"El mayor enemigo de la poesía hoy día es la prisa"
GRACIA MORALES | ESCRITORA
La autora granadina publica 'Del hogar y sus mudanzas', una compilación de poemas ya publicados en 'De puertas para dentro' y otros tantos inéditos
Morales lo presenta hoy acompañada de la escritora Erika Martínez y la editora Mariana Lozano en la Biblioteca de Andalucía a las 19:30
Granada/"Los periódicos se acostumbran / a publicar cadáveres lejanos / tendidos boca abajo en blanco y negro; / [...] los amigos se acostumbran a declarar a Hacienda, / a pedir cita en la Seguridad Social, / a dejar de estar de golpe, / sin despedirse. [...] Es por eso que a veces llego / del autobús o del mercado / buscando con urgencia tu boca". Hay una verdad escondida en la poesía de Gracia Morales (Motril, 1973): todos hemos sido ella en algún momento de nuestra vida. Por eso, sus versos tienen la capacidad de emocionar.
La escritora granadina publica ahora Del hogar y sus mudanzas (Esdrújula), una compilación de poemas ya publicados en De puertas para dentro y otros tantos inéditos. La colección de versos, que ella misma presenta hoy junto a Erika Martínez en la Biblioteca de Andalucía a las 19:30, trata temas como la enfermedad, la muerte, el desamor y la maternidad. Lo hila una fina y trabajada lírica que, llegado un momento, estremece al lector.
-¿Qué ha sentido al releer poemas que escribió hace 14 años?
-Si he tenido la voluntad de que se reediten, sobre todo los del libro De puertas para dentro, es precisamente porque la mayor parte de esos poemas para mí no han caducado. Tampoco para los lectores. Hay mucha gente a la que le ha conmovido bastante escuchar algunos de estos poemas en recitales míos. Quizá por tratar ese espacio de lo cotidiano, de lo familiar, de lo que todo el mundo puede vivir. Me da la sensación de que yo no he cambiado tanto, de que el tiempo no ha pasado tan rápido. Mi ideología vital sigue siendo la misma. Mis circunstancias personales sí que han cambiado.
-La primera parte del poemario habla de un enamoramiento que luego se trunca. ¿Piensa que no hay nada que inspire más que "el hondo, el buen amor", que diría José Agustín Goytisolo?
-Me parece que la vida es muy inspiradora. Quizá he escrito más poemas de desconsuelo que del sentimiento gozoso del amor. En De puertas para dentro hay una parte donde se habla de los padres y de cómo cambia la mirada que se tiene de ellos cuando se van haciendo mayores. Ese aspecto de la vida me ha parecido tremendamente inspirador. Los temas que se abordan en la última parte –inédita–, el embarazo y la consecuente espera, también son inspiradores.
-¿Cree que la tristeza y el desengaño son motores de creación más potentes?
-Lo único que necesito para poder sentir que algo necesita ser contado en poesía es la emoción. La emoción puede ser o una u otra. Luego una necesita de la calma y el tiempo para ahondar en esa emoción. El mayor enemigo de la poesía hoy en día es la prisa.
-Uno de sus primeros poemas, En medio del desorden, describe perfectamente la sensación de vértigo de este mundo. "Casi culpables por esta felicidad / en medio del desorden", dice. ¿Cómo de importante es cuidar las relaciones humanas en un tiempo donde escasea el tiempo, el dinero y la comunicación?
-Me parece fundamental. Creo que el mayor regalo que le podemos hacer a alguien que queremos es tiempo más que dinero. Tiempo para nuestros hijos, tiempo para nuestros padres, tiempo para nuestra pareja. Vivimos en una sociedad muy vertiginosa, caótica y desordenada. Ya lo era así hace 14 años. Esta sociedad crea la ficción de que estamos hipercomunicados pero de una forma fugaz. Las personas necesitamos calma y tiempo.
-Habla de dedicarle tiempo a los seres queridos. ¿Cuánto tiempo le dedica a la creación siendo además profesora y dramaturga?
-Le dedico mucho menos tiempo del que me gustaría. Cuando descanso de estas tareas me pongo a escribir. Es una necesidad vital. Soy más feliz y me siento más útil cuando escribo. Es mi forma de estar en el mundo. Cuando algo me preocupa, me duele y me alegra necesito expresarlo con la escritura. Eres tú mismo quien tiene que encontrar ese tiempo. En este libro hay poemas que escribí del 2004 al 2011. Sigo escribiendo, pero muy lentamente.
-¿Qué opina de esta nueva hornadas de poetas jóvenes que llegan a tanta gente? ¿Le da la sensación de que tienen mucha prisa por escribir o hacerse notar?
-No los leo tanto. Soy muy exigente con lo que leo. Hablamos de poemas iniciales, de gente que está empezando. Me parece estupendo que vendan muchos libros y tengan cierta repercusión mediática. Lo cual haga que la gente lea más poesía. Pero lo mismo nos encontramos ante fuegos artificiales. La poesía requiere calma y tiempo. Tiempo desde el punto de vista de los receptores para que ellos vean qué tiene calidad literaria y qué no. El grupo de poetas jóvenes es numeroso. En éste habrá gente más o menos valiosa. Habrá gente que se quede en el camino y otros que no. Esta profesión te exige unos buenos pulmones. No puede uno recorrer un sprint de golpe y porrazo.
-¿La calidad está reñida con el número de seguidores en redes?
-Creo que hasta hace poco la poesía estaba en un espacio más puro. No se había comercializado tanto como la narrativa. Los novelistas tienen mucho tirón a nivel mediático. Ahora hay editoriales que buscan un rendimiento comercial con la poesía. Eso va a cambiar un poco el mapa poético.
-¿Un escritor, o se vende o no llega a fin de mes?
-No lo sé. Yo no me gano la vida con lo que escribo. Afortunadamente me dedico a muchas más cosas. Fue una decisión personal intentar quedarme a trabajar en la universidad para tener una autonomía en la literatura que me permite escribir lo que quiero al ritmo que quiero. Afortunadamente, no tengo necesidad de publicar rápido y constantemente. Hay gente que sí y lo hace estupendamente. No es una garantía de calidad y de lo contrario. También hay gente que va a lo fácil con tal de que el producto sea más comercial. Esto ha pasado siempre en la literatura. En el mundo del teatro siempre ha habido autores comerciales con obras mediocres que el tiempo ha termino por borrar. Nos falta perspectiva crítica y eso lo hará el tiempo. Habrá quien supere el filtro del tiempo y otros no. La poesía necesita honestidad más que otra cosa.
-¿El poeta debe establecer un límite a la hora de inspirarse en su propia vida o no?
-Yo me inspiro en mi vida. No sólo en mi vida, ojo. Lo que uno escribe parte de su experiencia. En mi caso, lo autobiográfico tiene mucha importancia, pero no soy completamente fiel. Me inspiro en una experiencia que filtro y trabajo.
-En ese aspecto, le encuentro mucho parecido con Javier Egea. He leído algunos poemas suyos y me he sentido identificada. Al final hay una realidad común que nos une.
-Eso es lo que me interesa. Mi vida tiene mucho en común con la vida de otra gente. No me siento única, ni especial. Todos hemos sentido el miedo ante la enfermedad de un ser querido, la angustia del desamor y el vértigo ante el paso del tiempo. El libro, por ejemplo, es un objeto público y tiene que poder llegar al lector. La poesía al fin y al cabo es una forma de comunicación.
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