Ernesto Pérez Zúñiga: "El amor nos hace ser la mejor versión de nosotros mismos"
Ernesto Pérez Zúñiga, poeta y escritor
Granada/Escala es el polisémico título escogido por Ernesto Pérez Zúñiga para reunir treinta años largos de su producción poética. Un volumen en el que hace referencia a las diferentes "escalas editoriales" que en mayor o menor medida componen esta obra, desde El vigilante (1991) hasta Lance (2021), para terminar con una selección de inéditos de su próximo trabajo Cartas escondidas, siete poemas escritos ya en 2022 y 2023.
El autor
Ernesto Pérez Zúñiga, madrileño de nacimiento (1971) y granadino por crianza, repasa en este volumen publicado por Sonámbulos lo mejor de tres décadas, o al menos lo que el propio autor cree que "debe perdurar" porque siguen siendo "espejos" en seguir mirándose, aunque está seguro no coincidiría con la selección que podría hacer cualquier otro antólogo.
Filólogo por la Universidad de Granada, actualmente es subdirector de Cultura del Instituto Cervantes. Entre sus libros de poemas, destacan Calles para un pez luna (2002), por el que recibió el Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, Cuadernos del hábito oscuro(2007), Siete caminos para Beatriz,(2014) y Lance (2021). Y, entre sus novelas, Santo Diablo (2004), El juego del mono (2011), La fuga del maestro Tartini (2013), por la que ganó la XXIV edición del premio de novela Torrente Ballester, No cantaremos en tierra de extraños (2016) y Escarcha (2018). Autor de ensayos y artículos publicados en revistas y ediciones literarias, colabora con medios como Cuadernos Hispanoamericanos, Letras libres o Zenda. Parte de su obra se ha traducido al francés, alemán, rumano e italiano.
Su vida ha tenido varios puntos de inflexión, pero su trayectoria como escritor ha tenido un antes y un después de El juego del mono, 2011, una novela que surgió como profesor de Literatura en la Línea de la Concepción. "Allí fue donde decidí cambiar de vida, abandonar la enseñanza e irme a Madrid para concentrarme por entero en la literatura. Hasta entonces sólo escribía poesía y en Madrid me puse a escribir narrativa". Desde entonces, Pérez Zúñiga ha optado por giros de guion como meter al lector en un western para contar una historia que discurre en la posguerra española No cantaremos en tierra de extraños o por poner voz a los abusos sexuales en Escarcha, una novela de iniciación, en la Granada de la Transición política, donde habla de cómo la pureza de los niños se extravía en el mundo de los adultos.
La antología
En los últimos años su faceta de poeta se está "imponiendo" a la de narrador, aunque ultima ya otra novela. Algunas de las creaciones poéticas que ha alumbrado desde 2022 ven ahora la luz Escala, aunque Cartas escondidas no será probablemente el título definitivo de su siguiente poemario. Esta antología sirve de repaso a toda su trayectoria como poeta. "O al menos por lo que realmente quiero quedar", matiza. "Llevo escribiendo poesía desde los 14 años. Había incluso algunos poemas de los 16 y 17 años que no estaban mal, y quizás hubiese sido interesante recoger alguno, pero he querido seleccionar aquellos en los que aún me reflejo", cuenta sobre el criterio de selección y descarte de los textos elegidos.
Por eso, tanto de El vigilante (1991) como de Los cuartos menguantes (1997), sólo ha seleccionado dos composiciones. Siete de Ella cena de día (2000); Nueve, de Calles para un pez luna; y una veintena de Cuadernos del hábito oscuro, Siete caminos para Beatriz y Lance.
Todo un ejercicio de retrospectiva interior que permite al autor y sus lectores situarse entre el Ernesto Pérez Zúñiga que ha dejado ser poco a poco y en el que todavía es hoy. "Se ve claro en los poemas. Hay un Ernesto que tiene una necesidad de sabiduría y de conocimiento y se va cuestionando el yo y la realidad aparente o más superficial. Por otro lado hay un Ernesto que está preocupado por la energía del mundo, tanto en la sociedad como en la naturaleza. También es un yo atento a esas otras voces misteriosas que tienen que ver con la conciencia más profunda, con el cosmos y el misterio. Esta antología tiene que ver con aterrizar todo eso en poemas que concentren con la mayor exactitud posible este misterio. Poemas que reflejen con sus imágenes y ritmos esta complejidad y lo esencial".
Próximos trabajos
Así hasta llegar a Cartas escondidas, unos textos que reflejan también "ese misterio esencial de la creación, de la vida que nos rodea y habita dentro de nosotros", pero en las que el poeta cuenta que va un paso más allá. "Esas cartas están dirigidas a un ser amado, porque ese amor, cuando está transido de cierto conocimiento, permite dar lo mejor de nosotros mismos. El reino nace en el amor con el otro, no hay una búsqueda de sabiduría solitaria, tiene que ver con la afinidad con los demás. Con la ruptura de esa identidad que nos separa del resto, porque la unión es lo que saca lo mejor de cada uno".
Un tema que se refleja en su trabajo en el Instituto Cervantes, en el que se deja ver esa perspectiva "humanista" de la literatura y la poesía y que está presente también en su próxima obra narrativa, tal y como adelanta Pérez Zúñiga: "Aunque trata otros temas, como la esclavitud de las nuevas tecnologías en el mundo actual, la novela tiene que ver con el amor porque nos hace ser la mejor versión de nosotros mismos y nos enseña a amar la vida en la fragilidad de la muerte".
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