Al otro lado de 'Lorca y la pasión'

Hablamos con el equipo del montaje en su última noche

El espectáculo dirigido por Marina Heredia se despide del público tras 33 funciones impecables y llenas de emoción en el Teatro del Generalife

Marina Heredia calienta la voz en su camerin del Generalife anoche. / Carlos Gil
Isabel Vargas

01 de septiembre 2019 - 01:10

Granada/El profesor Cayetano Aranda Torres define el duende lorquiano como "el testimonio de que el arte es arte de los sentidos, de la carnalidad humana, del sentimiento que desborda la razón, del sentido que supera toda lógica, del cuerpo que se expresa sin medida ni razón”. El poeta granadino dijo sobre éste: "Se necesita la ayuda del duende para dar en el clavo de la verdad artística". Ese mismo duende ha estado presente durante las 33 funciones de Lorca y la pasiónLorca y la pasión, cuya última representación tuvo lugar anoche en el Teatro del Generalife.

Para Marina Heredia, protagonista absoluta y directora del montaje, este espectáculo ha supuesto "un antes y un después en todos los sentidos, tanto a nivel artístico como personal". "Yo he crecido muchísimo con este proyecto y ahora me conozco mucho mejor que antes", reconoce momentos antes de salir al escenario. La cantaora granadina no sólo presta su magnífica voz, sino que también interpreta sobradamente bien a cuatro personajes durante la obra.

Marina Heredia, actriz por derecho

Heredia reconoce su predilección por el papel de Mariana Pineda. "Seguramente sea el personaje con el que más me identifico porque fue una mujer luchadora, leal a su interior y muy valiente para la época. Aunque me encantan los cuatro personaje", reconoce. La artista ya demostró su valía como actriz cuando interpretó a Candela en El amor brujo de La Fura dels Baus y acompañada de la Orquesta Joven de Andalucía. "De aquí a Hollywood (ríe). Me gusta mucho la interpretación y me lo voy a tomar en serio. Me voy a preparar. Lo necesito. Yo no soy actriz, pero me planteo subir a Madrid en invierno para estudiar con algún profesor", desvela.

Lorca, cuenta la cantaora, siempre ha estado presente en su vida: "Mi padre -Jaime El Parrón- ha tenido libros suyos a mano en casa. Siempre ha habido obras de Federico rodando por allí". El poeta granadino le ha dado la oportunidad de hacer algo grande: crecer como artista, crear un montaje de primer nivel y llenar durante 33 noches el Teatro del Generalife. "Puedo decir que lo hemos conseguido. Nos gustaría mucho girar este montaje. Es una lástima que muera aquí. Vamos a luchar por ello", defiende.

La cantaora granadina junto al guitarrista José Quevedo 'Bolita'. / Carlos Gil

La magia del ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife impregna cada rincón. Minutos antes de entrevistar a Marina Heredia, muchos contemplan como calienta la voz junto al guitarrista José Quevedo Bolita, el compositor de la exquisita banda sonora de la obra. Entre el reducido público se encuentra la actriz María Alfonsa Rosso, la Bernarda del espectáculo y la alegría de la huerta entre bambalinas.

"Estoy muy emocionada y siento una melancolía muy grande. Esta noche le decimos adiós, de momento, al espectáculo. Separarse de este montaje cuesta. El lugar, el grupo. Todo acompañada", reconoce la intérprete sevillana. Rosso ya había hecho de la autoritaria mujer en el teatro, su hábitat natural. "Fui la Bernarda de unas hijas que hoy tienen Goya: Susi Sánchez y Consuelo Trujillo. Era un grupo maravilloso dirigido por Pedro Álvarez Ossorio", declara orgullosa.

¿Qué tiene de arrollador este papel? "Siempre he defendido que ella no es una hija de puta. Ella está educada así. Ella dice: "Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Ocho años de luto". Está educada de manera rígida y vive un matrimonio con alguien que iba a lo que iba. Él le hacía las hijas y ahí te quedas”, reflexiona. "A mí me da pena porque ella es una víctima del sistema y del código que se regía en aquella época. Es una mujer amargada, seca y tan poco estimulada como mujer", se lamenta.

Rosso (en el centro) es Bernarda en el espectáculo y la alegría de la huerta entre bambalinas. / Carlos Gil

Algunas veces, cuenta entre risas, ha llegado a escuchar entre el público alguna "hija de puta, mamona". Antes de subir a escena, dice, tiene "la manía de poner cara de hueso”. "Rosario Pardo, la encargada de la dramaturgia de la obra, me dijo: "Tú tienes que ir muy hija de puta. No mires, ni hables con nadie. Te metes en el papel". Llegas allí con la luz apagada y siempre te ve alguien con el micrófono. ¿Usted trabaja en la obra?, me preguntan. Yo atiendo a las órdenes. No le digo nada. Ni digo ni mu. Ya después de varios días cuando me decían buenas noches, contentaba. Bernarda y yo somos muy educadas", relata.

Persecuciones en la sala

Mohamed Ali Benmesoud, jefe de sala, cuenta haber vivido 33 funciones muy intensas. "Normalmente con cosas como ésta se forman grandes familias. Este año ha habido un buen rollo total entre todos. La obra además estaba hecha con cirugía fina", resalta. Benmesoud se atreve poco después a contar una anécdota: "El otro día hubo una señora con manía persecutoria. Empezó a correr entre el público como si alguien la estuviera persiguiendo, la quisiera matar. De repente cambia de personalidad. Hay que controlarlo, hablar con ella, tranquilizarla. Estamos acostumbrado a esto".

Para Chema del Barco, Pedrosa en Mariana Pineda, ha sido "una experiencia impresionante". "Yo hago teatro, cine, televisión, pero nunca había estado en un espectáculo con cantaores y bailaores. El mundo de los flamencos es un mundo diferente. En el teatro somos muy independientes. Los flamencos forman una gran familia. Hacen piña", destaca. El actor de Villacarrillo conoce toda la obra de Federico. "La ha estudiado y trabajo. Aquí se exhiben dos textos del teatro imposible, el teatro más surrealista, y dos de los más clásicos. Yo me pregunto: "¿Dónde hubiera llegado Lorca si lo hubieran dejado vivir?", se pregunta.

José Quevedo Bolita, el compositor de la música, se siente muy feliz porque todo ha ido sobre ruedas. "Lo más complicado ha sido coser las cuatro obras, hilarlas de manera que tuvieran sentido. Cuatro obras diferentes, dos de las más rompedoras y surrealistas del universo del poeta", señala el guitarrista, que no descarta grabar un disco con las canciones del espectáculo junto a Heredia.

El elenco del espectáculo se monta un fin de fiesta flamenco para relajar tensiones. / Carlos Gil

Lola Prieto, responsable de comunicación de los programas de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales en Granada, cuenta que el triunfo del espectáculo es también el triunfo de muchas personas. "Somos como unas 80 personas entre el equipo técnico, de gestión y artístico", precisa. Mariano Sánchez, coordinador del programa, hace un balance muy positivo: "Ha sido el mejor de los últimos diez años. Se siente mucha emoción, afecto, cariño. Hemos pasado casi 40 noches todos juntos, espectáculos y días de montaje incluidos".

Lola Prieto, encargada de comunicación, habla con Marina Heredia por teléfono. / Carlos Gil

La rutina diaria

La rutina arranca a las 19:00. A esa hora normalmente ya han llegado los técnicos de sonido. Marina Heredia no suele llegar no más tarde de las 20:00. "Eso cuando ya estaba todo rodado. Los primeros días vivían aquí. Esta era su casa. Las pruebas de luces y de sonido se hacen todos los días. Se aseguran de que los focos funcionan y de que el sonido es el adecuado", explica Prieto.

Cristina Berhó, la regidora, en un momento previo a la actuación. / Carlos Gil

David Gómez, jefe técnico, cuenta las dificultades a las que se enfrentan cada noche: "Es un montaje al aire libre. Luego las inclemencia del tiempo, tanto por temperatura altas de día, humedad de noche o lluvias, pueden castigar la instalación eléctrica e iluminación". La gran apuesta, según Gómez, se encuentra en el vídeo y en el personal artístico: "Se le ha puesto más interés al tema del cante e, incluso, a la obra misma de Lorca metiendo cuatro montajes diferentes en uno. La calidad musical es bastante alta".

Pedro Pérez, mánager de Marina Heredia, siente que han cumplido un sueño. "Este espectáculo va a andar, va a moverse. Es un montaje con muchísima vida. Lorca lo impregna todo de amor, vida, fuerza y energía aquí", destaca. Sobre la cantaora se deshace en halagos: "Está en su etapa de madurez profesional. En su cabeza no para de maquinar. Mariano la ha bautizado como Máquina Heredia. Es una creadora sin límites". Tanto que el duende se hizo carne en Marina Heredia. Olé.

La cantaora granadina se prepara para el espectáculo en su camerina. / Carlos Gil

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