Fallece a los 76 años el cantaor jerezano Manuel Agujetas
Máximo exponente de una saga familiar, era un referente y defensor del flamenco más puro


El cantaor Manuel de los Santos Pastor, conocido artísticamente como Agujetas o Agujetas de Jerez, falleció ayer a los 76 años tras una larga enfermedad. Según confirmaron fuentes cercanas al artista, su muerte se produjo a mediodía en el Hospital de Jerez, donde ingresó en la tarde del día 24. Al no existir siquiera partida de nacimiento, se calcula que Agujetas pudo nacer en 1939, aunque también hay dudas acerca del lugar, si lo hizo en Jerez o en Rota (Cádiz).
Manuel Agujetas era uno de los grandes referentes y defensores del flamenco más auténtico y máximo exponente de una saga familiar que inició su padre, Agujetas Viejo, que le inculcó el cante de maestros como Manuel Torre, Tío José de Paula o El Marrurro.
Manuel de los Santos Pastor protagoniza uno de los momentos más intensos de la película Flamenco, de Carlos Saura, interpretando un martinete en el que muestra la pureza de su cante y donde se resalta su rostro marcado por los años. Desde entonces, las grabaciones se sucedieron con asiduidad. En total participó en 13, la primera titulada Viejo cante jondo, en 1972; y la última Agujetas: historia, pureza y vanguardia del flamenco, en 2012, una edición antológica integrada por cinco volúmenes. En la práctica totalidad de estos trabajos, Manuel Agujetas defendió el cante antiguo y la memoria oral.
Manuel de los Santos Pastor abandonó su trabajo en la fragua de su padre para dedicarse al cante. En 1970 se mudó a Madrid, donde grabó su primer disco producido por Manuel Ríos Ruiz y acompañado en la guitarra por Manolo Sanlúcar. Fue ahí cuando tomó el apodo de Agujetas de su padre como nombre artístico. A partir de ese momento paseó su arte por tablaos madrileños, colegios mayores, ateneos, festivales y grandes teatros de España y el extranjero: París, Londres y Nueva York se rindieron a sus pies.
Su cante siempre estuvo impregnado del aire inconfundible de la antigua escuela jerezana. De hecho, aprendió escuchando a Manuel Molina, Marrurro, Majama, Tío José de Paula o Manuel Torre. Esto hizo que su voz fuese tomada como referente del flamenco más puro en numerosas grabaciones, como en la Magna Antología del Cante Flamenco recopilada por el musicólogo José Blas Vega en 1984 (que mereció el Premio Nacional del Ministerio de Cultura). Entre sus reconocimientos destaca el Premio Nacional de Cante de la Cátedra de Flamencología de Jerez, logrado en 1977.
Tras una prolongada estancia en Norteamérica contrajo una grave enfermedad que lo alejó de los escenarios, por lo que un grupo de destacados intérpretes del flamenco le rindió homenaje en 1987 en un concierto benéfico en su tierra que además sirvió para reactivar su carrera.
Pertenecía a una gran familia dedicada al flamenco: sus hijos Dolores Agujetas y Antonio Agujetas también son cantaores, así como sus hermanos Juan, Paco, Diego y Luis. Algunos de sus discos son Viejo cante jondo, El color de la hierba, Agujetas en París, El querer no se puede ocultar, Agujeta en la soleá o El rey del cante gitano, en los que defiende el cante antiguo y la memoria oral, legados de los que se sentía guardián.
Una de sus grabaciones más importantes es Veinticuatro quilates, donde de nuevo reivindica la escuela de Manuel Torre, de El Marrurro y Tío José de Paula con cantes, sobre todo, por seguiriyas, por soleares y fandangos. "Mientras yo siga vivo el cante no se va a perder", manifestaba Agujetas en sus apariciones.
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