A la reconquista del verso y los lugares

Granada | Día Mundial de la Poesía

Granada celebra el Día Mundial de la Poesía con un interesante encuentro intergeneracional, marcado aún por la pandemia, donde recitan medio centenar de autores al pie de la Alhambra

La autora Marga Blanco recita un poema en la Chumbera / Pepe Torres / Efe
Isabel Vargas

22 de marzo 2021 - 06:00

Granada/"Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo, al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra". A pesar del dolor y de la absoluta falta de perspectiva, muchas personas encontraron un refugio seguro en la literatura durante los meses de confinamiento. Aquellos días donde estaba prohibido salir a la calle salvo para lo estrictamente esencial hicieron reflexionar a la población sobre la importancia de lo colectivo, del encuentro físico, del poder de emocionarse y pensar en grupo (que es lo que nos hace, en parte, ser civilización).

Ayer, unos 50 autores se lanzaron a la reconquista de las palabras y los tan añorados espacios en el auditorio de La Chumbera. La ciudad celebró el Día Mundial de la Poesía con un encuentro intergeneracional al pie de la Alhambra. El acto sin público reunió a un plural grupo de poetas granadinos o afincados en la ciudad durante las tres horas de recital, que pudo verse al otro lado la pantalla a través de Youtube.

Homenaje a Mariluz Escribano y Rafael Juárez

La jornada empezó con problemas técnicos: la retransmisión online no se escuchaba. Finalmente, los encargados de llevarla a cabo pudieron solventar el error 10 minutos más tarde. Los homenajes no tardaron en llegar. Remedios Sánchez recordó a su maestra, Mariluz Escribano, "una de las poetas principales de la segunda mitad del siglo XX". La autora, relató la profesora, no tuvo "una habitación propia, que diría Virginia Woolf, un espacio en el que pudiera ser reconocida". Sin embargo, "su compromiso con la palabra se puede evidenciar a lo largo de su carrera, iniciada en 1991".

"Estamos ante la poeta de la memoria y la concordia civil. La gran heredera de Machado. Busca el encuentro de las posturas ideológicas sin el olvido, que por causa de la guerra padecieron ausencias y perdidas tan irreparables como la suya, la de su padre", explicó. Sánchez se despidió recitando el poema de cierre de la obra de Escribano: "Dejaré un silencio en el recuerdo sonidos de una voz que fue muy joven, y un aroma de sándalo y cipreses para que no me olvides. […] Cuando me vaya habré perdido tantas cosas, que creceré en trigal / por no morirme".

Andrea Villarubia, vicepresidenta de la Asociación Entrelibros, recogió el testigo para honrar la memoria del "grandísimo" poeta Rafael Juárez. Lo hizo leyendo cinco poemas de su extensa obra. El último, escrito cuando el poeta intuía la muerte, removió las tripas a más de uno de los presentes: "Ya busco más el sol de última hora y aparto el libro con mayor frecuencia. Y prefiero perderme en la prudencia a encontrarme en la brega. Ya se escora hacia el puerto cerrado mi memoria. Y apenas gasta mi deseo la herencia que innoble acumuló -tanta potencia reducida al gusano de la aurora-. Mastico más cuidados que alimentos, ando sobre rastrojos de difuntos y cada encuentro es una despedida. Así está bien: vida y final van juntos. Hasta la muerte propia todo es vida".

Un poema para "los que hemos normalizado vivir un día más a base de pastillas"

Juan Domingo Aguilar durante su intervención / María Romero / PhotographersSports

Días después del discurso de Íñigo Errejón en defensa de la salud mental en el Congreso, Juan Domingo Aguilar dedicó su primer poema a "todos los que están solos, los que hemos normalizado vivir un día más a base de pastillas, los que necesita un sistema público de salud que abogue por la salud mental". El escritor no dudó en mencionar otro tema que hace temblar a los jóvenes: el incierto porvenir. "No quiero pensar en nuestros hijos en los hijos que nunca tendremos no quiero que mis hijos sean mis fantasmas". Otro de los autores de su quinta, Carlos Allende, también se preocupó de hablar de temas que les afectan: "Ocupo siempre el mismo sitio las mismas caras enfrente los mismos temarios de las oposiciones la misma desesperación con la misma sensación de fracaso que tengo yo todos los días".

Rosa Berbel aterrizó para llenar de mística el auditorio de La Chumbera. La autora leyó un poema inspirado por el cuadro Vuelo de brujas de Goya, fruto de un proyecto con el Museo del Prado: "Estaba el mundo a oscuras y nosotras tuvimos que nombrarlo. Toda forma de vida era una ofrenda. Era el deseo el único motivo, y a él nos aferrábamos como animales torpes, mujeres de aire o fuego, queriendo conquistar otras palabras [...] Sobrevuelan el mundo palabras terroríficas, conscientes de que existen perversiones sin nombre".

La pandemia inspiró por desgracia algunos de los versos que se escucharon ayer. Fernando Jaén, poeta y médico, dedicó algunos de ellos a los profesionales sanitarios y en especial a Luis Hernández, su maestro. "Te cogió de improviso esta pandemia. Entonces sabíamos poco del terrible rostro del virus. Sólo pudimos acompañarte y dejarte ir solo abrazado a la soledad. Así llegó la tragedia", declaró en recuerdo del médico jubilado. Javier Benítez Laínez, profesor del Centro de Lenguas Moderna, rindió un sentido homenaje a su padre, fallecido el pasado enero, con un poema titulado Sombra del sueño extraño. Gerardo Rodríguez Salas también encontró palabras para nombrar la pérdida y el dolor por un hermano muerto hace casi 20 años. Mismas dolencias, mismo bálsamo: la palabra.

Medio centenar de autores recitaron durante el Día Mundial de la Poesía / María Romero / PhotographersSports

También hubo tiempo para la chanza y el amor al pie de la Alhambra, en un día soleado y propicio para ello. Eduardo Castro cantó una coplilla como réplica al poema Ojú, que frío de José Hierro donde cargó contra el estereotipo del andaluz: "Dale que dale toma que toma, que nuestra tierra se siembra sola. Que otros trabajen que otros prosperen. Todo el día de juerga, todo el día bailando y los olivos se van secando. Los andaluces a la bartola, valiente cuento, valiente trola". Javier Bozalongo reconoció con sorna lo mucho que había echado de menos el cine a causa de la pandemia. "Bette Davis, que estás en los cielos. Santificado sea tu nombre Casablanca. Hágase la voluntad de Spielberg y líbranos del mal y del aburrimiento", recitó minutos de recordar a su amigo, el poeta Joan Margarit, que murió hace un mes.

Gracia Morales vino a reivindicar lo que todos necesitan en un momento así, un hogar, "este anhelo por reservar un trocito de mundo incierto y precario donde pueda enraizarse el propio nombre para crecer sin ataduras sin mascaras sin miedos". Y entre las últimas lecturas, Ángeles Mora vino a hablar de lo que más importa, el amor: "Tu nombre se me enciende en la boca igual que parpadean las estrellas. Mi paladar saborea sus luces y la mezcla de letras dice lo que no sé decir: ese bocado que siempre sabe nuevo. Saboreo tu nombre, cristal líquido que escribe mi deseo".

Carmen Córdoba y Marta Badía despidieron el recital anunciando su dimisión de la junta directiva de la Asociación del Diente de Oro para dar paso a las nuevas generaciones. "Continúen con estas actividades que dan lugar a un encuentro a las letras de la ciudad y es la razón de ser de nuestra asociación. Nos vemos el próximo Día de la Poesía", concluyó Córdoba. Que así sea.

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