La Compañía Nacional de Danza vuelve a Granada con 'El sombrero de tres picos'

Granada/El Festival de Música y Danza celebrará el centenario del estreno de El sombrero de tres picos, el ballet español por antonomasia con música de Manuel de Falla y coreografía de Léonide Massine basado en la novela de Pedro Antonio de Alarcón. Lo hará por todo lo alto el próximo 6 de julio, de la mano de la Compañía Nacional de Danza, en lo que se prevé como una de las citas más atractivas del programa de su 68º edición. El programa incluirá también Sonatas del director de la CND, José Carlos Martínez, y Por vos muero de Nacho Duato.

El hijo de Léonide, Lorca Massine, será el responsable de la coreografía, en la que ya está trabajando, afirma la directora de comunicación de la CND, Maite Villanueva. A principios de mes, el exbailarín neoyorquino acudió a los primeros ensayos en Madrid. Massine no volverá a la sede de la compañía en Paseo de la Chopera hasta el 20 de marzo. "Por el momento no está decidido el elenco que interpretará El sombrero de tres picos. Tendremos más información cuando el coreógrafo vuelva en marzo", explica Villanueva.

El Ballet Nacional de España interpretó por última vez la obra, con coreografía de Antonio Ruiz Soler, alias Antonio el Bailarín, en la 66º edición del Festival de Música y Danza en 2017. Lo hizo bajo un programa donde se rindió homenaje al brillante artista sevillano. Suya es la primera versión de El sombrero de tres picos, cuyo estreno tuvo lugar en el Festival de Granada de 1958 -con unos figurines de Muntañola que no tienen nada que envidiar a los que en su día hizo Picasso para los Ballets Rusos-.

Con la versión de Antonio, cuenta la periodista especializada en danza Cristina Marinero, "El sombrero de tres picostriunfa como coreografía con el lenguaje de la danza española; el ballet adquiere su verdadera naturaleza, ya que la partitura de Manuel de Falla es una obra maestra en la estilización de nuestros ritmos y melodías populares".

Marinero define la creación de Massine de 1919 como "un ballet redondo, por supuesto, pero no deja de ser una fantasía sobre nuestra danza, ya que, aunque el coreógrafo y bailarín ruso se empapara de lo español y aprendiera algunos pasos y formas de nuestra expresión dancística, no era un artista con formación completa de danza española y, por tanto, cayó en muchos momentos movimientos un tanto forzados y poco españoles".

Origen del ballet: 'El corregidor y la molinera'

Una primera versión de la obra, llamada El corregidor y la molinera, fue representada en 1917 en el Teatro Eslava de Madrid en forma de ballet-pantomima satírica en dos partes. Sergei Diáguilev, el fundador de los Ballets Rusos, asistió a su estreno junto al coreógrafo Leonide Massine y decidió adoptar el proyecto más tarde para elevarlo a una categoría europea.

El empresario, un visionario que revolucionó el ballet, convenció a Falla de la necesidad de retocar la obra con la intención de dotarla de mayor estructura teatral. El compositor gaditano modificó su obra para adaptarla al género de la danza, eliminando gran parte de los elementos descriptivos (incluso irónicos) y expandiendo las partes bailables.

El estreno de la versión original de El sombrero de tres picos, coreografiada por Massine para los Ballets Rusos de Diaghilev, fue en el Teatro Alhambra de Londres, el 22 de julio de 1919, bajo la batuta de Ernest Ansermet y decorados y figurines de Picasso.

"El año que viene será también muy importante desde el punto de vista de la danza, porque de nuevo .un pretexto como cualquier otro, pero creo que es importante. tendremos un centenario, el de El sombrero de tres picos, el ballet español que conecta de una manera fuerte con la vanguardia del ballet ruso, Diaghilev y Picasso con la tradición española", anticipó el director del Festival de Música y Danza, Pablo Heras-Casado, en una entrevista el año pasado.

El repertorio contará con Sonatas del director de la CND, José Carlos Martínez, cuya creación parte de un profundo estudio previo de la partitura musical de Scarlatti y Padre Soler; de cómo en una sonata, las frases coreográficas se transforman, se repiten y evolucionan al ritmo de la estructura musical; y Por vos muero de Nacho Duato, una obra inspirada en música española de los siglos de oro que, junto con los bellísimos versos de Garcilaso de la Vega, sirven al coreógrafo como hilo conductor entre la lógica contemporaneidad de la danza y su referencia histórica. La pieza se presenta como un homenaje al papel fundamental que la danza ocupaba entonces en nuestra sociedad.