José María Mellado El cazador de imágenes
El Museo de CajaGranada acoge 'Closer', una muestra de cincuenta instantáneas del artista almeriense, considerado como el fotógrafo andaluz más internacional del momento
El fotógrafo José María Mellado se enfrenta a los paisajes con alma de voyeur, como pillando al mundo de improviso y sin que tenga tiempo de prepararse para aparecer en la imagen. El artista almeriense inauguró ayer en el Museo de CajaGranada la exposición Closer, con cincuenta imágenes de gran formato que muestran extrañas y singulares simetrías que pueden funcionar a modo de espejo. También hay paisajes que, descontextualizados, pueden dar lugar a las más diversas interpretaciones y espacios completamente despojados, revestidos de un elocuente minimalismo cuyo reflejo en la cámara de Mellado da lugar a auténticas obras de arte conceptual. También está el contraste de la figura humana, mínimo en muchas de las fotografías, con la desmesura de las arquitecturas que amenazan con devorarle, en algunas de las imágenes más inquietantes que conforman esta muestra.
Closer recoge la producción última del fotógrafo andaluz más cotizado a nivel internacional, según afirmó en la presentación Pablo Juliá, director del Centro Andaluz de Fotografía (CAF) que produce la muestra y auténtico ideólogo de este cambio en la trayectoria del fotógrafo. "Mi obra habitual gira en torno a paisajes de la naturaleza, industriales o urbanos, una obra que tiende a los espacios abiertos", dice José María Mellado señalando una imagen con dos barcos encallados en la costa de Panamá.
En Closer destaca su visión de La Habana, un escenario que es un paraíso para el fotógrafo, aunque se corre el peligro de caer en el tópico. Pero, ¿por qué Cuba y no República Dominicana o Haití? "Es que tiene una singularidad, es el país del Caribe que se ha quedado anclado en los cincuenta y sesenta, otros países tienen también su folklore y su idiosincrasia, pero es que Cuba está detenida en el tiempo", señala.
En la muestra también se recogen paisajes de Panamá, donde ha expuesto en la galería de Luz Botero. Estas localizaciones parten de viajes que tienen el objetivo de hacer fotos. Localiza ciertas zonas y rastrea buscando ese instante que quede atrapado para siempre en su cámara. " Salgo a cazar, literalmente, todas mis fotos son instantáneas porque yo no hago posados ni fotos preparadas", afirma rotundo. ¿Ni siquiera la de la mujer desnuda mirando por la ventana la ciudad? Sonríe con la pregunta. "No, esa es mi mujer", responde para contar la historia de esa imagen de su cónyuge. "Es una instantánea, hubo muchos comentarios en el facebook porque me decían que sobraba el trípode que sale, pero yo defendía que no porque era algo improvisado. Yo estaba en la cama, mi mujer se levantó de la cama y, sin que se diera cuenta, agarré la cámara y disparé". Claro, en cuanto escuchó el click de la cámara le regañó por llevarse el trabajo hasta el catre. "Es curioso, las que ya hicimos después posando no valían", confiesa para demostrar que el paisaje y las personas hay que cogerlas de improviso.
El proyecto nace de la iniciativa de Pablo Juliá porque "es difícil" para un fotógrafo valorar su propio trabajo, con lo que es necesario buscar gente con criterio que tenga sensibilidad y experiencia. "En esas Pablo me sugirió la idea de hacer fotos más intimas, que yo he hecho a lo largo de mi carrera, pero que al final quedaban relegadas. Se trataba de insistir sobre este tema, así que recogí el guante, a condición que él fuera el comisario para desarrollar juntos la idea", cuenta el artista.
Y Juliá, presente también en la exposición, señala que su intención era rescatar al Mellado primigenio, al que conoció hace muchos años haciendo unas fotos en blanco y negro "espectaculares". El director del CAF sabía que el paisaje también puede ser la huella de los seres humanos, algo que estaba también presente en su obra aunque le hubiera pasado desapercibido al propio artista. Así que su propuesta fue que repasara su trayectoria, las fotos descartadas, y se adentrara en lo íntimo. "Como buen paisajista, José María Mellado ha encontrado, en la enorme soledad del paisaje, otro paisaje que tiene la grandeza de la poesía de lo sencillo, de la desnudez del cuerpo en un espacio íntimo y de la desnudez del alma en un espacio abierto que él acota para encontrar el porqué de la búsqueda". Y, seguramente sin respuesta inmediata, su obra sigue siendo un trabajo en progresión "que acrecienta las ganas de seguir viendo y buscando en los próximos paisajes que el artista nos proponga". Por su parte, Diego Oliva, director de CajaGranada Fundación, señaló que "es un orgullo acoger en nuestras instalaciones esta excepcional muestra de fotografía de vanguardia de un reputado artista cuya obra, además, está en plena evolución".
La exposición consta de cerca de cincuenta piezas con un formato entre 150×100 y 225×150 centímetros que han sido impresas directamente en paneles Dibond con una máquina Arizona de Canon y tintas de exterior. El resultado final es de una extrema durabilidad y permite su exhibición sin protección por lo que no hay reflejos ni brillos no deseados que perturben o distraigan la contemplación de las obras, sin ningún tipo de distorsión.
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