Las Juventudes Musicales de Granada ya peinan canas con su 60 aniversario
Exposiciones
La institución organiza una exposición para celebrar sus seis décadas de vida en la capital
La celebración de este aniversario tuvo que postergarse un año a raíz del Covid-19
Y entonces cayó el telón. La irrupción del Covid-19 supuso un frenazo en seco para todo el mundo, incluida la cultura, que vio parada su actividad durante casi dos años. Pero la sombra del coronavirus es alargada, y la crisis no solo afectó a las manifestaciones culturales más notorias, sino también a otras que permanecen en un segundo plano. Por ese motivo, no ha sido hasta este año cuando Juventudes Musicales de Granada ha podido poner en marcha la exposición con motivo de su 60 aniversario.
“Se ha hecho cuando se ha podido”, explican desde la organización nacida en la ciudad de la Alhambra en 1961, por lo que fue en 2021 cuando alcanzó las seis décadas de vida. Pese a todo, la ligera relajación de las medidas en los últimos meses permitió a las Juventudes poner en marcha otros actos del aniversario, como el concierto número mil, que acogió el Auditorio Manuel de Falla el pasado diciembre.
Pero ha tenido que ser ahora, en febrero de 2022, cuando abra sus puertas Juventudes Musicales de Granada. 60 años de música, una exposición –en colaboración con la Fundación CajaRural– que muestra “un recorrido muy emotivo” por la historia de la entidad, como explica su presidente Rafael Ruiz de Pablos.
El presidente toma el relevo de otros grandes nombres de la historia de Juventudes Musicales, como son Antonio de Haro y, especialmente, Dámaso García Molina, quien llevó a la organización hasta su nota más alta (llegando a superarse los mil socios), de ahí que la muestra, que acoge la sala Zaida de CajaRural, guarde un rincón especial para él.
Tanto De Haro como García Molina estuvieron en el germen de Juventudes Musicales en los años 60 del pasado siglo, cuando en la capital empezó a surgir una serie de conferencias y tertulias que culminaron con la constitución de la entidad.
Por aquellos lares estaba también Juan José Ruiz Molinero, crítico musical, quien recuerda aquellos años con especial cariño, aunque insiste en mantenerse en un segundo plano respecto a los dos directores.
“En aquellos años había un grupo de personas que pensábamos que era necesario aportar algo nuevo a la ciudad, que estaba dormida”, rememora el también articulista de Granada Hoy sobre el nacimiento de la entidad.
Echando la vista atrás, Ruiz Molinero asegura que Juventudes Musicales “le ha dado un sentido musical” a Granada, y considera que ha jugado “un papel decisivo” a la hora de darle viveza a la música hecha en la capital.
Creación de una cantera
Sesenta años da para mucho y a lo largo de su (ya) extensa vida, Juventudes Musicales ha puesto en marcha innumerables proyectos, como la escuela de música (nacida con el curso 1978-79) y, especialmente, el Coro Escuela Juventudes Musicales, que en palabras de Ruiz Molinero “fue una cantera para potenciar los valores que transmitía la escuela”.
De esa cantera han salido nombres como Juan Alfonso García, Josep Colom o Rosa Calvo Manzano, entre otros muchos de los nombres que refieren desde la organización y que quedan reflejados en las instalaciones de CajaRural.
Pero, más allá de la formación de nuevas promesa de la música, el coro y la escuela sirvieron para insertar el “germen del interés musical”, como lo define Ruiz Molinero, en los aficionados, de ahí que poco a poco fuese aumentando el número de socios de Juventudes Musicales, a los que ahora se les dedica “un sentido homenaje” con la exposición, como afirma su actual director, que ve en todos ellos, junto a los alumnos y demás miembros de la asociación, “una gran familia”.
Aquel coro desencadenó un sinfín más de actividades, que corría en paralelo al carácter holístico que a lo largo de 60 años ha caracterizado a esta institución, que como explica Laura García-Román, directora de Producción y Comunicación de Juventudes Musicales “dejó de ser música para convertirse en un movimiento cultural”.
Todos esas actividades, y muchas más que han surgido a lo largo de los 60 años –la exposición solo muestra una pequeña parte del todo– están ahora a la vista de los granadinos en la sala de CajaRural, gracias al trabajo de Amparo García Iglesias y Mercedes García Molina, comisarias artísticas y técnica respectivamente de la exposición. Ellas dos, junto a la propia Laura, proponen al visitante un viaje que comienza en el siglo XIX y que incluye documentos difícilmente repetibles, como ciertas grabaciones de conciertos y actuaciones.
Es, sin duda, un “homenaje” a los socios y amantes de la música granadina, como reconoció Rafael Ruiz de Pablos.
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