Lorca 'sale' del armario en la próxima exposición del Centro de la Romanilla

literatura | el poeta granadino y el mundo gay

El hispanista Christopher Maurer y el dramaturgo Alberto Conejero preparan una muestra sobre el amor erótico en la vida y obra del autor

El jienense estrenará nueva pieza teatral

Lorca 'sale' del armario en la próxima exposición del Centro de la Romanilla
Isabel Vargas

19 de agosto 2018 - 02:39

Granada/"Sólo hombres he conocido (...) La normalidad no es ni lo tuyo de conocer sólo a la mujer, ni lo mío", le contestó Lorca al director de escena Cipriano Rivas Cherif cuando éste, querido amigo y colaborador del poeta, le preguntó por su orientación sexual. Para el autor de Yerma, "lo normal es el amor sin límites. Porque el amor es más y mejor que la moral de un dogma, la moral católica. No hay quien mande, no hay quien domine, no hay sometimiento. Se necesita una verdadera revolución. Una nueva moral, una moral de libertad entera".

El poeta granadino saldrá del armario en la nueva exposición prevista en el Centro de la Romanilla para octubre. El hispanista Christopher Maurer y el dramaturgo Alberto Conejero preparan una muestra sobre el amor en la vida y obra de Lorca -con nombres y apellidos-. "¡Ha llegado el momento de hacer una gran exposición sobre el amor erótico en la vida del poeta sin ningún tipo de tapujo, ni censura!", exclama Conejero, cuya participación en el proyecto califica de "alegre responsabilidad".

Nombrar a los varones que amó Lorca es entender al hombre detrás del poeta"

El autor de Fuente Vaqueros, explica el catedrático de la Universidad de Boston, "sostiene desde sus primeras obras una profunda, extática y a veces agónica meditación sobre el amor, uno de los temas esenciales de su vida y obra". La exposición, titulada Amor (con alas y flechas), propone, en palabras del experto lorquiano, "seguir el difícil curso de esta meditación a lo largo de su breve vida -20 años de incesante creación- dando una generosa muestra de los tesoros del archivo recién incorporado al Centro Lorca: dibujos, manuscritos literarios, pero también cartas, fotografías y objetos personales".

El hispanista norteamericano cita a Vicente Aleixandre en un momento de la conversación: "Quienes le vieron pasar por la vida como un ave llena de colorido, no le conocieron. Su corazón era como pocos, apasionado. Amó mucho, cualidad que algunos superficiales le negaron. Y sufrió por amor, lo que probablemente nadie supo". "Es cierto", se contesta a sí mismo Maurer, "apenas se ha explorado ese aspecto de Lorca".

Amor (con alas y flechas)se trata, en palabras del dramaturgo jienense, de "una cartografía de todas las pulsiones amorosas del poeta". El público hará "por primera vez" un recorrido por todos los territorios sentimentales del autor: desde los primeros amores imposibles de juventud nacidos al calor de la Vega, como María Luisa Natera y María Luisa Egea, hasta llegar a lo que Conejero define como "las grandes pasiones del granadino, todas hombres".

El poeta jienense se refiere a Salvador Dalí, una de las grandes obsesiones de Lorca durante su época en la Residencia de Estudiantes de Madrid -basta con leer Oda a Salvador Dalí-; Emilio Aladrén, un escultor con el que mantuvo una relación -a el le dedicó el poema El emplazado dentro del Romancero gitano-, pero que acabó cuando Aladrén lo dejó por unan representante de cosméticos; Rafael Rodríguez Rapún, "su más hondo amor", señala Conejero, compañero de fatigas en La Barraca y a quién le escribió los Sonetos del amor oscuro; y Eduardo Rodríguez Valdivieso, un joven aspirante a escritor al que Lorca le llegó a decir por carta: "Me asalta la idea de si tú no me querrás como yo a ti".

El autor de La piedra oscura cree que "ya estamos preparados para hablar de la homosexualidad sin entenderla, ni desde un lugar amarillista, ni desde el tabú, sino desde algo que fue sustancial en la vida y en los textos de Lorca sin que se tenga que arropar desde el eufemismo y el titubeo". La exposición trata, en palabras de Conejero, de "hablar de manera directa y luminosa del deseo erótico de Lorca, que atraviesa toda su obra".

El poeta recuerda haber leído ediciones de El Público donde no aparecía la palabra homosexual en la introducción. "Muchos creen que incidir en la homosexualidad es minusvalorar la obra de Federico cuando creo que multiplica sus sentidos", subraya. El jienense va más allá: "No se entiende El Público o Así que pasen cinco años si uno no comprende ese combate de Lorca consigo mismo para alcanzar su libertad sexual. El Público es una encerrona que se hace para poder vivir su homosexualidad fuera de las sombras".

El autor de Ushuaia tampoco cree que se pueda entender Mariana Pineda y La casa de Bernarda Alba sin conocer las preferencias sentimentales de Lorca y las circunstancias en las que estas se desarrollaron. "Por un lado, son una reivindicación feminista, pero por otro conecta con su propia necesidad de ser el dueño de su deseo y de su amar libremente. Con el tiempo es importante nombrar esa batalla", reflexiona el autor, que piensa que toda la obra del poeta está atravesada de "esa necesidad de libertad, de esa querencia por la libertad y de ser dueño del deseo y del cuerpo de uno mismo".

Conejero opina que "se ha vivido con miedo porque Lorca es hijo de una época" que "por fortuna estamos superando, pero debemos trabajar en ello". El dramaturgo también afirma que "la España de hoy, que abandera la lucha del colectivo LGTB, está preparada para hablar de la sexualidad sin temor". En cuanto a la exposición, le parece "importante" que "las nuevas generaciones -piensa en visitantes de 17 años- puedan acercarse a esta dimensión del poeta sin estar cubierta por el prejuicio o la sombra".

La muestra Amor (con alas y flechas) se complementará con una obra de teatro creada para la ocasión por el autor jienense. "Es una pequeña antología de textos del propio Lorca con una dramaturgia que los enhebra. Todos tienen que ver con la pulsión erótica. La música va a ser muy importante. La idea que tengo es la de un café cantante donde acuden hombres y mujeres para hablar de sus amores y pasiones", adelanta el dramaturgo, cuya vocación se despertó al leer Bodas de sangre a los 16 años.

"Lorca es un maldito para su sociedad. He leído sus escritos juveniles y son importantísimos. Él, con 18 años, sabía que la cuestión sexual no iba como debería ir. Sus amigos se iban con prostitutas y disfrutaban, pero él no. Para él fue una tragedia cuando se dio cuenta", explica Umbral en su libro Lorca, poeta maldito. El propio Federico se pregunta por su orientación sexual -ya que se había visto atraído por mujeres y hombres- en una carta que le envía a Adriano del Valle en 1918: "Soy un pobre muchacho apasionado que, casi como el maravilloso Verlaine, tiene dentro una azucena imposible de regar y presento a los ojos bobos de los que me miran una rosa muy encarnada con el matiz sexual de una peonía abrileña, que no es la verdad de mi corazón". Su condición de homosexual le marcaría para siempre y eso se vería reflejado luego en multitud de poemas y de obras teatrales. "Nombrar a los varones que amó Lorca es entender al hombre detrás del poeta", sentencia Conejero.

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