Gerhard Illi: "La batería no es para llevar sólo el compás"
El virtuoso suizo afincado en Huelva ofrece una serie de conciertos didácticos en los que demuestra que es posible interpretar melodías con las baquetas

J. M. Bolívar / GRANADA
Una hora y media como mínimo tarda Gerhard Illi en montar entera su batería. "Es grandísima. Llevo un doble bombo, una caja, goliat, charles, cinco timbales, tres timbales afinables rototoms, a los que se le pueden cambiar la afinación mientras se toca, además de una batería electrónica, varios parches, samples y no sé cuantos platillos en total".
Aunque no siempre utiliza el mismo combo de tambores. De hecho, para los conciertos didácticos del FEX, el virtuoso suizo afincado en la Sierra de Aracena desde hace años utiliza una batería bastante más pequeña pero mucho más exótica.
" Tengo unos gongs de Indonesia, de los que usan las orquestas gamelan, con los que se pueden hacer melodías y un steel drum de la isla de Trinidad, un tambor metálico que es como un barril de petróleo pero afinado".
En sus recitales hace un recorrido por la historia y la evolución de su instrumento. "El hilo conductor es histórico. De cómo se integró la caja y el bombo con los platos, para que pudiera tocar todo una sola persona, en lugar de tres personas, como en las bandas".
¿Cual es la reacción del público en sus conciertos? "A la gente se le abre la mente cuando ve un concierto sólo de batería. Es un instrumento malentendido. Se pueden hacer miles de cosas con una batería, no sirve sólo para acompañar llevando el compás. Con la batería se puede tocar cualquier melodía. Es como en un recital de piano o guitarra, aunque la gente no se lo imagine así".
Concierto para una catedral inacabada es el título de una obra que interpretará Illi frente a la Plaza de las Pasiegas el viernes. "Es como un poema sinfónico para batería. La idea era contar una historia con la música, ponerlo en imágenes".
Gerhard Illi se compró su primera batería con el dinero que ganó trabajando como albañil y sus padres no es que lo vieran con buenos ojos precisamente: "A mi siempre me ha gustado hacer ruido. Si quieres aprender a tocar el violín, tus padres lo ven muy bien pero con la batería, no. No lo toman en serio. Después como vieron que yo era de piñón fijo, me ayudaron a comprarme una batería mejor".
Desde hace treinta años vive en Andalucía aunque nunca ha tenido curiosidad por aprender a tocar el cajón flamenco. "Me gusta tocar con los palos, sentir la plenitud del sonido. El cajón se toca con las manos, como las congas y es otra técnica, además no se puede componer pensando en vertical. Tiene un sonido más plano, más monótono. No es lo mismo".
¿El mejor batería de la historia a su criterio? "Hay muchos. No sabría decir. Ginger Baker, Stewart Copeland, Ian Paice... Cada uno tiene algo que lo hace único. Jon Bonham era muy bueno con el bombo a contratiempo o los platillos pero en otras facetas, no destacaba. En las bandas de rock, en general, la técnica es menos importante. Ringo Starr por ejemplo no era un gran batería pero era perfecto para los Beatles. De hecho, ninguno de los Beatles era un gran virtuoso por separado pero juntos eran increíbles. Charlie Watts, con esa forma tan simple de tocar la batería encaja en el estilo de los Stones. En los grupos no es tan importante cada músico individualmente como lo que consiguen hacer entre todos" .
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