Granada vuelve a perrear
Conciertos
El Cortijo del Conde da el pistoletazo de salida a la temporada festivalera, con un evento repleto de grandes nombres como Bad Gyal o Lola Índigo
Hoy se bebe, hoy se gasta reproducía por la megafonía, instalada en el Cortijo del Conde, Bad Bunny. Un mensaje casi premonitorio porque el recinto tuvo el honor de albergar el Granada Urbana, primer gran festival de Granada después de dos años de restricciones ocasionadas por el Covid-19, y lo hizo a lo grande, con un cartel repleto de grandes nombres entre los que destacaban Lola Índigo, Bad Gyal u Omar Montes.
Tras tanto tiempo sin bailar, Granada tenía ganas de perreo... y lo sabes. A partir de las 17:00 horas, momento de apertura de puertas, fue incesante el goteo de personas que, en coche, autobús o taxi, llegaban al Cortijo del Conde. Eso sí, el coronavirus aún no se ha retirado y la organización preparó su propia doble pauta (con un control a la entrada para evitar el ingreso de objetos de cristal y un segundo en la taquilla, para comprobar que todo el mundo tenía entrada y mascarilla) para asegurarse que el festival era realmente free Covid.
Una vez superadas estas barreras, el público pudo disfrutar del ansiado reggaeton. Camin fue el encargado de abrir la nueva temporada festivalera de Granada, llegando al escenario bajo la alfombra que le habían dejado los Dj Bianca y Manu Arévalo. Aún sin mucho público, el cantante de Esquina o Tus celos, inició una jornada que, aún con sol, terminó bien entrada la madrugada y que congregó a unas 2.500 almas, según la organización.
Tras él tomó el testigo Omar Montes. El de Carabanchel encendió rápidamente al público. Quizá se pueda cuestionar su talento musical, pero no sus habilidades como showman. No tardó mucho en ganarse el fervor del público el joven artista, que terminó de meterse al respetable en el bolsillo cuando se enfundó la camiseta del Granada CF.
Para muestra del talento de Montes, un botón. Entre los asistentes al concierto se encontraba Boris Izaguirre, que se desplazó, invitado por el artista, hasta la ciudad para escuchar a su amigo, el cual no paró de dedicarle canciones, entre ellas Conmigo (“la vi bailando en la Alhambra”) con la que se despidió de los asistentes tras un amago previo de retirada interrumpido por el típico “otra, otra”, del público.
El escenario quedó vació tras la marcha, ahora definitiva, de Omar Montes, y su lugar lo ocupó Lola Índigo, que jugaba en casa. La de Huétor Tajar se acordó de “los granadinos que la están partiendo por ahí”, con mención especial a Miguel Ríos y a su compañero de festival, Yung Beef. Con su tradicionales tonos pastel, Lola Bunny –que celebró junto a su clicka el número 1 de Los 40 sobre el escenario– puso a bailar al Cortijo del Conde, que lo dio todo cuando tocó el turno a Mujer Bruja.
Y de Granada a Estados Unidos. Rozando ya las 23:00 horas fue el turno de Justin Quiles. El cantante era uno de los grandes reclamos del cartel del Granada Urbana y no defraudó. Aunque el frío de octubre empezó a hacer mella en los asistentes –algunos, previsores, se llevaron un abrigo desde primera hora– se dejaron calentar por los ritmos caribeños de Quiles, que se encargó de dar la bienvenida al domingo sobre el escenario.
Tras el viaje a Estados Unidos volvió la música made in Spain... y las artistas. Bad Gyal encauzó el festival hacia su final, ya pasada la una de la madrugada y con el frío, esta vez sí, sin hacer amigos. La trap queen hizo las delicias del público que aún resistía, quemando las ganas acumuladas de festival.
Y tras la queen, el king. Yung Beef, que también jugó como local, fue el encargado de cerrar el Granada Urbana de 2021 y despedir a los asistentes al Cortijo que volverá a llenarse en unas semanas con el nuevo festival, el Bull Festival, que volverá a llenarse el próximo fin de semana.
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