A Galileo Galilei le rechinaban los dientes mientras dormía
Un estudio con motivo de la exposición de restos del científico arroja luz sobre las condiciones de vida de Galileo
A Galileo Galilei (1564-1642) le rechinaban los dientes cuando dormía, según el estudio de un premolar del genio renacentista realizado por el quirúrgico-dentista Cesare Paoleschi con motivo de la exposición de varios restos del científico renacentista. Y es que dos dedos y un diente premolar del genio se exponen en el Museo Galileo de Florencia.
Se trata del índice y el pulgar de la mano derecha y de un premolar de la arcada superior que aparecieron en 2009 tras un casi un siglo desaparecidos. Después de haber sido sometidas a un análisis para determinar su autenticidad, estos restos han permitido también a los investigadores arrojar luz sobre varios aspectos de la vida de Galileo.
"El desgaste de la superficie indica una tendencia al bruxismo; es decir, que mientras dormía, a Galileo le rechinaban los dientes", explicó Paoleschi. Además, "el diente debería dolerle bastante" ya que se aprecia una "pérdida en la fijación ósea".
La historia del diente y los dedos se remonta al año 1737 cuando los restos de Galileo fueron traslados al sepulcro de la Basílica de la Santa Croce de Florencia, donde reposan en la actualidad.
Tras la exhumación del cadáver, varios expertos de la época y fieles seguidores de su trabajo separaron cinco piezas del cuerpo para conservarlas como reliquias, las tres que se exponen ahora por primera vez, además de otro dedo que ya se conservaba en el Museo Galileo y una vértebra que está custodiada en la Universidad de Padua. Las tres piezas que exponen ahora por primera vez aparecieron el año pasado dentro de un relicario del siglo XIX comprado por un coleccionista florentino en una subasta que se celebró en octubre de 2009, aunque en el momento de la compra se desconocía que la pieza contenía tales restos.
Además de arrojar luz sobre las condiciones de vida del científico, se han convertido en uno de los reclamos del Museo de la Historia de la Ciencia de Florencia, que volvió a abrir al público después de dos años de restauración renombrado como Museo Galileo.
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