ellos, a su abuelo Hermenegildo Lanz, "para quien Falla fue muy especial, no sólo por su vinculación profesional, sino también por la amistad que tenían".
El espectáculo salda asimismo una "deuda moral" que tenía contraída con el compositor, pues "la intervención de Falla fue decisiva" para salvar a su abuelo de la muerte en el inicio de la Guerra Civil española.
El director de escena no pudo olvidar tampoco que "ese Retablo es, además, la primera referencia literaria en castellano en la que se menciona el arte de los títeres".
Lanz explicó que dadas las dimensiones del Liceo y del Teatro Real de Madrid, donde se representará a partir del día 16 de enero, ha optado por "unos títeres de dimensiones monumentales, con un Quijote -el personaje más grande- de casi nueve metros de altura". En el espectáculo se fusionan el Barroco, a través de la iconografía de las pinturas de Velázquez, el Románico y la estética medieval.
En el juego de perspectivas visuales, Lanz utiliza dos niveles de títeres: "Unos gigantes, que simulan ser estatuas de bronce barrocas que representan al Quijote, a Trujamán y a Maese Pedro, los tres personajes con voz y protagonistas, y a los espectadores que estaban en la venta; y por otro lado, los títeres del teatrillo, que son más pequeños, con dimensiones de entre dos y cuatro metros".
El director musical de la producción, Josep Vicent, reclamó a los responsable de la política cultural que den a conocer en todo el mundo a creadores españoles tan poco conocidos como Manuel de Falla, "con obras como La vida breve o el propio Retablo, que deberían ser más habituales en los teatros del mundo". Para Vicent, El Retablo de Maese Pedro es "una obra de una modernidad impresionante, una pieza tan moderna que ni siquiera parece Falla, sino una obra compuesta hace un año".
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