"Juan de Loxa, en los 70, reivindicó el flamenco como identidad andaluza"

LEONOR leal. BaILAORA, COREÓGRAFA Y DOCENTE DE FLAMENCO

Una conferencia explica el espíritu rebelde y prolífico de los versos del intelectual granadino. Recorrió desde 'Jondo 6' al ¡Ay! de Mario Maya organizada por la Academia de Buenas Letras.

Leonor Leal, bailaora, docente e investigadora.
Leonor Leal, bailaora, docente e investigadora. / Antonio L.juárez
Brígida Gallego-Coín

22 de noviembre 2016 - 02:35

GRANADA/La historia del encuentro entre el poeta Juan de Loxa y la investigadora y bailaora Leonor Leal podría resumirse en la letra de Sabina "y nos dieron las diez y las once, las doce y la una y las dos..." pero excluyendo el componente amoroso de la canción. Se conocieron en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para hablar sobre Mario Maya y Camelamos Naquerar y fue un descubrimiento tan genial, que Leonor aparcó el boli, la libreta y se dedicó a disfrutar de la conversación. De ahí surgió una investigación profunda sobre el trabajo del poeta y concretamente, sobre su poesía flamenca, que ayer quedó plasmado en la conferencia que Leonor Leal, bailaora, coreógrafa y docente ofreció en el Palacio de la Madraza, organizada por la Academia de las Buenas Letras de Granada en su ciclo dedicado a Poesía y Flamenco.

-¿La deslumbró, intelectualmente hablando, Juan de Loxa?

-Sí, es tan prolífico que resumir su trabajo es muy difícil. Ha hecho muchísimas cosas y todas creativas. Siempre le digo que es un gatillo de creación, de posibilidades. Cuando terminé el trabajo sobre Mario Maya decidí hacer otro sobre él. Le admiro muchísimo como persona y rápidamente se le quiere.

-¿Cómo describiría su poesía?

-Es muy profunda y al mismo tiempo llena de desparpajo, de humor, es inteligente y sensible. Cuando lo leo me doy cuenta de que su poesía es puro flamenco, tiene mucho cuerpo y mucha carne.

-¿Qué le llamó más la atención?

-Su carga visual, su relación con el flamenco, la visión que él tenía en los 70 sobre lo que debería ser lo jondo y el jondismo, donde el flamenco y el arte del pueblo era un instrumento, un utensilio de batalla hacia la libertad. Me sentí completamente identificada con ese concepto.

-En 1975, Loxa publica su antología Jondo 6. ¿Qué aporta?

-Acuñó el término de jondismo, el último '-ismo' de vanguardia con el flamenco como raíz. El flamenco había estado muy manipulado por el régimen, lleno de adornos turísticos, como una postal. Loxa reivindica el flamenco como una identidad andaluza absoluta pero una identidad real llegando al tuétano de lo que significa Andalucía. Digamos que el 'Ay' del flamenco era un grito para despertar, para volver a ser lo que siempre habíamos sido pero desde nuestra propia naturaleza, no con nuestro arte manipulado por el régimen. Juan de Loxa pretende que ese 'Ay' flamenco sea un despertar a la realidad y utiliza el flamenco como una reivindicación de vanguardia que no podía oler a 'caspa'.

-Después de Federico García Lorca y Manuel de Falla en el 22, ¿Juan de Loxa ha sido el siguiente en hacer un alegato a favor del flamenco?

-Probablemente, sí. De hecho, el primer número de Poesía 70 fue un homenaje a la revista El Gallo de Federico García Lorca. Se hace una lectura del cante jondo desde el punto de vista que en aquel momento necesitaba la sociedad, una necesidad increíble de expresión y de libertad.

-¿Ha llegado el flamenco a librarse de los tópicos?

-Hay ciertos artistas que lo están consiguiendo pero es verdad que en los 70 había un compromiso social muy fuerte que yo ahora no veo tanto. Yo veo artistas que están arriesgando mucho y gente joven que tiene muchas inquietudes pero esa generación de Loxa y de los años 70 tenía un compromiso social mucho más fuerte. Aunque también hay aspectos que no han cambiado nada.

-¿Qué sigue como siempre, del todo inamovible?

-El mundo de los tablaos y del estereotipo se mantiene en muchos casos. No digo que esté mal, porque también hay algo de verdad en todo esto, pero el franquismo marcó muchísimo. Me da coraje porque cuando se investiga un poco te das cuenta que esa imagen del flamenco pertenece a una etapa pero no da idea de todo el flamenco. Antes del franquismo había una libertad increíble. Se mezclaba el flamenco con otras artes, se enriquecía y compartía con artistas de otras disciplinas. Con el franquismo eso se paraliza muchísimo y en los 70 vuelve otra vez ese boom con artistas que hacen cosas muy interesantes. En los 80 y 90 son muy pocos artistas los que, en mi opinión, han mantenido esa linea inquieta, la mayoría han vuelto al pasado.

-¿Quiénes mantienen inquebrantable ese espíritu de vanguardia?

-En el terreno del baile que es el que más domino hay grandes vanguardistas como Israel Galván o Andrés Marín. La generación de Rafaela Carrasco, Belén Maya o Isabel Bayón está muy cerca del espíritu de Mario Maya y son gente muy comprometida, de hecho trabajaron con él.

-¿Fue entonces el franquismo negativo para el flamenco?

-Manipularon un arte hacia una dirección muy concreta. No ha sido la única vez que se ha manipulado o forzado una imagen que no refleja la totalidad. En el siglo XVIII durante el Romanticismo, el flamenco también tenía una estética y un romanticismo muy particular. Los viajeros románticos se quedaron con una idea del flamenco muy concreta que no indica el total. Siempre hay más matices de lo que parece.

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