Isidro López- Aparicio: arte y compromiso social

Quizás la definición más fiel del mundo de Isidro López-Aparicio llegó a su casa hace unos meses en forma de lienzo. Un retrato atípico en el que sus compañeros del Centro de Educación Especial Doctor Ramón Suriñach de Ripoll, en Cataluña, decidieron dividir su cabeza en dos para dejar escapar por la ranura todo un sistema de engranajes entrelazados y extrapolables a su habitual forma de vida. Y es que el artista granadino bien podría identificarse por estar presente en una heterogénea lista de exposiciones individuales, instalaciones, presentaciones, festivales, bienales o debates teóricos en prestigiosos centros de arte alrededor del mundo. Eso se suma a su quehacer diario en el Foro Europeo de Bellas Artes, del que fue nombrado presidente en 2008. ¿Queda tiempo? Sí. También forma parte del comité ejecutivo de la European League of Institutes of Art y, a nivel andaluz, del UAVA, la Unión de Artistas Visuales de la comunidad. Y no pare usted de contar...

Además de los registros artísticos habituales: instalaciones, fotografía, escultura y arte sonoro; una de las peculiaridades del trabajo de López-Aparicio es la de generar lo que él denomina Odeps, (Ocupación Documentalista Expréx Periférica y Subjetiva) o lo que es igual, "colectivos artísticos" que forman espacios de encuentro en los que diversos artistas trabajan con el sonido, encuadrado en lo que se reconoce como arte de acción. Estas Odeps tuvieron un espacio físico el pasado año en la Tabacalera, en el barrio madrileño de Lavapiés, y junto a él participaron quince personas del mundo del arte contemporáneo como Carmen Sigler, Valeriano López o Jesús Rubio con el único objetivo de "accionar". Y es que su labor artística, la mayor parte de las veces altruista, está basada específicamente en el compromiso social.

"Arte, paz y derechos humanos. Defiendo la creación desde el compromiso como fase fundamental previa a la denuncia", y ese sello le mueve en sus creaciones. El artista plantea el arte como espejo de la realidad, con ello llegar a la reflexión y al cambio. "Aunque a veces se me acuse de esteticista, que también, lo que realmente me interesa es que el mundo cuestione, el dar la vuelta a una visión". Por ello ha "enriquecido" espacios en Granada como el Festival Internacional de Arte de Acción, Interacciones Artísticas Recíprocas, Cabezabajo -"que fue un éxito tanto en calidad artística como de críticas, repercusión mediática y participación de espectadores. Emocionante", añade- o el Festival ARCOpaz, (Arte contemporáneo por una cultura de Paz en Velez Blanco, Almería).

Asimismo el Sahara promueve y comisaría Artifariti, encuentros de Arte y Derechos Humanos en el Sahara Occidental, en los que hace algunos años también participó como artista invitado creando por ejemplo, Aislamiento junto a la artista gallega Pamen Pereira una performance en la que ambos se adentraron durante 24 horas en dos hoyos de tres metros de profundidad a modo de crítica por el silencio que existe en el mundo sobre el conflicto. "Invertidos es un ejemplo de esta idea de darle la vuelta a la forma de pensar, también la iniciativa del Sahara, pues por ejemplo se desconoce el número de Saharauis desaparecidos, no son 300, sino 300.000 que están desde hace cuarenta años en los campos de refugiados", apunta. Estas iniciativas refrescan al nuevo mundo la memoria sobre aquellos eternos olvidados.

"Quizás algo que caracterice mucho mi obra y es destacado por críticos internacionales es la realización de Art Tools que son desarrolladas para mis propios procesos creativos, pero que luego son ofrecidas como open sources a la sociedad para que desarrollen nuevos planteamientos y aporte nuevos imput al mundo de la creación y a la sociedad del conocimiento", desarticula otro de los engranajes que componen su universo artístico.

"Es un momento de oportunidad para la creatividad", responde contundente cuando la nube de la crisis se posa sobre la mesa. Él quiere pensar que incluso esta situación es positiva para los que se dedican a ello. "Es un momento de obligación para el arte y quizás también un momento para eliminar ciertas cosas que en fondo era vacuas. Yo irónicamente tengo más visibilidad ahora, pero sigo haciendo lo mismo que hace años", confiesa. Y es que reconoce que uno de los grandes problemas lo tienen aquellos que quieren trabajar bajo subvenciones, y él nunca siguió esa filosofía. "Hay comportamientos que deben alterarse en estos momentos", opina, e insta a los artistas a no ofrecer trabajo de forma gratuita a pesar de la complicada situación: "La dignidad laboral es uno de los principales derechos humanos", opina.

El compromiso social de este artista también le lleva a formar parte del Instituto de Investigación de la Paz y los conflictos y ha sido encargado por Lewis Biggs, el director del Tate y la Bienal de Liverpool, para nominar intervenciones destacables para el primer premio mundial de arte en espacio público, un orgullo para él por ser el único español en hacerlo.

López-Aparicio es cauto al hablar del futuro a pesar de estar cerrando proyectos para 2013 con la TATE y también en Finlandia. "Las cosas cambian a última hora, siempre me da cosa hablar del futuro porque nunca se sabe, hay veces que lo que estaba cerrado no sale y al contrario".