José Antonio Marina: "El Quijote no debe estudiarse en Secundaria"
El filósofo toledano considera que las lecturas en la adolescencia deben ser muy selectiva y apunta que la obligatoriedad de estudiar a autores clásicos ha alejado a muchos jóvenes de libros de gran interés
Hay ciertos libros clásicos de la literatura española, como Don Quijote de la Mancha, y ciertos autores, como Calderón o Gracían que no deberían enseñarse nunca en la enseñanza Secundaria. Así de rotundo se mostró ayer el filósofo toledano José Antonio Marina. "La escuela me vacunó contra Don Quijote durante cuarenta años. La gente sólo se sabe de memoria la primera frase del libro porque nunca pudo pasar de ahí".
José Antonio Marina conversó ayer en el Corral del Carbón con otro filósofo, el granadino José Antonio Pérez Tapia, en un diálogo denominado ¿Por qué insistimos en la necesidad de la lectura? El pensador toledano consideró que forzar a jóvenes cuya capacidad de lectura aún no está formada y es baja a leer libros complejos los hace huir de ellos. Marina reconoció que, a cierta edad, "Gracián es un pelma" y Calderón de la Barca no es precisamente un autor que sirva para entretener. "¿Debemos recomendar a la gente joven que tiene problemas para leer autores del Barroco o del Siglo de Oro?", se preguntó. "La respuesta es no". "Nuestro contacto con los autores clásicos debe ser muy selectivo. Yo no obligaría a leer esos libros en la enseñanza secundaria".
El filósofo defendió a ultranza la necesidad de la lectura porque la inteligencia humana es, ante todo, lingüística. "Pensamos con palabras", dijo, "nos expresamos con palabras. Hay que leer porque hay que desarrollar la inteligencia y porque la convivencia es lingüística. Nuestro hábitat es la palabra: vivimos en ella". José Antonio Marina puso un curioso ejemplo de cómo, además, la palabra está íntimamente unida a los sentimientos. El filósofo contó que sus alumnos siempre les hacía una reflexión. "Al cabo de los años, cuando me encuentro a alguno de ellos, me dice que de aquellos tiempos poco se acuerda de las lecciones de filosofía, pero sí de un consejo que les dí".
El consejo se refería a los primeros noviazgos o primeras citas que tenían los adolescentes. "A las chicas les decía que deberían tener en cuanto, en sus citas, que en los noviazgos, en los ligues, los chicos hablan más que nunca. Y a los chicos les decía que debían tener en cuenta que, en la época de noviazgo, las chicas escuchan más que en el resto de su vida. De ahí que después lleguen los problemas, cuando una vez en pareja, el hombre deja de hablar, y la mujer se queja de ello. El hombre dirá que habla lo suficiente con su pareja", bromeó.
"Vivimos con palabras", sentencio. "Si viviéramos con imágenes, estaríamos cargados de violencia y de enfrentamientos, porque las imágenes son emocionalmente muy fuerte, pero conceptualmente muy pobres. Es importante que luchen los argumentos para que no tengan que luchar las personas".
José Antonio Marina, que ha dedicado gran parte de sus esfuerzos filosóficos a analizar el desarrollo de la inteligencia y el lenguaje, consideró que la era internet está siendo mal utilizada. "Yo creo la falta de lectura actual está mal y eso es triste y peligroso", dijo. "Es porque ahora hay otros inventos fascinantes. En mi juventud, leer era el único vehículo que teníamos como fuente de emociones placenteras. Hoy los jóvenes tienen el cine, internet, la play-station... Debemos de tener en cuenta que cuenta estamos en internet estamos en un espejismo platónico. La gente cree que ahí está todo el saber. Pero si pones un burro ante internet, seguirá siendo un burro. Debemos luchar porque internet no produzca un peonaje del teclado".
También se refirió Marina a su propia disciplina. "La filosofía es, en muchas ocasiones, la historia de sí misma. Una gran parte de la filosofía se ha dedicado a auto-estudiarse y muchos filósofos se han dedicado solamente a analizarse ellos mismos". El filósofo puso el ejemplo de Friedrich Nietszche. "Nietzsche lo que hizo fue contar la historia de Nietszche. A mí Nietzsche me fascina como autor, pero las cosas que decía eran bastante arbitrarias". "Lo que en verdad me interesa de los filósofos es si han sido capaces de demostrar que lo que decían era verdad o sólo un munto interesante".
Marina se refirió al diálogo actual de la filosofía con la ciencia y a la necesidad de que exista filosofía en la era de la ciencia. "Si le preguntas a un científico por el origen del Universo te dirá que en un principio había un punto de máxima densidad que estalló y cuya explosión aún está en expansión. Lo que el filósofo querría saber es si las leyes de la física que rigen el Universo estaban ya antes de ese punto de máxima densidad o si, por el contrario, se produjeron después. La filosofía se encarga de lo que no se encargan las otras ciencias. Siempre estamos en terreno de nadie".
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