Jesús Montoya reflexiona sobre las continuas mutaciones del ser humano

El artista granadino presenta en la sala de exposiciones de Caja Rural una serie de obras en barro con alteraciones imposibles

Jesús Montoya, con una de sus creaciones.
Jesús Montoya, con una de sus creaciones.
R. Castro Granada

16 de mayo 2013 - 05:00

El artista granadino Jesús Montoya presenta sus metáforas visuales en torno a la transformación humana en la sala de exposiciones de Caja Rural de Granada. Se trata de una muestra donde sus figuras de barro donde combina rasgos humanos y animales al mismo tiempo o alternativas anatómicas imposibles, como hombres de tres manos, aglomeraciones de cabezas e individuos de tres ojos, son producto de una profunda reflexión en torno al ser humano y su cambio continuo, su variedad de pensamiento y sus múltiples posicionamientos vitales.

"En todas las obras lo humano queda visualmente transformado de una manera u otra, bien fundiéndose con formas animales, donde intento caracterizar ciertas actitudes del hombre o con otros juegos anatómicos que me permiten incidir la mirada sobre algún aspecto concreto de la condición humana", puntualiza

Para Montoya, que en la actualidad es personal docente investigador del Departamento de Escultura de la Universidad de Granada, el hombre cambia, muta, se mezcla con sus semejantes, imagina, busca respuestas que rara vez encuentra, se desespera, sueña. Según el artista "también tiene aspectos más oscuros, porque es el más animal de todos los animales, capaz de ir en contra del bienestar de sus semejantes o de la supervivencia de las especies, incluida la suya propia, si con ello vive mejor o saca mayor beneficio".

La transformación constante, como titula a la exposición, es un intento personal de este artista granadino por abrir ligeramente una puerta en torno a la complejidad de nuestra naturaleza, "por tratar de atisbar, aunque sea mínimamente, el inicio del túnel de nuestra condición".

Jesús Montoya convierte esa condición compleja y contradictoria del ser humano en propuestas plásticas muy originales donde también experimenta con los materiales. Las 23 esculturas que componen la muestra están realizadas en diferentes tipos de barro como la terracota que cuece a 1.000 grados o el barro refractario que lo hace a mayor temperatura, 1.260 grados.

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