"Felipe II fue un hombre atormentado con dificultades para amar de verdad"

La escritora catalana se adentra en 'La casa de los siete pecados' en las imperfecciones, debilidades y sentimientos que marcaron la vida del monarca y que contribuyeron al devenir de la historia del país

La escritora catalana Mari Pau Domínguez, instantes antes de la presentación de su libro 'La casa de los siete pecados' en Granada.
La escritora catalana Mari Pau Domínguez, instantes antes de la presentación de su libro 'La casa de los siete pecados' en Granada.

Felipe II sólo lloró una vez en público. Fue en el funeral de su tercera esposa, Isabel de Valois, su gran amor. En ese terrible instante, el monarca comprendió que "su corazón se había quedado ya colmado con ella y que no le cabría nadie más". Este detalle, que Mari Pau Domínguez leyó entre los millones de líneas de textos en los que se adentró en la investigación previa a la escritura de La casa de los siete pecados (Grijalbo), se convierte en el punto de partida de una narración donde se mezclan a la perfección el misterio -la novela recrea la leyenda del fantasma de su amante Elena de Zapata- y la sensualidad con el devenir de la Historia, y con la que la escritora catalana logró hace unos meses el primer Premio CajaGranada de Novela Histórica.

-Después de La casa de los siete pecados y del anterior El diamante de la reina, debe sentir ya a Felipe II casi como de su familia...

-Lo que siento es una profunda necesidad de seguir indagando en su persona. Creo que es un personaje tan rico en matices y que hizo tantas cosas durante su vida que sigo teniendo la sensación de que me queda mucho todavía por averiguar de él, por contar y transmitir.

-¿Tiene algo que ver la fascinación que Felipe II ejercía en las mujeres y en su corte con el atractivo que despierta como personaje para novelar?

-Imagino que sí. A mí, por lo menos, me ha cautivado. Felipe II es un personaje en el que se da una enorme contradicción histórica. Se ha escrito mucho sobre él, pero apenas se han dado a conocer pormenores y detalles de su persona. Ya en los últimos años ha sido cuando algunos historiadores se han atrevido a saltar por encima de esa leyenda negra y han intentado ver esa figura desde muchos más ángulos. Estudiando los documentos de él que han perdurado hasta nuestros días se ha llegado a conclusiones de tipo más personal sobre cómo era y cómo sentía. Se ha podido saber, por ejemplo, que amó de una forma increíble, paternal y tierna a las dos hijas que tuvo con Isabel de Valois, pese a que quería un varón como monarca.

-¿Qué importancia tenía el amor en su forma de estar en contacto con el mundo?

-Él se enamoró con locura de dos mujeres: una fue su tercera esposa, Isabel de Valois, y otra fue una amante que había tenido hace mucho tiempo, Isabel de Osorio, con la que tuvo dos hijos. Es muy posible que tuviera dificultades para amar de verdad a las mujeres; no fue un hombre fácil en ese sentido. Tenía cierto tormento interior, era muy complejo, y no se relacionaba bien con las mujeres.

-¿Y qué supuso la irrupción de Elena de Zapata en su vida?

-Elena de Zapata es un personaje cuya existencia se presupone; muchos historiadores la dan como real pero a través de referencias lejanas, porque no hay constancia cierta de que fuese amante del rey. Yo he querido pensar que existió y, en cualquier caso, ya existe como personaje literario. Creo que si llegó a existir esa relación fue como cuenta el libro. Elena de Zapata le aportaba una gran pasión en la cama y él se dejaba llevar sin poder evitar controlarse. Cuando Ana de Austria llegó a España para casarse con él y tener un heredero, él comprendió que no podía compartir dos lechos y actuó como en otras ocasiones: ordena que Elena fuese quitada del medio y la casa con un capitán de los Tercios de Flandes. Un día, al poco de irse el capitán al frente, Elena aparece muerta en su alcoba y, antes de que el cuerpo fuera enterrado, desaparece y nunca más se supo de él. Ahí nació la leyenda de Elena Zapata que habla de que en las noches de luna llena, en la casa de las Siete Chimeneas donde ella vivía, en el tejado de la casa aparece un espectro, un fantasma de mujer de gran belleza, vestida de blanco y con una antorcha en la mano. Camina por el borde en dirección al Alcázar, que era la residencia del rey, lanza un alarido terrorífico en medio de la noche, se golpea en el pecho y cae hincada de rodillas. Se decía que era el espíritu de Elena que aparecía esas noches claras para azuzar la conciencia del rey, quejándose por haberla ordenado asesinar. Leyenda o no, lo cierto es que en el siglo XIX, durante unas obras en la casa de las Siete Chimeneas aparece un cadáver de mujer que nunca fue identificado y, junto a él, varias monedas fechadas en el reinado de Felipe II.

-La vida de las monarquías siempre ha despertado un enorme interés y parece que son una fuente inagotable para historiadores y escritores...

-Históricamente siempre ha existido la curiosidad por la vida ajena. Cuando se refiere a reyes y gobernantes es aún más entendible, ya que al pueblo le gustaba saber de las debilidades de sus monarcas. Los reyes eran casi dioses, gente intocable y perfecta, y nosotros tenemos una larga retahíla de reyes imperfectos... Felipe II, por ejemplo, que era el paladín de la cristiandad, caía en pecados como la lujuria.

-En La casa de los siete pecados, los acontecimientos históricos se suceden de forma natural, pero ceden el protagonismo a la forma en que le afectaban personal y emotivamente a Felipe II...

-En la Historia que estudiamos existen elementos abstractos que han sido decididos por reyes, es decir, por personas, con sus imperfecciones, sus debilidades, sus sentimientos, sus enfermedades... Eran personas y decidían el curso de la historia. Yo he querido pasar a ese segundo plano y ver qué había debajo de ese gran gobernante que tomaba decisiones fundamentales que tenían repercusiones indudables en su vida.

-¿Quién conoce mejor a los personajes de su novela? ¿El escritor de ficción que se los inventa de la nada o el autor que investiga y profundiza en los que sí existieron en la vida real?

-La novela histórica, por su proceso previo, requiere de mucha más entrega y es un proceso laborioso y arduo pero que te permite un momento más apasionante de escritura. Recrear históricamente hechos, situaciones y personajes que han existido y que fueron importantes en la Historia es un ejercicio que me ha desatado la creatividad más que todos los que he hecho literariamente hasta ahora. Juegas con elementos de estudio, herramientas como documentos y bibliografía, así que darle cuerpo literario e inventar escenas es muy divertido.

-¿Pesa la responsabilidad de inaugurar el mejor premio español dedicado a la novela histórica?

-Cuando supe que había ganado pensé en una puerta maravillosa que se abre y a través de la cual me espera una senda con gran responsabilidad para seguir adelante. Debo cumplir con la responsabilidad con quienes me han dado el premio y con los lectores que han confiado en él, y eso es apasionante.

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