Ida Vitale, la poeta "siempre joven", gana el Premio Lorca

XIII Premio Lorca de Poesía

La autora de 'Un invierno equivocado', discípula de José Bergamín y nexo con la Generación del 27, se alza con el galardón por ser "punta de lanza" de las voces "más renovadoras" de la poesía en español.

Los miembros del jurado, ayer en el Centro Lorca, en el momento de dar a conocer el fallo del jurado,
G. Cappa, Granada

14 de octubre 2016 - 05:00

Francisco Ayala confesaba que el secreto de su longevidad era la copita de güisqui Lagavulin que se tomaba cada noche después de cenar. La poeta uruguaya Ida Vitale (Montevideo, 1923), señala que la base de su dieta es el chocolate. A sus 92 años, la autora uruguaya se alzó ayer con la XIII edición del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada-Federico García Lorca, un galardón que le llega un año después de recibir el Premio Reina Sofía y que estrecha aún más su conexión con España, a la que considera como su segunda patria desde su infancia, cuando seguía por radio los partes de la Guerra Civil. El jurado del Premio Lorca destacó en el fallo "su preciso uso del lenguaje en la tradición de la vanguardia española, heredera del 27 y del Siglo de Oro, así como punta de lanza de las vanguardias estéticas de la segunda mitad del siglo XX".

Una vez más fue el autor propuesto por la Casa de América quien tendrá derecho a llevarse la Luna lorquiana a su casa, después de una primera fase de deliberaciones en la que también se pusieron sobre la mesa los nombres de Antonio Carvajal y Luis García Montero, aunque el nombre de Ida Vitale fue elegido finalmente por "unanimidad". De hecho, el nombre de la autora uruguaya llegó hasta las últimas deliberaciones en las ediciones de 2009 y 2010 y siempre ha estado en la terna de favoritos. Los que la conocen hablan de una mujer que hace honor a su apellido y está llena de vitalidad a punto de cumplir los 93 años. De hecho, este verano viajó desde EEUU a Madrid y en los últimos años ha participado en multitud de encuentros poéticos en España. "En su obra hay un componente biográfico que está tamizado por la capacidad de ser siempre joven, de no parecerse a sí misma, que le hace tener gran predicamento entre los lectores más jóvenes, también del ámbito anglosajón", señaló el escritor Carlos Pardo, representante de la Fundación Federico García Lorca en el jurado presidido por el alcalde de Granada, Francisco Cuenca. Pardo recordó que Vitale fue alumna de José Bergamín, de quien le viene el "legado directo" de la Generación del 27. "Siendo muy joven fue recogida en la antología de poesía hispanoamericana que preparó Juan Ramón Jiménez, formando parte de una generación dorada, muy potente, de la gran literatura uruguaya de los 40 denominada Generación Crítica y en la que también se puede incluir a Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti o Idea Vilariño", continuó Pardo sobre una autora que logra forzar las palabras "para que digan más de lo que dicen", poseedora de un lenguaje que "hereda algo del Barroco español" y, en concreto, de escritores como Luis de Góngora. No es una poeta "verbosa" sino "muy exigente con su lenguaje que quiere que cada palabra lleve más de lo que dice", continuó el presidente del jurado, que estuvo también integrado por Andrés Soria (departamento de Literatura Española de la UGR); Antonio Mesa Toré (Centro Generación del 27); Ángeles Mora (Patronato Municipal Huerta de San Vicente); Antonio Chicharro (Academia de Buenas Letras), Mercedes Cebrián (Residencia de Estudiantes); Santiago Miralles (Casa de América); y María de Leyva (concejal de Cultura y secretaria del jurado con voz pero sin voto).

Ida Vitale, que empujada por la dictadura tuvo que abandonar su país en la década de los setenta poniendo rumbo a México, reside en la actualidad en Austin (Texas), cuya universidad se ha interesado en los últimos tiempos por el legado de Federico García Lorca y que ya cuenta en su biblioteca con los archivos de Proust, Joyce o García Márquez.

El Premio Lorca rompe este año una de sus normas no escritas de alternancia entre un poeta hispanoamericano y uno español, con lo que el galardón vuelve a cruzar el charco después de que el venezolano Rafael Cadenas recibiera el pasado mes de mayo en el Centro Lorca la estatua Luna que se entrega a los que han entrado en una nómina en la que ya figuran también Rafael Guillén (2014); Eduardo Lizalde (2013), Pablo García Baena (2012); Fina García Marruz (2011); María Victoria Atencia (2010); José Manuel Caballero Bonald (2009); Tomás Segovia (2008); Francisco Brines (2007); Blanca Varela (2006); José Emilio Pacheco (2005) y Ángel González (2004). Antonio Chicharro, representante de la Academia de Buenas Letras, señala que es "normal" que el Lorca vuelva a cruzar el Atlántico porque de las candidaturas 34 proceden del ámbito hispanoamericano y sólo ocho de España, contando las últimas propuestas de la Fundación Lorca de los poetas Darío Jaramillo y Antonio Gamoneda. En este sentido, y aunque resalta la incontestable obra de Ida Vitale, Ángeles Mora echa de menos en la lista de candidatos a mujeres como Julia Uceda. Para Andrés Soria, el premio a la autora uruguaya revitaliza un galardón que cumple 13 años. "Uno de los problemas crónicos de este país es la falta de continuidad de los proyectos", señala el representante de la UGR. Ahora es Ida Vitale el último eslabón de una cadena de poesía que cada año añade una nueva mirada a la literatura y al mundo.

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