“Vamos a poner en marcha unos premios para apoyar a los creadores”
Francisco Baena, director del Centro José Guerrero
El responsable del espacio de la Diputación recibió ayer a los visitantes más madrugadores del primer museo granadino que se aventura a abrir sus puertas al público
Granada/–Sin la presencia de visitantes nacionales y extranjeros, el arranque habrá sido tranquilo.
–Exacto. Nosotros tenemos estudios de público previos y un tercio de visitantes son internacionales; un tercio, españoles y un tercio, locales. También tenemos muchísimo público escolar. Como sólo pueden venir granadinos y todavía hay restricciones de movimientos, en los museos ocurre como si paseas por la calle: te la encuentras mucho más vacía de lo habitual.
–¿Qué medidas se han tomado para que la reapertura del centro sea segura?
–Lo más importante es controlar el aforo para evitar aglomeraciones. En nuestro caso, salvo inauguraciones y actividades como conciertos, no era normal que hubiese. Tenemos que limitarnos a un tercio del aforo pero como tenemos personal para vigilar eso no es problema. Hay que controlar la distancia de seguridad y es obligatorio el uso de mascarillas, las normas generales. Hemos dispuesto también geles higiénicos y retirado todo el material que se tocaba, como las hojas de sala. En su lugar hemos puesto unas audioguías que se pueden escuchar desde el móvil con un código QR. También dan acceso a unos folletos que ofrecemos en la web más amplios. Nosotros tenemos la ventaja de ser un pequeño sitio sostenible y es más fácil de controlar los accesos que a otros colegas con mayores dimensiones o flujos de visitantes.
–Supongo que no habrán tenido que adoptar las medidas de otros centros, como el Caixaforum de Sevilla, que para el control de aforos ofrece entradas por franjas horarias.
–Nosotros no necesitamos eso lo que te comento: somos más pequeños. En condiciones normales el flujo es continuo pero con poquito público. Ahora que hay menos gente en la calle, realmente no es necesario hacerlo. No es el caso de espacios como el Thyssen de Madrid con mucha más habitantes en la ciudad.
–¿Cuál es el aforo del Centro José Guerrero y cuál será el tope de visitantes estos días?
–Hace unos años renovamos el plan de autoprotección del centro y cada sala tiene un número determinado de visitantes. Sobre una docena por sala ahora, aunque en la de abajo que es más pequeña, unas 9. En total, si el aforo general en las 4 plantas del museo es de 120 visitantes, ahora ronda las 40 personas.
–Pese a la complicada logística que tienen las exposiciones, han podido quitar una y montar otra...
–Sí, la que teníamos montada cuando se declaró el estado de alarma fue la de Solovky de fotografía a la que le quedaba una semana. Ese tiempo es lo que hemos perdido, porque tuvo que cerrarse el centro de emergencia. Según han ido avanzando las fases, en la O o la 1 desmontamos la exposición, aunque el espacio siguiese cerrado al público. Con el correspondiente permiso, desmontamos la exposición, la embalamos y este mismo martes por la noche salió en un transporte especializado para devolverla a los autores, dos fotógrafos de Madrid. A continuación pintamos las salas y montar la colección. Como estaba almacenada aquí no ha habido problema. Hemos hecho la que estaba programada para el verano porque para la que había prevista para los meses de primavera, la de Jordi Teixidor, teníamos obra que nos prestaban que venía de Palma de Mallorca, Madrid... Tenía que venir de distintos puntos de España y como cada comunidad tiene un ritmo era muy arriesgado planificar la exposición. Lo que decidimos de común acuerdo con el artista y el comisario es llevarla a septiembre. Ya estaba preparada, con el catálogo impreso... pero no era prudente por estas eventualidades. A partir de esta muestra de septiembre, cumpliremos el programa aunque con tres meses de retraso.
–¿Puede haber problema con alguna de las programadas después?
–En principio no tiene que haber problemas pero la del Guerrero coleccionista puede ser más difícil de gestionar. Estamos revisándola y aunque pensamos mantenerla a corto y medio plazo, estaremos pendientes.
–¿Los museos tienen ahora una programación que intenta respetar las previsiones y un Plan B?
–Sí, aunque es difícil de gestionar porque las programaciones de los espacios públicos, por los plazos de las administraciones que rigen la ley de contratos, hay que hacerlas con mucho tiempo de antelación. Además, las propuestas las tiene que aprobar los patronatos.
–¿Cómo ve el panorama general del mundo del arte contemporáneo?
–Hay mucha incertidumbre. Esperamos el compromiso de las administraciones para mantener los presupuestos culturales. Hay preocupación por posibles recortes cuando avance la crisis económica pero al menos, empezando por mi caso, la Diputación de Granada hay sensibilidad de seguir. Al menos por ahora. Además, más allá de mantener los presupuestos algunos planes de choque para aliviar situaciones puntuales, vamos a poner en marcha unos premios a la creación contemporánea para ayudar a diferentes creadores.
–¿Cuando podrán volver las visitas de grupo?
–Actualmente no se pueden ofrecer actividades didácticas y culturales, sólo visitas individuales. Ahora, en verano, la parte del programa educativo baja mucho porque no hay clases. Iremos viendo si la cosa evoluciona favorablemente, pero si no se reactiva sí sería preocupante para nosotros, como ha ocurrido con el MOMA de Nueva York. Me parece escandaloso que haya suspendido su programa didáctico.
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