Luis Zueco: "En la pandemia hemos tenido que aplicar soluciones medievales a un problema del siglo XXI"

Luis Zueco, autor e ingeniero

Luis Zueco es uno de los autores de novela histórica más  vendidos de España.
Luis Zueco es uno de los autores de novela histórica más vendidos de España. / R. G.
Belén Rico

19 de mayo 2022 - 04:00

Granada/Luis Zueco (Borja, Zaragoza, 1979) es a menudo denominado como "el Ken Follet español". El número de lectores de sus libros y su dominio de la novela histórica están detrás del apodo con el que acapara titulares el escritor y director de los Castillos de Grisel y de Bulbuente, dos fortalezas restauradas y habilitadas como alojamientos con encanto y para la realización de eventos. A pesar de su pasión por el patrimonio, que se refleja en cada una de sus obras, Zueco es ingeniero industrial de formación. Licenciado también en Historia y máster en Investigación Artística e Histórica, forma parte de la Asociación Española de Amigos de los Castillos y colaborador, como experto en patrimonio y cultura, en diversos medios de comunicación. Ha logrado un éxito internacional de crítica y público con su Trilogía Medieval: El castillo (Mejor Novela Histórica 2015 por la web Novelas Históricas), La ciudad y El monasterio. Después repitió triunfo con El mercader de libros, y ahora regresa a la primera línea de las librerías con El cirujano de almas, otra novela con su sello inconfundible: periodos históricos de cambio y predilección por los personajes en discreta segunda línea de los grandes acontecimientos.

Portada de 'El cirujano de almas'
Portada de 'El cirujano de almas' / R. G.

-Cuenta en las notas del autor que esta obra, que pretende ser "un homenaje a la medicina, la cirugía y al mundo sanitario en general", fue escrita en parte durante el confinamiento de 2020. ¿Es difícil documentarse para novela histórica con las restricciones que impuso el confinamiento?

-La novela ya venía de antes. En el confinamiento añadí sobre todo el tema de los partos, porque mi mujer se quedó embarazada entonces.

-Todo el 'trabajo de campo' previo de documentación, ¿lo tenía ya hecho entonces?

-Sí, o hubiese tenido problemas graves, sin duda. Por ejemplo, para la novela que estoy escribiendo ahora, alguna información me ha tardado mucho en llegar por el tema del confinamiento. Por ejemplo, una película que quería ver y tenía que pedirla a la Biblioteca Nacional nunca llegaba.

-En varias de las últimas novelas que he leído -por ejemplo, el superventas La Bestia- también aparece la palabra "lazareto". ¿Cree que va a haber un boom de obras que tendrán como telón de fondo la peste en sus diferentes versiones?

-Será un tema en el que se podrá más acento porque nos habíamos olvidado. Vivimos mucho el presente, poco menos que creemos haberlo inventado todo, que lo del pasado no tiene importancia... Y es todo lo contrario. Lo difícil es que ocurra un hecho totalmente nuevo que no pueda tener reflejo en el pasado. Eso es lo que ha ocurrido. Nos pensábamos que las epidemias era algo medieval y al final lo que hemos tenido que hacer es aplicar soluciones medievales a un problema del siglo XXI. En otras épocas se han buscando soluciones a grandes problemas que pueden volver a suceder.

-La inmensa mayoría de la sociedad actual vive completamente al margen del pasado. ¿Tiene sólo una pequeña proporción de científicos e investigadores percepción de que esto se ha logrado encaramados "a hombros de gigantes"?

-Sí, a veces decimos la historia y la literatura como si fuera sólo ocio y no. Yo siempre digo que, sobre todo en economía, es muy importante conocer la historia. Por ejemplo, como se han solucionado otros problemas de falta de materias primas.... Es una historia muy larga y lo que no vamos a hacer es olvidarla porque creamos que no nos puede ayudar. Tiene que ser un referente porque puede ser útil.

-¿Cuánto tienen Alfonso Urdaneta o Bruno de tu parte de ingeniero?

-Todos los personajes al final tienen algo de uno. Me gustan mucho las máquinas y los edificios y en mis novelas aparecen muchas descripciones de ellos. Al formarte como ingeniero, algunos aspectos científicos los empleas bastante, sobre todo con Alonso. Yo no sé de Medicina y afronté su estudio para la novela como cuando tenía que encarar una materia pura de Ingeniería a la que había que aplicarse, como por ejemplo Termodinámica.

-Los grandes filósofos de la antigüedad eran matemáticos... La ciencia es muy versátil.

-Sí, incluso cuando me contrataron para algunos temas más vinculados con el marketing me explicaron que me eligieron porque los ingenieros sabemos hacer de todo y servimos para mucho.

-Con todas las informaciones históricas, las noticias que llegaban de China... Luego de otras partes del mundo y con tanto personal en organismos gubernamentales de salud, consejerías, delegaciones, gerencias de hospitales... ¿Cómo llegó la pandemia en el siglo XXI aparentemente tan por sorpresa?

-Creo que le habíamos perdido el miedo a las epidemias porque la última había sido hacía cien años. Parecía algo medieval. En aquella época estaban acostumbrados y en alerta porque, si llegaba a una ciudad, era una catástrofe. Tenían lazaretos, como has mentado. Sabían hacer las cuarentenas... Pero se nos había olvidado. Nosotros nos creíamos que eran de los libros de Historia y es una materia que debería estudiarse en todas las carreas, también en Medicina. No es para parecer más culto, es que te da herramientas.

Higiene

-En este tema, además de los avances de la medicina pero también de la medicina preventiva, sobre todo hábitos de higiene a los que se les da mucha importancia. Recordamos el nombre del principal arquitecto del Partenón, o el artista que firma tal cuadro o tal escultura, pero casi nadie sabe quien fue el primer responsable de la red de saneamientos de una ciudad con la trascendencia que eso ha tenido para evitar enfermedades.

-Sí, al final se valora más lo artístico y lo que resuelve problemas muy importantes que nos dan una mayor calidad de vida, como que lo asumimos. Por ejemplo, la calefacción, el aire acondicionado... No sé lo que ocurre, pero no lo valoramos.

-También ha querido abordar el tema de las pérdidas patrimoniales durante la Guerra de la Independencia.

-Además de la trama médica, aquí abordo el expolio que implica la Guerra de la Independencia, algo que me duele mucho. Mis novelas tienen muchas subramas y el tema del patrimonio siempre está muy presente. Todos hablamos de lo que se perdió durante la Guerra Civil, pero eso no es nada comparada con el expolio que hicieron los franceses. Es algo muy grave y teníamos que quejarnos más.

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