España avanza: este año ganamos un IG Nobel
Ciencia abierta
Al ganador español, al principio, no le hizo gracia; luego lo considera una oportunidad
En los más de 200 artículos con que cuenta esta sección de Ciencia Abierta, recuerden que comenzamos esta aventura allá por noviembre del año 2012, hemos dedicado páginas anuales a los mayores premios que otorga la Ciencia, la Ciencia oficial y académica, los premios Nobel que concede la Academia sueca. Cuando se publique la próxima página, allá por la segunda semana de octubre conoceremos los ganadores de este año y quizás podamos festejar que algún español ha sido premiado o que las letras castellanas han recibido un premio en literatura o que más mujeres han sido galardonadas en los premios de ciencias, tan habitualmente reservados a los varones, en particular si el premio es en Física. Todo ello pertenece a las elucubraciones futuras, sin embargo lo que ya podemos celebrar con certeza absoluta son los Ig Nobel.
El año pasado le dedicamos, por primera vez, nuestra página y les dimos a conocer en esta sección. Ya van 31 ediciones de Ig Nobel y cada vez tienen más repercusión en los medios de comunicación, medios serios, no crean. Los Ig Nobel se conceden con anterioridad a los Nobel suecos y reconocen hasta 10 trabajos (publicaciones) que "primero hacen reír y luego hacen pensar a la gente". Se dan en categorías que pueden coincidir (o no) con las clásicas de Física, Química, Medicina, y otras que pueden variar de un año a otro y que premian a diversas disciplinas, científicas (o no tanto). Los Ig Nobel fueron fundados por Marc Abrahams, primer editor de la revista de humor científico Annals of Improbable Research (AIR) (Anales de investigaciones improbables). Posteriormente, y tras alguna demanda legal con acusaciones varias, los Ig Nobel se siguen organizando en la Universidad de Harvard (algo serio, sin duda).
Los Ig Nobel premian lo imaginativo, lo poco usual y desean estimular el interés por la ciencia y la tecnología, valorando además el sentido del humor. Los premios nacieron con la idea de dar a conocer trabajos que no deberían ser reproducidos y para hacer crítica de técnicas como la homeopatía o la enseñanza del creacionismo. Sin embargo, han ido evolucionando hacia trabajos que suelen incidir en elementos inesperados, sorprendentes y habitualmente cargados de cierto sentido del humor. Humor que se expresa particularmente en la ceremonia de entrega, llena de actos irreverentes y cómicos. A la ceremonia acuden científicos de prestigio e incluso ganadores de los Nobel (los de la Academia) para hacer entrega de los galardones ficticios, nada de dinero real. Yo entiendo los Ig Nobel como un reconocimiento a la investigación pura, al deseo de conocer por conocer que impulsa a la ciencia.
A continuación les comento los ganadores de este año, comenzando con los españoles premiados en la categoría de Ecología. Premio en Ecología a Leila Satari (Irán) y los españoles Alba Guillén, Ángela Vidal y Manuel Porcar, por utilizar el análisis genético para identificar las diferentes especies de bacterias que residen en los restos de chicles desechados y pegados en las aceras de varios países (artículo publicado en Scientific Reports).
- Premio en Biología a los suecos Schötz, Eklund, y van de Weijer, por el análisis de las variaciones en el ronroneo, gorjeo, parloteo, trino, murmullo, maullido, chillido, siseo, aullido, gruñido y otros modos de comunicación entre gatos y humanos (diversas publicaciones). El tema parece que da para mucho estudio, no hay que ver más que los miles de vídeos de gatos que circulan por Internet.
- Premio en Química (diversas nacionalidades) a J. Wicker, N. Krauter, B. Derstroff, C. Stönner, E. Bourtsoukidis, A. Edtbauer, J. Wulf, T. Klüpfel, S. Kramer y J.Williams, por analizar químicamente el aire de las salas de cine para comprobar si los olores producidos por el público indican de forma fiable los niveles de violencia, sexo, comportamiento antisocial, consumo de drogas y lenguaje inapropiado de la película que está viendo el público (publicado en PLoS ONE). ¿Servirá para censurar las películas?
- Premio en Economía a Pavlo Blavatskyy (de Francia, aunque por el nombre no lo parece), por descubrir que la obesidad de los políticos de un país puede ser un buen indicador de la corrupción de ese país. El articulo original se puede traducir como "La obesidad de los políticos y la corrupción en países postsoviéticos" (ahora entiendo mejor lo del nombre del premiado, la verdad).
- Premio en Medicina a O. C. Bulut, D. Oladokun, B. Lippert y R. Hohenberger (varios países), por demostrar que los orgasmos pueden ser tan eficaces como los medicamentos descongestionantes para mejorar la respiración nasal (publicado en Ear, Nose & Throat Journal). Digamos que un buen remedio de medicina natural.
- Premio de la Paz a E. Beseris, S. Naleway y D. Carrier (estadounidenses), por someter a prueba la hipótesis de que los humanos evolucionaron la barba para protegerse de los golpes en la cara (publicado en Integrative Organismal Biology). Sin comentarios.
- Premio en Física a A. Corbetta, J. Meeusen, C. Lee, R. Benzi y F. Toschi (varios países), por realizar experimentos para saber por qué los peatones no chocan constantemente con otros peatones (publicado en Physical Review). Me pregunto si realmente pidieron peatones voluntarios para tales experimentos.
- Premio en Cinética a H. Murakami, C. Feliciani, Y. Nishiyama y K. Nishinari (Japón e Italia), por realizar experimentos para saber por qué los peatones chocan a veces con otros peatones (publicado en Science Advances). Aquí los voluntarios corrían más riego.
- Premio en Entomología a: J. Mulrennan, R. Grothaus, C. Hammond y J. Lamdin (varios países), por su estudio “Un nuevo método de control de cucarachas en submarinos” (publicado en Journal of Economic Entomology). Jamás sospeché que esos bichos también estuvieran en un U-Boot.
- Premio en Transporte a R. Radcliffe, M. Jago, P. Morkel, E. Morkel, P. du Preez, P. Beytell, B. Kotting, B. Manuel, J. du Preez, M. Miller, J. Felippe, S. Parry y R. Gleed (varios países), por determinar mediante un experimento si es más seguro transportar un rinoceronte por el aire boca abajo (publicado en BioONE). El rinoceronte no se presentó voluntario, seguramente.
Aclaremos que los españoles premiados, tras aceptar con escepticismo el premio, creen que les puede servir para dar a conocer la utilidad de sus trabajos y obtener financiación para sus proyectos. Ya saben que lo de investigar en este país, por mucho que los sucesivos gobiernos digan lo contrario, sigue siendo llorar y emigrar.
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