Flamenco y poesía, un mismo compás
Poetas y cantaores se unieron anoche en el Corral del Carbón en un recital que demostró lo cerca que viven literatura y arte jondo
El Corral del Carbón fue anoche escenario del segundo de los conciertos del ciclo del FEX Al compás de la poesía. Flamenco y Literatura, con el que se quiere tomar el pulso flamenco a la actual poesía granadina, ya que las letras que se cantan han salido de las plumas de autores como Álvaro Salvador, Ángeles Mora, Miguel Ángel Arcas, Javier Bozalongo o Juan de Loxa, que anoche se subió al escenario junto a jóvenes pero ya consagrados flamencos como los cantaores Juan Pinilla o Iván Centenillo, guitarristas como El Martinete o Josele de la Rosa, y bailaoras como Victoria López. "Me hace más ilusión este concierto del FEX lleno de jóvenes talentos que aportan cosas, que refrescan, que cuando en los años ochenta presentamos Mario Maya y yo Ay jondo en el Carlos V", recuerda Loxa refiriéndose al espectáculo que llevó el flamenco moderno al Festival.
Porque la relación entre el cante jondo y la muestra musical granadina viene de muy antiguo, pero nunca se le había pedido a las generaciones actuales de poetas que escribieran para el cante o entregaran un poema a un cantaor para ser cantado. "La respuesta ha sido sorprendente -dice Jorge Fernández Bustos, coordinador del ciclo- porque prácticamente todos poetas de Granada escriben flamenco... o algo parecido. Hemos tenido un superávit de letras, y se nos han quedado en el tintero muchos que habrían hecho buen papel". Casi una treintena de poetas participan en el ciclo, que ha editado también un librito con los poemas que aquí se cantan como letras flamencas. "Más difícil, reconoce Fernández, era el tema del cante, porque no todos los cantaores y cantaoras actuales están preparados para cantar cualquier cosa, pero luego se han lanzado y han salido cosas extraordinarias". ¿Es más difícil para el cante flamenco una letra moderna que una antigua? Para Sara La Samarona, "dependiendo del poeta y de su métrica, será más fácil o difícil adaptarlo. Canto a Cecilio Espejo y Juan de Loxa, con quien he tenido una experiencia maravillosa, porque no ha habido que adaptar nada, las letras están perfectamente cuadradas para el cante, y luego como en sus temas es tan reivindicativos, tan del pueblo como en el flamenco, es muy fácil de cantar".
Y es que la influencia del viejo cante sobre la poesía viene de antiguo, sólo hace falta nombrar a los hermanos Machado, Lorca o Alberti, algo que para escritores de hoy como Juan Carlos Friebe sigue siendo vigente, "porque las letras antiguas derrochan sabiduría y son perfectas, en tres líneas resumen una historia de amor o una tragedia. Deberíamos fijarnos más en estas fuentes de inspiración, que son nuestro pasado, en vez de, por ejemplo, escribir haikús, que son tradiciones más lejanas a nosotros. Lo que pasa que el flamenco obliga a ceñirse a una forma métrica muy concreta, poco acorde a nuestra forma de escribir hoy, y por eso es un camino poco transitado por los poetas". Friebe ha protagonizado una de las experiencias más curiosas dentro de este ciclo dedicado a mostrar todas las formas posibles en que puede escenificarse la relación entre poesía moderna y flamenco, ya que ha recitado sus versos a capella mientras Victoria López los bailaba. Para la bailaora "ha sido un reto, sin música, sin compás, se trata de acompañar la poesía, interpretar coreográficamente su ritmo, y con mi grupo hemos hecho un cuadro que nos gusta mucho".
Sin embargo no para todos los poetas que se cantan en el ciclo la influencia del flamenco está tan viva en su obra. Es el caso de Javier Bozalongo, que cree que "en mi poesía no hay influencia del flamenco, en otros tal vez sí, pero no lo veo a menudo entre los poetas de hoy. Pero eso no es incompatible con estar en este ciclo, si el artista que elige el poema es bueno, y en mi caso al tratarse de Juan Pinilla lo es, el resultado será bueno. Soy un firme defensor del mestizaje entre las artes, y si mi letra le sirve al cantaor para expresar lo que quiere, adelante". Parecida opinión tiene otro poeta participante, Pedro Enriquez, del que también se cantan poemas que no fueron escritos para el cante. No cree que persista el influjo flamenco sobre la poesía actual "pero la fusión de las artes es uno de los caminos para que la poesía siga estando presente y encuentre nuevas maneras de relacionarse con el hombre de hoy". Y apunta: "porque este tipo de iniciativas sirven para que la poesía se propague como una mecha".
El ciclo se cierra hoy a las 21.30 horas en un curioso escenario, la Fuente de la Ninfa, una placeta del Paseo de la Bomba situada junto a Puente Verde, con la actuación de Pinilla, Mati Gómez o Fernando Barros, acompañados por las guitarras de Pepe Agudo o Petete entre otros artistas. Pero sus organizadores, la Asociación Diente de Oro, no quieren que la cosa quede aquí, "porque se busca que estas letras pervivan y se queden en el repertorio de los flamencos", dice Jorge Fernández. Y es que como apunta Juan Pinilla "en el flamenco hay mucho por hacer con grandes poetas y grandes poemas".
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