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Antonio Moral, director del Festival de Música y danza de Granada
Granada/Aunque en un principio la fecha de la 69 edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, previsto del 25 de junio al 12 de julio, no hace temer por su celebración,a la vista de las últimas medidas cautelares impuestas por las diferentes administraciones a causa del Covid-19, la dirección ha decidido retrasar la venta de localidades de la 69 edición del Festival.
Según el nuevo calendario, las entradas para Novena participativa, que tenía una fecha de inicio de venta diferente del resto de las localidades, podrán adquirirse a partir del 22 de abril. La venta del resto espectáculos por internet, fijada para el 1 de abril, no se podrá realizar hasta el miércoles 6 de mayo a las 10:00 horas en la página web del Festival. Y en la taquilla del festival, en el Corral del Carbón, a partir del 11 de mayo.
Por ahora, esas son las únicas medidas previstas y no se plantean cancelar ni aplazar la cita, pero el director del Festival, Antonio Moral, reconocía ayer que ahora mismo nos movemos en un terreno en el que “todo son especulaciones pero, por ahora, quedan tres meses para el Festival, es mucho tiempo”.
Aunque es consciente de la importancia de ser cauteloso y “hay que ser prudentes”, Moral es optimista y anima al público a realizar la compra por internet de las entradas del festival cuando llegue la fecha para evitar así las colas físicas.
También hace un llamamiento a la calma y pone como ejemplo el caso de China, un país en el que el coronavirus duró “poco más de dos meses” y, además “ya se tiene un mayor conocimiento del problema”.
Por ahora tampoco ha recibido la llamada de ningún artista nacional o internacional cancelando su presencia en la gran cita cultural de Granada. “Las acciones que se están tomando son muy a corto plazo y en nuestro caso jugamos con la baza del tiempo. Por ejemplo, el Teatro Real ha tenido que suspender toda la programación de este mes y eso son muchos conciertos. Lo mismo ocurre con los festivales que se iban a celebrar en abril”, comentaba ayer en una conversación telefónica con este diario desde Madrid, a donde se marchó la semana pasada para reunirse con su familia en un movimiento contrario al de muchos de los habitantes de la capital española
Aunque se muestra optimista, es cauto con las repercusiones que puede tener las medidas que se están adoptando en el sector económico en general y en el cultural en particular. “No sabemos el impacto que va a tener pero no todos los músicos son iguales. No es lo mismo una gran orquesta que un músico freelance. Los integrantes de una gran formación siguen cobrando toquen o no pero los independientes si no lo hacen no cobran”. El director del Festival de Música y Danza ponía ayer como ejemplo las pequeñas orquestas de cámara, grupos barrocos o el mundo del flamenco en general. “A estos colectivos es a los que tenemos que ayudarles. Ellos pagarán los platos rotos”. Por este motivo, Moral considera muy importante no cancelar las actividades culturales sino aplazarlas. “Son economías de pequeña escala y dependen de lo que hacen. Estos días hablando por teléfono con un músico me comentaba que le habían cancelado todo hasta el verano. Hay que ser solidarios”.
En caso de que las medidas impuestas se prolongasen más meses, para el director el problema no será de la cultura sino una crisis general imprevisible. “Más adelante se medirán cuales son las repercusiones reales en función de lo que dure, porque si llegamos a julio así, no hay país ni civilización que aguante eso”.
Además de la medida que ya ha adoptado el Festival de ofrecer una recomendación musical diaria en su página web durante este periodo de cuarentena, Moral considera que la cultura puede ser de ayuda ahora mismo a modo un bálsamo en estas horas de encierro involuntario y también después, pues baraja otras medidas solidarias para la cita de este año. “Me gustaría plantear al Consejo Rector de mayo que la recaudación de algunos de los conciertos la destinemos a los grupos más desfavorecidos y que más han sufrido más con toda esta crisis del coronavirus”.
La edición de 2020 está dedicada al 250 años del nacimiento de Beethoven, algo que no sólo tiene lógica por la relevancia universal de la efeméride, sino por la propia historia del Festival. De las 32 actividades programadas, 13 de ellas celebran este aniversario, con un total de 26 obras. Otras efemérides tendrán igualmente un hueco en la programación. La Filarmónica de Róterdam se hará también eco del centenario de la muerte de Max Bruch y se recordará el estreno de la Novena sinfonía de Shostakóvich. Además, el V centenario de la primera vuelta al mundo será recordado en un estreno de la Accademia del Piacere, Gugurumbé.
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