"Hollywood es como la mafia, un sistema en el que cuesta entrar y que te protege"
Paco Cabezas. Director
El cineasta estrena en primavera 'Tokarev', un 'thriller' protagonizado por Nicolas Cage El cineasta quiere traerse "grandes rodajes a Cádiz o Sevilla, estoy trabajando para conseguirlo"


El sevillano Paco Cabezas estrenará esta primavera -"en marzo o abril"- su primer largometraje rodado en Estados Unidos y el tercero de su filmografía tras Aparecidos y Carne de neón, Tokarev, la historia de un criminal reformado que se reencuentra con su lado oscuro después de que asesinen a su hija. Con esta producción que ha costado en torno a los 25 millones de dólares (y varios proyectos en preparación), el director ha accedido al círculo cerrado de Hollywood y ha encontrado un aliado imprevisto en Nicolas Cage, protagonista de Tokarev y confeso admirador del universo canalla de Carne de neón. La entrevista con Cabezas se produce cuando el cineasta ha terminado ya el montaje de su nuevo filme y ha regresado a España, aunque no precisamente de vacaciones: prepara el guión (también será el director) de la gala de los Premios Feroz, que por primera vez entrega -el 27 de enero, en Madrid- la Asociación de Informadores Cinematográficos de España.
-Tokarev podría parecer una película de acción más, pero a usted le sedujo el peso dramático de la historia.
-Sí, yo tuve ese miedo al principio, que sólo fuera una película en la que se pegan muchos tiros, pero por suerte cuando me leí el guión me di cuenta de que tenía muchos elementos que recordaban a Mystic River o Promesas del Este. Era una historia dura, no era complaciente. En la primera reunión que tuve con Nicolas Cage, que fue en Las Vegas, descubrí que él estaba en la misma onda que yo, que quería lo mismo. Una película de acción, comercial y potente, pero que tratara temas como la venganza o la expiación de los pecados, cuestiones que a mí me interesan. No queríamos hacer un producto de acción de usar y tirar.
-Nicolas Cage y usted se pasaron el rodaje hablando de cine.
-La gente tiene la concepción de que es muy fan de los cómics, y es verdad, pero también de Kubrick, que es la razón por la que yo hago cine. Nos tirábamos horas hablando de La naranja mecánica, Barry Lyndon, Teléfono Rojo... Nicolas Cage es un friki como yo, alguien que disfruta con su trabajo, hablando de cine y haciendo cine.
-Por lo que cuenta, es posible entonces mantener el factor humano en una producción de grandes dimensiones.
-Eso lo aprendí ya cuando hice el corto [que inspiraría el largo del mismo título] de Carne de neón, con Victoria Abril. La gente te pregunta siempre cómo es trabajar con ella, o con Nicolas Cage, pero al final te encuentras con actores que están deseando encontrar un buen personaje en el que poner su corazón. Trabajas igual con alguien que acaba de empezar que con una estrella, lo que importa son las ganas, la ilusión. Esta vez el tren eléctrico, como decía Orson Welles, era más grande, es obvio. En esta película hemos explotado coches, hecho tiroteos, persecuciones, cosas que no se suelen hacer en el cine, pero lo importante, repito, es el corazón.
-Sentirá que ese niño que alquilaba películas en el videoclub ha alcanzado su sueño de ser director.
-Yo no tenía dinero para la escuela de cine, y los clásicos que me han criado son los que alquilaba. Podía ver igualmente El Padrino o Los Goonies, iba al cine de verano con mi padre y ponían una sesión doble con Evasión o victoria y Los bingueros. Es lo que nos pasa a esta generación, que somos de la cultura del videoclub, que nos hemos formado con lo que alquilábamos. Habría sido un director distinto si hubiese ido a la Escuela de Cine, si me hubiesen metido en la cabeza El acorazado Potemkin. Me hacen gracia esos directores tan sesudos tipo Lars von Trier que intentan explicarse a sí mismos, yo creo que en el cine no hay que explicarse demasiado. El cine es emoción.
-Tokarev supone su entrada en Hollywood, donde tiene representante y asiste a reuniones con directivos de los estudios. Todo eso impresiona desde fuera...
-Es un poco como trabajar con la mafia [ríe], no lo digo como algo negativo, sino en el sentido de que es un sistema un poco cerrado en el que cuesta entrar, pero que te protege cuando estás dentro. Si no tienes agente, es muy difícil trabajar con Nicolas Cage, o con George Clooney, o con Brad Pitt. Pero es una dinámica que a mí me divierte mucho, hacer cosas como salir de una reunión en la Fox y dar una vuelta por el estudio donde rodaron Star Wars, o tener una reunión con el productor de Seven. En esos momentos me pregunto: "¿qué hago yo aquí? Si yo soy un chaval de Rochelambert". Me parece alucinante estar en el sitio donde se han hecho las películas con las que me crié. Pero uno va donde le ofrecen buenas películas, sea en Hollywood, en China o en un pueblecito de Sevilla.
-El problema es que ahora mismo, en España, hacer una película resulta más complicado.
-Yo ahora estoy haciendo el camino al revés. Estoy intentando traerme proyectos de Hollywood a España. De todas las películas que estoy desarrollando allí, que son varias, lo que intento es levantar el proyecto en Estados Unidos, convencer a la gente para tener un productor español y rodarla en España. Es difícil convencer a un productor porque no hay prácticamente ayudas ni incentivos del Gobierno para que se ruede aquí. La asignatura pendiente de nuestra generación es demostrar que el cine es un bien cultural y que puede traer mucha riqueza. Me han ofrecido películas de 100 millones con Bruce Willis y cosas así, y me encantaría, me parecería un honor que se viniera a rodar algo tan grande a Sevilla o Cádiz. En eso estoy trabajando, a ver si lo consigo.
-¿Y hay que pelear mucho para no perder tu identidad en Hollywood?
-Ahí está el reto. A Nicolas Cage le encantaban los personajes de Carne de neón, que se basan en prostitutas que yo veía en la Alameda de Hércules. Es lo que se dice siempre, que se es universal a través de lo concreto. Por eso peleas. Cuando vas a Hollywood te das cuenta de lo difícil que es pelear por tus historias. El guión de Tokarev no es mío, pero espero conseguir rodar el año que viene un guión propio con Bryan Singer como productor.
-Ha elaborado para Filmin una lista de lo más destacado de 2013 y ha elegido como la mejor La gran estafa americana, de David O. Russell.
-Lo de estar en Hollywood es un gustazo: ves las películas antes que nadie. American Hustle tiene la energía del primer Scorsese, la cámara se mueve de maravilla y es además una película muy divertida. Este año es todo muy dramático, aunque me ha encantado 12 años de esclavitud. Creo que la pelea por el Oscar estará entre ésta y American Hustle.
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