Granada, patria chica de Lepanto

Aniversario

La provincia de Granada tiene gran importancia en el conflicto naval que enfrentó al catolicismo y al Imperio Otomano

Uno de los pocos homenajes en Granada a Álvaro de Bazán
Uno de los pocos homenajes en Granada a Álvaro de Bazán / A. L. Juárez / Photographerssports
Miguel Navas

04 de septiembre 2021 - 04:49

Miguel de Cervantes la definió como "la más alta ocasión que vieron los cielos", Lope de Vega le dedicó una tragicomedia a "esta memorable batalla del mar" que, en palabras de Jorge Luis Borges, sería una de las páginas de la historia que "las generaciones del futuro no dejarán morir".

Precisamente, siguiendo la premonición del bonaerense, son muchas las iniciativas que este año se están llevando a cabo para recordar esa batalla que tanto impresionó a los escritores del Siglo de Oro, la Batalla de Lepanto, que este 2021 celebra su 450 aniversario.

En el caso tocante a Granada, son varias las asociaciones que se han unido para conmemorar esta efeméride y "rescatar a las figuras olvidadas de esta gran historia profusamente divulgada", como reconoce César Requeséns, descendiente de una de esas figuras (Luis de Requesens) y promotor de la iniciativa que busca poner en valor la aportación de la provincia a la batalla que enfrentó a la Santa Liga (católica) con el Imperio Otomano (islam).

Junto a varias entidades sin ánimo de lucro (Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario, Asociación de Vecinos del Realejo,...) algunos descendientes de estas figuras históricas han puesto en marcha una serie de actividades en los próximos meses para sacar del olvido la importancia que la provincia tuvo en la contienda.

Esta decisión no es baladí, pues como reconoce Requeséns, Granada "no puede quedar al margen de ningún hito de la historia de este país", como bien demuestra la aparición del Reino de Granada en el escudo nacional o el hecho de que Colon partiera desde aquí en busca del nuevo mundo. En este punto, Requeséns coincide con Lorena Marín, historiadora también vinculada al proyecto, quien reconoce la importancia histórica de Granada, aunque prefiere puntualizar y hablar de "un contexto político y territorial" para referirse a España.

De hecho, la vinculación granadina con Lepanto comienza mucho antes, con la Revuelta de las Alpujarras (1568-1571), que según los promotores de estos homenajes actuó como una especie de laboratorio para la posterior batalla, pues fue aquí donde Juan de Austria (cuyo mentor fue precisamente Luis Requeséns) fue puesto a prueba antes de encabezar la Santa Liga. Pero también esta revuelta sirvió para la formación del Tercio de Granada, donde destacó el accitano Lope de Figueroa (trasladado después nuevamente por Lope de Vega a sus textos), una de las figuras con las que, de acuerdo a Requeséns, "Granada tiene una deuda pendiente" pues la provincia es "la patria chica" de muchos de los que combatieron en Lepanto.

El otro nombre propio con acento granadino de esta historia fue Álvaro de Bazán, un vecino del Realejo que, más allá de sus triunfos militares, pasó a la historia por llevar a la batalla una imagen de la Virgen del Rosario, a la que posteriormente se le atribuyó la victoria del lado cristiano en un enfrentamiento en el que los turcos superaban en cuanto a número a los cristianos.

La Revuelta de las Alpujarras (1568-1571) actuó como una especie de laboratorio para la posterior batalla, pues fue aquí donde Juan de Austria fue puesto a prueba antes de encabezar la Santa Liga

Esta figura, junto a su propio camarín es considerado como una joya del Barroco dentro de su estilo y cuenta, además, con un lienzo de Domingo Chavarito que ilustra la famosa batalla. Precisamente, la restuaración de esta imagen, que se venera en la Iglesia de Santo Domingo y afectada por la serie sísmica de los últimos meses, es uno de los objetivos de los organizadores de este aniversario, pues el fin de esta efeméride va más allá de la vertiente histórica y abarca otras como la social o turística, porque, como reconoce Requeséns, las recreaciones históricas (como la Ruta de Lepanto que prepara la comisión) y las exposiciones y conferencias son "un aliciente para una ciudad que vive del turismo", como es el caso de Granada.

Entre las actividades agendadas, que tendrá su día grande el 7 de octubre, se encuentran conferencias con grandes nombres como Andrés Molinari o Manuel Amezcua; conciertos con Pablo García Miranda a la batuta; o las ya mencionadas recreaciones históricas o la solicitud de un monumento a Álvaro de Bazán. Todo ello para conmemorar el aniversario de un enfrentamiento religioso que coincide en el tiempo con el recrudecimiento de otro, el de Afganistán, pues como reconoce Requeséns "la convivencia entre seres humanos es inevitablemente conflictiva", de ahí que a lo largo de la historia se sucedan las guerras entre bandos, si bien respecto a la de Lepanto matiza que "debe ponerse en contexto", ya que la situación del siglo XVI no es la misma que la del XXI, de ahí que este escritor no considere de recibo equiparar ambos conflictos bélicos.

Sea como fuere, lo cierto es que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, de ahí la importancia de no olvidar y "mantener vivo el recuerdo de quienes no precedieron", en palabras de Marín, quien confía en que la efémeride de la batalla de Lepanto sea "la primera de muchas" y que sirvan para conocer la historia más desconocida de Granada, poniendo en primer plano otros nombres que la historia ha olvidado o que el gran público no conoce.

Nadie existe en el vacío, por eso Marín considera fundamental conocer el paso y mantener las raíces, para no olvidar que, parafraseando a Newton, hemos llegado hasta aquí a hombros de gigantes y que no debemos olvidar aquellos que "pusieron Granada en el mundo".

María la bailaora, la otra mano de Lepanto

Dentro de los innumerables nombres con acento granadino que pueblan la historia de Lepanto, hay uno femenino, el de María la bailaora, una arcabuzera que se disfrazó de hombre para enrolarse en el Tercio de Granada, en una época en la que según Marín no se permitían mujeres para “evitar distracciones” entre el resto de la tropa. Sin embargo, esta historiadora afirma que existen documentos que prueban las grandes habilidades bélicas de la granadina, lo que se demuestra en el hecho de que, una vez revelada su auténtica identidad, Juan de Austria no la castigó, sino que premió su valor en la batalla.

Toda la historia recuerda bastante a Mulán y de hecho el personaje de María ha inspirado un sinfin de literatura (y leyendas) destacando por ejemplo La otra mano de Lepanto, de Carmen Boullosa o La gitanilla, de Cervantes, que podría estar inspirada, según Marín, en María, compañera de batalla de Cervantes.

Esa literatura también ha servido para configurar a una María que se embarcó en la batalla por amor, perpetuando así, como apunta Marín, la imagen de la mujer movida únicamente por sus sentimientos, sin embargo la historiadora prefiere basarse en los documentos oficiales que no corroboran esta versión, pero sí la de una mujer valiente que luchó mano a mano con los hombres.

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